La monarca está preocupada porque el ferrocarril pueda estresar y asustar a los caballos de la Federación Ecuestre Británica, según cuenta la agencia informativa italiana Ansa.
El proyecto, por un valor de 34.000 millones de libras esterlinas (38.484 millones de euros) fue anunciado en diciembre por el ministro de Transportes, Philio Hammond, y contempla que las vías pasen por el Parque Stoneleigh, en Warwickshire, donde tiene sede la Federación.
Allí, además, se realiza cada año el Show Real ecuestre y otros 200 eventos de equitación, entre ellos el salto de obstáculos y de doma clásica, del que la reina Isabel y el príncipe Felipe son asistentes habituales a estos espectáculos.
El príncipe Andrés informó a los funcionarios del Tesoro de las inquietudes de su madre, informó el periódico Sunday Times, que citó fuentes anónimas del gobierno. Uno de los temores de Isabel II es que los jinetes puedan ser arrojados a tierra por caballos encabritados por el ruido hecho por el medio de transporte.
El tren también podría afectar el turismo: el parque es visitado anualmente por 4 millones de británicos, que inyectan unas 43 millones de libras esterlinas a la economía local.
Follow @DariusBaires Tweet