La Corte inglesa trabaja contrarreloj en la organización de
los fastos que servirán para homenajear el casamiento del príncipe Guillermo y
Catherine Middleton. El Gobierno británico está invirtiendo unos US$ 32 millones en personal policiaco, tropas militares y guardaespaldas privados que velarán por la seguridad de los invitados y del público.
Los gobiernos locales están autorizando la organización de
fiestas en la calle para que la gente festeje con vecinos, conocidos y amigos.
Los que se verán más beneficiados son los pubs o bares típicos en Londres, en
los que se venden bebidas alcohólicas y que podrán permanecer abiertos unas
horas más para atender a los turistas, además de los supermercados, que se
beneficiarán de los picnics y las reuniones familiares que se realizarán para
celebrar este acontecimiento histórico.
Para el próximo 29 de abril la policía londinense (Scotland
Yard) tiene el deber de garantizar la seguridad de los novios e invitados
especiales de la Abadía de Westminster al Palacio de Buckingham, así como de
los traslados de Kate desde el lujoso Hotel Goring. Un importante número de
calles serán cerradas y valladas por la policía, y se pondrá en acción un
operativo importantísimo, destinado a evitar posibles desvanes.
El operativo de seguridad para la boda real estará a cargo
del comandante Bob Broadhurst, jefe del Orden Público, quien también estuvo al
frente de la seguridad de la cumbre de G-20 y lleva 30 años al servicio de la
policía metropolitana. Tras los ataques con bomba al metro y autobuses de
Londres en julio de 2005, se aprobó una nueva ley antiterrorista que faculta a
la policía para detener a cualquier persona sospechosa de terrorismo.
Broadhurst, encargado del mantenimiento del orden en la
capital, aseguró que la policía no dudaría en ejercer ampliamente los poderes
que generalmente es reacia a utilizar, como los controles de identidad o los
registros personales. El Gobierno británico está invirtiendo unos US$ 32
millones en personal policiaco, tropas militares y guardaespaldas privados que
velarán por la seguridad de los invitados y del público.
El SO14, la sección policial encargada de la protección de
la familia real, proporcionará cuatro guardaespaldas que vigilarán a Kate, y
otros cuatro que velarán por Guillermo.
Las medidas de seguridad incluyen agentes de civil mezclados
con la multitud y tiradores de élite apostados en los techos a lo largo del
recorrido de la comitiva real. Un inmenso perímetro que abarcará los lugares de
la ceremonia estará cerrado a la circulación desde el amanecer.
Pero la tarea de las fuerzas del orden será complicada
debido a una confluencia poco habitual de amenazas. El nivel de alerta
terrorista se sitúa actualmente en su máximo nivel (“altamente probable”). Pero
las autoridades temen también que los grupos de jóvenes violentos que atacaron
los escaparates de tiendas y bancos durante una importante manifestación
sindical en marzo quieran aguar la fiesta. – Darío Silva D’Andrea