21 de abril de 2011

Las claves de la boda real británica


Son cada vez más los detalles acerca de cómo será la boda del príncipe Guillermo y Kate. En este artículo, en breves palabras, las claves para entender las historias, anécdotas y novedades que rodean a la boda principesca.
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El novio: el heredero del heredero

William Arthur Philip Louis nació el 29 de julio de 1982 en el Hospital St. Mary de Paddington (Londres). Es el hijo mayor de Carlos, príncipe de Gales y heredero del trono, y de Diana Spencer, divorciados en 1996. Es el segundo en la línea de sucesión y será el primer monarca -desde Carlos II- con sangre puramente inglesa. Desciende de Carlomagno, Gengis Khan, el Cid, William el Conquistador, Enrique VIII, Jorge III y la reina Victoria. Es, junto a su abuela Isabel II, uno de los miembros más queridos y respetados de la Familia Real británica. Como hijo primogénito del Príncipe de Gales, está destinado a ser, tras su abuela y su padre, el 44º monarca de Inglaterra y el 4º rey llamado William.
                                            
La novia: Catherine Elizabeth Middleton

Nacida en 1982 en Reading (afueras de Londres), Kate es la mayor de los tres hijos de Michael Middleton -programador de vuelos de British Airways- y de Carole Harrison -antigua azafata- que se hicieron millonarios con su empresa de artículos para fiestas.  Los Middleton enviaron a sus hijos -Kate, Philippa y James- a los mejores colegios privados y universidades del país, frecuentados por la aristocracia. Kate se crió en Bucklebury, en el condado de Berkshire, cerca de Londres, y asistió a los colegios St.Andrew y el prestigioso Marlborough College, en el condado de Wiltshire. Después fue a la universidad de St.Andrews, también muy elitista, donde compartió departamento con el príncipe durante cuatro años, al tiempo que empezó a salir con él.

De las minas al palacio

La familia Middleton procede de la ciudad norteña de Leeds, donde tienen una historia comercial y de activismo municipal, y parte de la materna fueron obreros en unas minas de Durnham, propiedad de los condes de Strathmore, la familia de la bisabuela del príncipe William. John Harrison comenzó a trabajar en 1881 en la mina de Hetton –en el noreste de Inglaterra–. Allí trabajaron también su hijo y su nieto. Sería el bisabuelo de Kate, Thomas Harrison, quien abandonara las profundidades para ganarse la vida. Muerto su padre en la Primera Guerra Mundial, su madre le situó como aprendiz de carpintero. Más tarde se trasladó a Londres -en Ealing, al oeste de la capital–. Su hija Dorothy se casó en 1953 con Ron Goldsmith y de esa unión nació Carole en 1955, la futura suegra del futuro rey de Inglaterra.

La Abadía de Westminster, el magnífico escenario

Cuando Kate Middleton camine hacia el altar y las notas de un impresionante órgano y coro suenen, pasará junto a esculturas invaluables, pinturas medievales y tumbas de pasados reyes y reinas. La impresionante iglesia gótica que sigue en pie hoy en día, considerada una de las mejores de Gran Bretaña, fue en su mayor parte construida por el Rey Enrique III en el siglo XIII. Sus contrafuertes volados, sus ventanas con vitrales y su bóveda de 31 metros, la más alta en Inglaterra, costó US$ 80.000, una cifra exorbitante para la época. Tanto que llevó a la bancarrota a Enrique III, según cuenta Tony Trowles, autor del libro Tesoros de la abadía de Westminster.

Las tumbas más célebres del reino

La abadía es también el sitio de morada final de los pensadores más importantes de la nación, artistas y hombres de estado, incluyendo a los científicos Isaac Newton y Charles Darwin, escritores y poetas como Charles Dickens y Geoffrey Chaucer, y el compositor George Frederic Handel. El templo también cuenta con delicadas pinturas medievales, incluyendo un mural del siglo XIII de Cristo con San Cristóbal y Santo Tomás que yació escondida entre dos monumentos hasta 1934 cuando fue desempolvada durante una limpieza.

Escenario de grandes pompas

Durante todo el siglo XX, la abadía sirvió de escenario para las bodas de la princesa Patricia y Alexander Ramsay (1919), de la princesa María y Henri Lascelles (1922), del futuro Jorge VI y Elizabeth Bowes-Lyon (1923), del duque de Kent con la princesa Marina de Grecia (1934), de la reina Isabel II con Felipe Mountbatten (1947), de la princesa Margarita con Anthony Armstrong-Jones (1960), de la princesa Alejandra con Angus Ogilvy (1963) y del príncipe Andrés con Sarah Ferguson (1986). Se han celebrado allí las coronaciones de todos los reyes de Inglaterra, hasta Isabel II (1953) y los espectaculares funerales de Lord Mountbatten, asesinado por el IRA (1978) y de la princesa Diana, muerta en un accidente (1997).

Títulos para los recién casados

El título de la nueva dama de la familia y futura reina será un secreto que solamente se revelará el día del enlace. Es posible que Kate pase a llamarse “Princesa William de Gales” con el tratamiento de Alteza Real, o “Princesa Catherine”, aunque lo más seguro es que la reina Isabel regale a su nieto el título de Duque para compartir con su mujer. Entre los ducados que puede recibir el príncipe están los de Cambridge, Clarence, Albany, Connaugth, Cumberland, y Kendall. Algunos creen que William recibirá el título de Duque de Cambridge, creado en 1664 para el príncipe James, uno de los hijos de James II de Inglaterra. El último en utilizarlo fue el príncipe Adolfo, hijo de Jorge III, fallecido en 1850. Otros se inclinan por el Ducado de Clarence, usado por primera vez en 1362 por un hijo de Eduardo III, y por última vez por el desafortunado príncipe Alberto Víctor -nieto de la reina Victoria- de quien se dice que fue el verdadero Jack el Destripador.
                                   
