Según la Corte de Phnom Pehn, los colaboradores más cercanos y políticos camboyanos, el monarca -coronado en 2004- se ha convertido en un verdadero prisionero en su propio palacio.
El rey Norodom Sihamoni puede ser heredero de un linaje real se remota a unos 2.000 años atrás, pero siempre ha parecido más adecuado para la escena artística en Europa - donde durante años fue bailarín de ballet-, que para la escena la política de su tierra natal. Ahora, según afirman sus colaboradores más cercanos y expertos en temas políticos, se ha convertido en un prisionero en su propio palacio.
La férrea vigilancia corre a cargo del primer ministro, Hun Sen, un político astuto, brillante e implacable, que fue consolidando su poder desde el golpe de Estado de 1997. Mientras gran parte de la población camboyana sigue sumida en la pobreza, y grupos defensores de los Derechos Humanos le achacan enriquecimiento ilícito y negocios turbios, Hun Sen extiende su control hasta en el mismísimo Palacio Real.
El rey Sihamoni -soltero, y alejado de su padre el ex rey Norodom Sihanouk- vive rodeado de perros guardianes del gobierno, bajo la supervisión del Ministro de Asuntos Real Kong Som Ol, un funcionario cercano a Hun Sen, que lo escolta en los pocos viajes que el monarca realiza fuera de los muros del palacio y se encarga de mantener alejados a los medios de comunicación.
“Creo que podemos usar las palabras «Rey Títere». Su poder se ha reducido a la nada”, dice Son Chhay, un miembro de la oposición del Parlamento y uno de los pocos críticos abiertos del gobierno. “El rey debe complacer al primer ministro de la medida de lo posible a fin de sobrevivir. Es triste verlo”.
A 7 años de su coronación, “triste, solitario, abandonado”, son las palabras que los camboyanos a menudo utilizan para describir Norodom Sihamoni. El monarca, pasa la mayor parte de su día firmando documentos, recibiendo a los invitados extranjeros y diplomáticos, resolviendo algunos asuntos de carácter “doméstico” y al final del día se retira a sus habitaciones. Generalmente cena en las noches en solitario y termina el día leyendo o viendo películas.
“El rey es un hombre bueno, amable, un símbolo de Camboya. Pero tiene un problema... No tiene poder. Está sólo en su propio palacio. En la televisión los líderes se inclinan ante él, a sus espaldas nadie lo respeta”, dice Sin Chhay, un joven funcionario que paseaba por la plaza. “Se podría decir que Hun Sen es el verdadero rey de Camboya”.
“No tengo duda de que Hun Sen actúa para disminuir el papel de la monarquía. Es por eso que el rey Sihamoni es efectivamente un prisionero en el palacio”, dice Milton Osborne, historiador australiano y autor de una biografía Sihanouk. Y agrega: “Él podría muy bien ser el último rey de Camboya”.
El príncipe Norodom Ranarridh -hermanastro del rey y presidente de un partido favorable a la monarquía-, afirma: “El rey no ejerce sus prerrogativas constitucionales para no poner en peligro una institución que considera más importante que él, la Corona. Tanto el rey como el primer ministro están muy contentos con la situación. Es una especie de pacto de caballeros”. Pero añade: “No creo que mi hermano sea feliz. Creo que le gustaría estar en otro lugar…”.
Darío Silva D'Andrea
Tweet