En momentos en que las revueltas y bombardeos agitan las
arenas del Oriente Medio, y sus jefes de Estado -presidentes vitalicios, reyes,
emires y sultanes- luchan por mantenerse firmes en el poder, no es fácil pasar
por alto que las fortunas de más grandes del mundo pertenecen precisamente a
los monarcas de la región más convulsionada. Si las fortunas de estos siete
soberanos del Oriente Medio se aunaran, la suma llegaría a la impresionante
cifra de US$ 67.100 millones.
Primero en la lista de reyes más acaudalados de la región se
encuentra el emir de Abu Dhabi. El jeque Jalifa bin Zayed Al-Nahayan (que
también es presidente de los Emiratos Árabes Unidos), atesora en sus arcas una
fortuna de unos US$ 23 mil millones que proceden fundamentalmente del petróleo.
El gobernante del pequeño emirato empleó gran parte de su fortuna para que la
crisis del petróleo no los afectara.
Además, realiza inversiones millonarias en Citibank y planea comprar el
edificio Chrysler de Nueva York, valorado en US$ 800 millones.
Segundo en el ranking se encuentra el anciano rey Abdallah
de Arabia Saudita, dueño de una fortuna de US$ 21 mil millones. Todo gracias a
“haber sabido gobernar su país durante
la recesión”, según la revista Forbes. “La economía de Arabia Saudí
experimentará un crecimiento récord del 4 por ciento este año y el aumento en
la riqueza del monarca es una muestra de ello”, añade la publicación. La
familia real saudita ocupa los puestos clave de la administración del reino, y
sus 8.000 príncipes tienen sueldos de hasta US$ 100 mil. Sus súbditos no pagan
renta, luz ni agua, pero un 20 % de la población no tiene empleo y el 50 % es
analfabeto.
Al emir de Dubai, Mohammed bin Rashid Al-Maktoum, muchos le
conceden el apodo de “patriarca benigno”, pues combina autoritarismo con una
buena dosis de tolerancia respecto a las creencias personales y los valores
morales. Los responsables del ranking de Forbes destacan pérdidas del 60 % que
han sufrido las arcas del emir Mohammed, el tercer monarca más rico de la
región, dueño de US$ 18.000 millones.
El emir posee un hotel en Nueva York, granjas en Australia y
en Kentucky (centro este de Estados Unidos) y partes del gran local Barney’s en
Nueva York. Gran constructor, inició el desarrollo de numerosos proyectos en
Dubai, entre ellos la creación de las Palm Islands y el lujoso hotel Burj
al-Arab. También está involucrado en el negocio de las carreras de caballos,
patrocinando la carrera de más
prestigiosa del mundo, la Copa Mundial de Dubai. Es conocido por sus generosas
donaciones caritativas.
A 40 minutos de vuelo desde Dubai, la península de Qatar
-donde ahora Argentina tendrá Embajada-, con su única ciudad, Doha, y apenas
600 mil habitantes, sigue los pasos de Dubai. Su superficie de arena pura
oculta un tesoro en forma de gas y petróleo considerado la tercera reserva más
importante del mundo -cada día se extraen 600 mil barriles de crudo de sus
pozos-, lo que transformó a su emir, Hamad Al-Thani, en el 4º gobernante
hereditario más rico del Medio Oriente. Su fortuna se estima en US$ 2.500
millones y es el único gobernante árabe que vio incrementada su fortuna en el
último año.
Qatar, de la mano del emir y su Consejo, se convirtió en “la
perla del Golfo Pérsico”. La renta per capita de sus ciudadanos -18 mil euros-
contrasta con los 3.500 de su vecino Irak. Sus mujeres votan desde las
elecciones de 1999 y sus deportistas ganan millones de dólares por juego.
También tiene 200 esposas, pero la principal, Sheikah Moozah, está comenzando a
adquirir un protagonismo inaudito en el mundo árabe, como portavoz de las
mujeres, los pobres y los niños.
La monarquía en Marruecos goza de un prestigio y una
devoción sin límites por parte de sus habitantes, aunque últimamente el rey
Mohammed VI tuvo que realizar algunas concesiones “democráticas” para evitar
que se iniciaran manifestaciones. El rey es el 5º monarca más rico, con un
patrimonio calculado de más de US$ 1.500 millones. Posee el conglomerado
industrial ONA, el cual se dedica a actividades como la banca, seguros,
industria pesquera, informática, alimentación, turismo, minería y telefonía.
Mohammed VI recibe anualmente siete veces más dinero de lo
que el Estado español asigna al rey Juan Carlos. Para sus desplazamientos,
utiliza aviones de las líneas aéreas marroquíes y siempre hay un Boeing 747
dispuesto a despegar en el momento que el rey lo desee. Al menos 34 millones de
euros son destinados a gastos por “viáticos”, y otros 7 millones para
alojamiento en el extranjero. La familia real posee propiedades inmobiliarias
en Marruecos y en varios países occidentales cuyo valor es incalculable.
El sexto monarca más rico de la región es el sultán Qaboos
de Omán, un pequeño territorio en que las leyendas sitúan escenas de los Reyes
Magos, de Simbad el Marino y del bíblico Job, cuya tumba -se dice- está allí.
Qaboos, dueño de US$ 1.100 millones, es un gobernante benévolo y afable, pero
que puede meter en la cárcel a quien se le antoje, cortarle la cabeza y ponerla
en vinagre. Ostenta los cargos de Primer Ministro, ministro de Asuntos
Exteriores, de Defensa y de Finanzas, pero recientemente se vio obligado a
conceder poderes legislativos a funcionarios que no pertenecen a la familia
real, en un intento por apaciguar las protestas populares que demandan empleo y
una mayor apertura política.
Por último, de todos los monarcas árabes, el más
"pobre" es el emir Sabah Al-Sabah de Kuwait, país que hasta hace
pocas décadas era uno de los lugares más remotos, atrasados e insignificantes
del mundo. El descubrimiento del petróleo hizo rico a Kuwait, con el ingreso
per cápita más alto de mundo (hasta que el emirato de Abu Dhabi lo sobrepasó,
en 1970). La familia Al-Sabah gobierna desde hace 250 años este pequeño estado,
que posee la décima reserva de petróleo más grande el mundo: unos 95 millones
de barriles.
El anciano gobernante de esta potencia económica -principal
miembro de la OPEP- atesora US$ 500 millones que corren siempre el peligro de
agotarse, como el petróleo. Por eso, su precavido antecesor, el emir Javer,
creó un año antes de morir el “Fondo para las Generaciones Futuras”, una red
financiera de seguridad de los kuwaitíes de cara al agotamiento del “oro negro”
que tantos placeres ha dado a los monarcas de la región.
DARÍO SILVA D'ANDREA
Publicado en PERFIL.COM