La sexta Reina Catherine

Cuando el príncipe Carlos herede la Corona Británica, William y Kate quedarán convertidos en Príncipes de Gales, un título que se concede a los herederos del trono inglés desde el siglo XIV. Cuando el príncipe William se convierta en rey, Kate -cuyo nombre es Catherine Elizabeth- será la Reina Consorte, y la sexta reina de Inglaterra llamada Catherine. Antes que ella estuvieron tres de las seis esposas de Enrique VIII –la hispánica Catalina de Aragón y las inglesas Catherine Howard y Katherine Parr- así como la francesa Catherine de Valois (esposa de Enrique V) y la portuguesa Catalina de Braganza, esposa de Carlos II.

No será la primera reina plebeya

Contrariamente a lo que afirman muchos, Kate Middleton no será la primera plebeya en emparentar con la realeza de Inglaterra. A finales de la Edad Media, en tiempos de los Tudor, muchos matrimonios reales fueron con gente de rango inferior y por amor. Y quizá el caso más destacado es el de Enrique VIII, que en su turbulenta vida marital actuaba más movido por la lujuria y el amor que por motivos dinásticos. Provenientes de la aristocracia inglesa son Elizabeth Bowes-Lyon (1900-2002), esposa de Jorge VI, o Lady Diana Spencer, madre del príncipe Guillermo, mientras que la Duquesa de Kent, la Duquesa de Gloucester y la ex esposa del Duque de York provienen de la clase alta.

En Inglaterra, las plebeyas son bienvenidas

Cuando Isabel I murió sin descendencia y la corona quedó en manos de sus primos escoceses, los Estuardo, que prohibieron los matrimonios “desiguales”. Las normas no cambiaron sino hasta 1917, Jorge V autorizó por ley el matrimonio de la realeza con plebeyos, para permitir nuevamente que los miembros de la realeza se pudieran casar con ingleses y con inglesas. El objetivo final era convertir a la Familia Real en el ejemplo perfecto de familia británica, con matrimonios por amor y ejemplos de virtud, en lugar de matrimonios por conveniencia y amantes por doquier para llenar la carencia de pasión marital.

Hogar, dulce hogar

Después de su boda, William y Kate vivirán en Gales, en la isla de Anglesey, donde el príncipe vive desde hace algunos años y llevado una vida bastante normal. En algún lugar entre las colinas de la isla de Anglesey, en la parte más noroccidental de Gales, vive el príncipe William y pronto la que será la princesa Catherine. Llendo en tren desde Londres, el número de casas es cada vez menor, las estaciones de ferrocarril se vuelven más pequeñas y se multiplican las ovejas. Desde el tren las vistas son hermosas: al fondo el mar y la costa escarpada, más cerca casas rurales que parecen sacadas de un calendario, prados y talleres de coches medio abandonados. Según se dice, William encontró en Anglesey algo que no tiene en ninguna otra parte: una vida bastante normal. Allí alquila una casa, conduce su automóvil y compra regularmente en el supermercado local. Incluso le es posible dar paseos en solitario por la playa con Kate cuando ésta va de visita.

Los detractores de la monarquía

Una minoría de británicos cree que invertir en la Familia Real es desperdiciar el dinero de los contribuyentes y que tener un monarca hereditario como jefe de Estado es incompatible con la idea de la democracia moderna. Las encuestas muestran que el apoyo de los británicos a la monarquía oscila entre el 70% y el 75% y que éste se mantiene estable. Sin embargo, esto no significa que el resto quiera deshacerse de la reina como jefa de Estado. En verdad es difícil encontrarse con republicanos acérrimos. Los impulsores de una campaña llamada “República” planean una fiesta callejera alternativa y antimonárquica para el día de la boda del príncipe. Creen que el Reino Unido necesita arrancar la monarquía del sistema para lograr que los políticos sean más responsables de sus actos. “Nos gustaría que para 2025 la realeza haya desaparecido o esté en proceso de hacerlo”, dice Graham Smith, uno de los activistas de “República”.

Planean modificar la Ley de Sucesión

El Gobierno inglés está estudiando la posibilidad de reformar las leyes de sucesión real para que permitir que cualquier futura hija del príncipe William tenga los mismos derechos al trono que un hijo varón. Los herederos varones de la familia real tienen preferencia al trono por la Ley de Instauración de 1701, que también prohíbe al monarca casarse con una católica. Según estas leyes vigentes el primer hijo varón del príncipe Guillermo y de su prometida Kate Middleton se convertiría en el futuro rey, pese a que tuviera una hermana mayor. Nick Clegg, viceprimer ministro británico, apuesta por un cambio en las normas sucesorias: “Creo que mucha gente siente que si en estos días y en esta época Kate y William tuvieran primero una hija, sería razonable ver si podemos cambiar las tradiciones y convenciones, para que con el tiempo pudiera acceder al trono”.-Darío Silva D'Andrea

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