23 de junio de 2011

El Palacio Grimaldi se viste de gala

Escenario de las grandes celebraciones de la familia principesca, volverá a ser el marco de unas celebraciones nupciales tras cuatro años de obras de restauración.

Después de una época en la que el edificio fue un solitario enclave por el que el anciano príncipe Rainiero III paseaba sus recuerdos, el palacio vuelve a ser un hogar. El lugar donde residirán, en unos apartamentos a medida, el príncipe Alberto y Charlene Wittstock.

El palacio ha experimentado cambios en los últimos años. En 2006, al año de fallecer su padre, el príncipe Alberto se propuso adaptarlo al siglo XXI, aunque preservó la fortaleza y el espíritu de sus antepasados. Decidió ampliarlo, añadiendo unos 3 mil 200 metros a la estructura original, sin modificar la emblemática fachada.

Así, el soberano ha reinventado el palacio, trabajando estrechamente con arquitectos que han seguido sus directrices. Unas reformas, claro, a las que la futura princesa, Charlene Wittstock, también ha añadido un toque personal, pues será aquí donde reinará como primera dama de Mónaco.

El palacio monegasco cuenta con legendarios rincones donde permanece viva la memoria de los antepasados de la familia Grimaldi. Desde el Salón de los Espejos, donde se celebran las ceremonias oficiales, hasta la Salle des Gardes, alberga los retratos del tatarabuelo de Alberto, príncipe Alberto I (1848-1922), y su esposa, la princesa Alicia (1858-1925), pasando por la galería de Hércules y la escalinata de mármol de Carrara presidida por el escudo de los Grimaldi, "Deo Juvante" (con la ayuda de Dios), que conduce al patio de honor y por la que Charlene descenderá con su traje de novia, al igual que la princesa Grace hace 55 años para casarse por la Iglesia el próximo día 2 de julio.

Un día antes, el viernes 1 de julio, el presidente del Consejo de Estado, Philippe Narmino, oficiará la boda civil en el Salón del Trono de palacio, donde también se casaron los príncipes Raniero y Grace, bajo los frescos de Orazio Ferrari.

Tras su boda civil, el príncipe y Charlene matrimonio llevarán a cabo el tradicional saludo desde el balcón del Salón de los Espejos, llamado también sala ceremonial. La estancia está presidida por el impresionante retrato de la princesa Grace de gala, con encaje y tiara. Después, el matrimonio ofrecerá a sus invitados una recepción en el salón azul o Salle des Gardes, decorado con frescos pompeyanos y en el que cuelgan los retratos de los Grimaldi.

El patio principal

El patio de honor de palacio, mítica explanada donde se celebrará la boda religiosa, siempre ha ocupado un lugar especial en los corazones de los monegascos, ya que tradicionalmente ha sido escenario de grandes acontecimientos como la adhesión al trono de los príncipes de Mónaco o la presentación de los hijos de los soberanos.

El patio puede considerarse la antigua parte central de la fortaleza allá por el siglo XIII. Su actual apariencia arquitectónica data del reinado de Honoré II, pero fue su sucesor, el príncipe Luis I, quien decidió abrir la monumental entrada en la fachada principal, que está frente a la plaza y la vieja ciudad. Durante las renovaciones de palacio ordenadas por el príncipe Raniero III, el patio principal se pavimentó con tres millones de guijarros blancos y de color que forman enormes formas geométricas.

Frente a la escalera del patio principal, los frescos atribuidos a Luca Cambiaso (1527-1585) que representan El triunfo de Baco y Las divinidades del mar adornan la fachada. Otros frescos decoran la elegante galería de Hércules: en el arco de biseles están representados el nacimiento, la obra y la muerte del héroe mitológico, pintados por Orazio dei Ferrari (1605-1657), creador también de los decorados diseñados para el ballet llevados a cabo en la corte del príncipe Honoré II; entre las puertas y ventanas aparecen personajes mitológicos (Antíope, Semíramis, Sphiron, Artemís…) inspirados por grabados realizados con el estilo de Claude Vignon (1593-1670).

A mediados del siglo XVI, bajo las losas del patio principal se colocó un enorme tanque de medición de 1.500 metros cúbicos de agua de lluvia recogida. Este sistema fue diseñado para abastecer al palacio y a la ciudad con el agua durante casi un año en caso de sitio.

En 1960, el príncipe soberano abrió el patio principal a la prestigiosa Orquesta de la Ópera Nacional (renombrada Orquesta Filarmónica de Montecarlo en 1980) dotándola de prestigio y proyección internacional. Desde esta fecha, la tradición ha sido celebrar en el patio conciertos de música clásica y recitales, con los mejores solistas y maestros del mundo, durante la temporada de verano.

La escalinata del patio principal

Esta espectacular escalera en forma de herradura, inspirada en el castillo de Fontainebleau y que conduce a la galería de Hércules, se encuentra en el centro del patio principal. Construida bajo el reinado de Luis I, ahijado del rey Luis XIV, cada uno de los treinta peldaños fue tallado en el mismo bloque de mármol de Carrara. Mosaicos venecianos con forma de rosa forman el mosaico ornamental de los escalones de la entrada, mientras que los pasamanos están adornados con esferas de mármol Portor.

La capilla de San Juan Bautista

La capilla de palacio, una de las seis parroquias que conforman la arquidiócesis de Mónaco, fue construida en el siglo XVII bajo el reinado de Honoré II (1597-1662) en el extremo del patio principal, como reemplazo del antiguo oratorio localizado en el ala de palacio que mira al distrito de La Condomina. Toma su nombre del profeta que anunció la llegada de Jesucristo y quien le bautizó.

El 15 de octubre de 1656, el obispo de Niza consagró la capilla. Tras ser dañada durante la Revolución francesa, fue restaurada bajo los reinados de los príncipes Florestan I (1785-1856) y Carlos III (1818-1889).

Éste último añadió frescos de Jacob Froschle y Deschler d' Asburgo a los muros externos que representan a la patrona del Principado, Santa Devota, y legendarios eventos de la historia de Mónaco. Al interior le otorgó un estilo barroco el pintor italiano y ceramista Ernesto Sprega (1829-1911), responsable también del techo del Salón de Espejos y los arcos del comedor del palacio.

La vidriera que muestra El juicio de Santa Devota fue creada por Nicolas Lorin, maestro vidriero de Chartres. Una nave de bellas proporciones y La Madonna y el Niño pintado por el maestro de Narradi (hacia 1500) se incluyen entre los trabajos preservados aquí.

La capilla, adornada con un altar mayor de mármoles preciosos, se utiliza exclusivamente para ceremonias religiosas privadas.

La galería de Hércules

Dominando el patio principal, esta galería de estilo italiano diseñada por el arquitecto milanés Dominico Gallo en el siglo XVI se sitúa junto a los Grandes Apartamentos. Está decorada con frescos que representan personajes mitológicos, incluido uno con el famoso héroe que le da nombre, realizados por el artista genovés Orazio Ferrari, que logró dotar al palacio de un magnífico estilo renacentista italiano.

Los murales experimentaron varios cambios bajo las órdenes del príncipe Raniero III, que solicitó a Pier Francesco Mazzucchelli e "Il Morazzone" cuatro frescos que representasen personajes mitológicos o legendarios.

La puerta central de la galería conduce a la Sala del Trono y a los Grandes Apartamentos. Es desde esta galería desde la cual el soberano se presenta ante todos los monegascos concentrados en el patio principal en eventos importantes, tales como las adhesiones al trono o las presentaciones de una futura princesa o hijos del soberano.


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