Nacida en Berchtesgaden (localidad tristemente famosa por
ser donde Adolf Hitler construiría su residencia alpina, el Berghof) en 1923,
cinco años después de la abolición de la monarquía alemana, Irmingard era hija
del Príncipe Heredero Ruperto de Baviera y de su segunda esposa, la princesa
María Antonia de Luxemburgo, emparentada con la rama miguelina de los Braganza.
El padre de Irmingard había estado casado previamente con su prima, María
Gabriela de Baviera, que le dio cinco hijos (de los cuales cuatro fallecieron
de pequeños o al nacer). Con su segunda esposa, el príncipe tendría un hijo y
cinco hijas más: Enrique (fallecido en un accidente de coche; su viuda falleció
en circunstancias parecidas cuarenta años después), Irmingard, Editha, Hilda,
Gabriela (Duquesa de Croÿ) y Sofía (Duquesa de Arenberg).
Si bien los Wittelsbach perdieron su trono en 1918,
Irmingard y su familia pudieron continuar residiendo en Baviera incluso durante
la República de Weimar. Consta que el príncipe Ruperto era uno de los
aristócratas más populares de la región. La familia se mantuvo al margen de los
tejemanejes políticos de Adolf Hitler, y el príncipe nunca formó parte del
Partido Nazi (a diferencia de muchos otros ex soberanos alemanes).
Poco después
del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el príncipe y su familia se vieron
obligados a escapar a Italia, a finales de 1939. Irmingard y sus hermanos
residieron en Florencia gracias a las gestiones del rey Víctor Manuel III.
Desde allí, Ruperto esperaba que un día pudiese restituirse la monarquía bávara.
Irmingard mientras pasaba sus días entre Roma, Florencia y Padua.
El septiembre de 1944 Irmingard, su madre y sus hermanos
fueron detenidos y transportados al campo de concentración de
Oranienburg-Sachsenhausen; más tarde serían llevados a Flossenbürg y a Dachau,
donde permanecerían casi un año, hasta que fueron liberados por los
estadounidenses el 30 de abril de 1945.
Tras el fin de la guerra Irmingard se fue a residir a
Luxemburgo, donde reinaba su tía materna, la Gran Duquesa Carlota. Después de
eso fue a vivir un tiempo a Estados Unidos, en el rancho de su tío el príncipe
Adolf de Schwarzenberg, en el Estado de Montana.
En 1950 contrajo matrimonio
con su primo Luis de Baviera (1913-2008), con quien tendría un hijo y dos hijas
(éstas muertas al nacer). Su hijo Luitpold se convertirá, tras la muerte de sus
primos Francisco y Max (que actualmente no tienen sucesión, ni es probable que
la tengan), en depositario de los derechos dinásticos al trono bávaro. Con
cinco hijos, la sucesión estaría plenamente asegurada. Sus hijos son: Augusta
(Princesa de Lippe-Weissenfeld), Alice (Princesa de Auersperg), Luis, Enrique y
Carl.
La Princesa Irmingard falleció el 23 de octubre de 2010.