Con el anuncio de la boda del Príncipe Guillermo de Gales y
su novia Kate Middleton, se ha puesto punto final a las muchas conjeturas sobre
la celebración de esas nupcias, sobre las que se había afirmado que
coincidirían con los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012. Gran Bretaña ahora
se encuentra, entonces, a la espera de numerosos acontecimientos grandiosos e
históricos: la boda del príncipe Guillermo en año próximo, y las celebraciones
por el “Jubileo de Diamante” -los 60 años de reinado- de Isabel II.
El Príncipe Guillermo y Kate Middleton se comprometieron
durante un viaje privado a Kenia en octubre, sin que ello hubiera trascendido
públicamente hasta ahora. Para ello, y
siguiendo la pauta marcada por el Acta de Matrimonios Reales de 1772, según el
cual todos los príncipes y princesas británicos descendientes de Jorge II deben
pedir el consentimiento del soberano para casarse, el príncipe ha tenido que
pedir consentimiento a su abuela, la reina Isabel II, quien firmó un acta de
aprobación y lo hizo publicar en la Circular de la Corte.
La boda tendrá lugar en Londres, escenario de los más
grandes fastos británicos. Probablemente, la ceremonia religiosa se celebre en
la Abadía de Westminster, cede de las coronaciones de reyes ingleses desde el
año 1066, y que sirve de sacro y magno escenario para las bodas reales más
importantes de Inglaterra desde que en 1922 se casara allí la Princesa Mary,
hija del Rey Jorge V y tía de Isabel II. Desde entonces, Westminster acogió las
celebraciones nupciales del Duque de Kent con Marina de Grecia (1934), de
Isabel II y Felipe Mountbatten (1947), de la princesa Margarita con Tony
Snowdon (1960), de Alexandra de Kent y Angus Ogilvy (1963), de la Princesa Ana
(1973) y del Príncipe Andrés (1986). Bajo sus cúpulas góticas también han
tenido lugar los funerales de Lord Mountbatten, de la Reina Madre y de la
Princesa Diana, así como la coronación, en 1953, de Isabel II. Otra
alternativa, muchísimo más amplia y suntuosa, es la Catedral de San Pablo,
sitio donde celebraron su boda los padres del príncipe Guillermo, donde se
realizaron los funerales de Churchill y donde Isabel II celebró su 50º
aniversario de reinado.
El anuncio este martes del próximo matrimonio del príncipe
William con Kate Middleton es una muestra más de una tendencia creciente entre
la realeza europea: atrás quedaron los tiempos en los que la sangre azul era un
requisito indispensable para aspirar a un trono. Desde que en 1956 el Príncipe
Rainiero de Mónaco se casara con Grace Kelly, se han casado fuera de la realeza
los reyes de Bélgica, el rey de Noruega, el rey de Suecia, el gran duque de
Luxemburgo y los actuales príncipes herederos de Inglaterra, Dinamarca, Suecia,
España y Holanda. Kate Middleton es la última en sumarse a la lista de las
“princesas plebeyas” que no fueron educadas y criadas con el único objetivo de
llevar la corona. Su historia, sin embargo, no es la de un viaje de la pobreza
a la realeza, ya que la futura princesa procede de una familia acomodada de
clase media del condado de Berkshire, al sur de Inglaterra, educada en selectas
instituciones privadas.
La boda que se celebrará la próxima primavera reúne también
precedentes históricos. Se trata de la primera vez en 117 en que se casa un
nieto de una reina británica en línea directa de sucesión al trono, desde que
en 1893 el príncipe Jorge de Gales, Duque de York, se casara con su prima Mary
de Teck. Es la segunda vez, además, que un futuro monarca de Inglaterra contrae
matrimonio con alguien que no procede ni de la realeza (como lo fue la Reina
Alexandra, esposa de Eduardo VII) ni de la aristocracia (como la Reina Madre
Elizabeth o Lady Diana).
