5 de julio de 2011

Los Duques de Cambridge visitan a los aborígenes del norte de Canadá

En la penúltima parada de su viaje a Canadá, Guillermo y Catalina de Inglaterra visitaron hoy una de las regiones más septentrionales del país, los Territorios del Noroeste, donde se reunieron con representantes de los aborígenes canadienses.

El príncipe Guillermo, que está destinado a convertirse un día en el rey de Canadá al ser segundo en la línea sucesoria del trono británico, que ostenta nominalmente la jefatura del Estado canadiense, y su esposa, Catalina Middleton, iniciaron el día en Yellowknife, la capital de los Territorios del Noroeste.

"Es magnífico estar al norte del 60" empezó diciendo el príncipe Guillermo en referencia a estar por encima del paralelo 60 norte, el punto geográfico en el que el diámetro de la Tierra es la mitad que en el ecuador y a partir del que, en el solsticio de verano, el Sol es visible durante 19 horas.

Ante algo más de un millar de personas concentrados en el parque Somba K'e, el príncipe Guillermo añadió que "este lugar es lo que representa Canadá" antes de terminar su breve discurso con un "gracias" pronunciado en dene e inuvialuktun, las dos principales lenguas aborígenes de la región.

Poco después, Guillermo y Catalina vieron a grupos aborígenes denes e inuit hacer una demostración de exóticos deportes árticos: saltos con uno y dos pies, saltos de rodillas y tirones de brazos, entre otras actividades.

El duque de Cambridge no se atrevió a intentar ninguna de estas acrobáticas actividades pero no tuvo ningún problema para probar suerte en un juego de "shinny", como se conoce en Canadá a los partidos callejeros de hockey y que es especialmente popular entre los más jóvenes.

Si ayer el príncipe Guillermo salió ganador de la amistosa regata que le enfrentó a Catalina, hoy no tuvo tanta suerte. Ante la atenta mirada de su esposa, el príncipe Guillermo intentó tres disparos de penalti pero fue incapaz de sobrepasar al portero.

Catalina, que está cautivando a los canadienses por su permanente sonrisa y su afabilidad en todo momento, comentaría posteriormente que habría probado suerte si no hubiese sido por sus zapatos de tacón alto que hacían juego con su vestido crema de tres cuartos de Malene Birger.

La duquesa de Cambridge seguramente podría haber conseguido un mejor resultado que su esposo, dado su pasado como jugadora de hockey sobre hierba.

El príncipe Guillermo tampoco tuvo suerte a la hora de la distribución de los regalos, dos camisetas del equipo de hockey sobre hielo de Canadá. Aunque las dos tenían el mismo nombre, Cambridge, Catalina se llevó la que tiene el número 1 mientras que el príncipe Guillermo se contentó con el número 2.

Tras una visita a la legislatura de los Territorios del Noroeste, los duques de Cambridge tenían previsto volar en hidroavión, la forma más habitual de transporte en una región donde prácticamente no existen carreteras, hacia lago Blachford, donde se reunirán con el Primer Grupo de Patrulla de los Rangers canadienses.

Los Rangers canadienses son una organización paramilitar formada en su mayoría por aborígenes con un especial conocimiento de los territorios árticos. En 2009, el príncipe Guillermo y su hermano, el príncipe Enrique, fueron nombrados Rangers honorarios.

La corona británica tiene una especial relación con los aborígenes de los Territorios del Noroeste, una región con una extensión de 1.171.918 kilómetros cuadrados, la superficie conjunta de España y Francia, donde sólo viven 43.759 personas en 33 comunidades.

Alrededor del 50 % de la población es aborigen.

La reina Isabel II de Inglaterra ha visitado en varias ocasiones la región donde los aborígenes aceptaron someterse a la Corona británica a través de tratados con Londres hace poco más de 100 años.

Fue en 1870 cuando este gigantesco territorio fue comprado por la Corona británica a la Compañía de la Bahía de Hudson, que había recibido los derechos reales para explotar comercialmente la región, e incorporado a Canadá.

Mañana, los duques de Cambridge tienen previsto salir con destino a Calgary, en la provincia de Alberta, el último tramo de su visita a Canadá. Pero antes de dejar los Territorios del Noroeste, la pareja real decidió hoy alterar sus planes e incluir una parada el miércoles en Slave Lake.

La localidad fue parcialmente destruida por un gigantesco incendio el pasado 14 de mayo, lo que provocó la evacuación de sus 7.000 residentes.


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