Según la tradición, la reina Isabel II podría conceder, la
víspera de la boda, un título ducal al príncipe Guillermo, que podría llegar a
convertirse en Duque de Clarence, de Cambridge o de Connaught. De no ser así,
automáticamente Miss Catherine quedaría convertida en «S.A.R. la Princesa
William de Gales». Si nacieran hijos antes de que el Príncipe de Gales se
convierta en Rey, los niños no serían príncipes, sino que ostentarían el
tratamiento de Lord y Lady Windsor. Éstos serán príncipes solamente cuando el
Príncipe Guillermo sea Príncipe de Gales, con el tratamiento de “Alteza” y
serán “Altezas Reales” cuando su padre sea rey.
Nacida en 1982 en Reading, a las afueras de Londres,
Catherine Elizabeth es la mayor de los tres hijos de Michael y Carole Middleton,
dos antiguos trabajadores de aerolíneas -él fue programador de vuelos de
British Airways (BA) y ella azafata- que se hicieron millonarios con una
empresa propia de artículos para fiestas que fundaron en 1987, «Party Pieces».
La familia de Michael Middleton procede de la ciudad norteña de Leeds, donde el
matrimonio posee una historia comercial y de activismo municipal. Por su parte,
en la familia materna de Kate hubo obreros y mineros en Durnham, en el noreste
de Inglaterra.
Los Middleton enviaron a sus hijos -Kate, Philippa y James-
a los mejores colegios privados y universidades del país, frecuentados por la
aristocracia. La futura princesa se crió en Bucklebury, en el condado de
Berkshire, cerca de Londres, y asistió a los colegios Saint Andrew de Pangbourne
y el prestigioso Marlborough College, en el condado de Wiltshire. Después cursó
estudios en la Universidad de Saint Andrews, de Escocia, donde compartió
departamento con Guillermo y varios compañeros durante cuatro años, al tiempo
que empezó a salir con él. Unas de las primeras fotos que se publicaron de
ella, en el 2002, fueron de un desfile de “moda” en esa universidad en el que
se paseó con prendas sugerentes, con el príncipe entre el público.
En ese centro educativo, donde se licenció en historia del
arte -él príncipe se pasó a geografía, antes de empezar su formación en las
Fuerzas Armadas-, Kate se labró la fama de ser una chica encantadora, sensata,
deportista y creativa, según declaraciones de algunos de sus compañeros. En el
2005, cuando llevaba unos tres años con Guillermo, su abogado se quejó de la
persecución mediática que sufría la joven, lo que evocó el recuerdo colectivo
de Diana, fallecida en 1997 en París en un accidente de coche cuando era
perseguida por fotógrafos. Tras su paso por la universidad, Kate trabajó en el
2006 como ayudante de compra de complementos para las tiendas de ropa «Jigsaw»,
tras lo cual se dedicó a colaborar con la empresa familiar, en la que también
están involucrados sus hermanos.
En aquella época, la muchacha asistió a al menos un acto
como invitada de la Familia Real: la licenciatura de Guillermo de la Academia
militar de Sandhurst, en diciembre del 2006. A principios del 2007, tras el 25
cumpleaños de Kate, aumentaron los rumores de compromiso entre ambos y se
incrementó el interés mediático, lo que motivó una queja oficial contra los
periodistas de la joven y la Familia Real. En abril del 2007, el periódico The
Sun publicó que la pareja, desgastada por la presión de los medios, se había
separado, debido, según las fuentes citadas, a que Guillermo, entonces de 24
años, no le estaba prestando la debida atención a Kate e incluso frecuentaba
otra compañía femenina. También se dijo, en el Daily Mail, que el príncipe
quería estar soltero mientras hacía la carrera militar.
Hacia junio del 2007 empezó a hablarse de una
reconciliación, y la pareja fue vista en varios actos juntos, hasta que en
abril del 2008 Kate asistió a la licenciatura del príncipe como piloto de la
Real Fuerza Aérea británica. Aunque nunca se confirmó que volvieran a estar
juntos, en junio del mismo año la joven asistió junto a la Familia Real
británica a la investidura del príncipe con la Orden de la Jarretera, la máxima
condecoración que concede la Corona Británica.
DARÍO SILVA-D'ANDREA