4 de agosto de 2011

"La reina de los oros", nueva biografía de una polémica reina de España

José María Zavala, experto en presentar un rostro natural y creíble a los protagonistas del pasado español, y en narrar sus vidas como la sucesión de aventuras que muchas veces fueron, presentó su nuevo libro.

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la protagonista de esta historia, no fue especialmente amada por sus súbditos, y tal vez por ello no se ha prestado la atención debida a su rol decisivo en el cambio de régimen en España.

Su mentalidad era más tradicional que liberal, pero Isabel II, la hija que había tenido con su tío Fernando VII (quien hacía con ella el cuarto intento matrimonial de obtener descendencia), era su hija, y por verla reina se decantó por el bando contrario al de su cuñado Don Carlos, forzando el cambio legislativo para posibilitarlo con el que comenzaron las guerras carlistas.

Pero Zavala no ha escrito una historia política de María Cristina ni de su Regencia (1833-1840), sino una entretenida historia personal que repasa cuatro o cinco momentos increíbles y "gloriosos" que hacen de ella un caso vitalmente extraordinario.

Líos y pasiones

¿No lo es que una mujer que acaba de ver morir al Rey, su tío y marido y padre de sus dos hijas (Isabel y Luisa Fernanda), contraiga segundas nupcias a las pocas semanas con un guardia de corps, Fernando Muñoz, a quien hará subir como la espuma en títulos, cargos y negocios (con el celebérrimo Marqués de Salamanca por medio) sin recato alguno?

¿No lo es que mantuviese en secreto ese matrimonio para no perder la Regencia, al tiempo que tenía con Muñozocho hijos, que uno tras otro disimulaba ante la Corte (las ropas de la época y un retiro a tiempo lo permitían), bautizándolos con padres y nombres supuestos?

¿No lo es que, además, su marido y ella supieran que su matrimonio era inválido por un defecto de jurisdicción en el oficiante (defecto causado por la necesidad del secreto), y vivieran con esa tortura de conciencia hasta que, muchos años después, pudieran casarse de nuevo (principal aportación documental de esta obra)?

¿No lo es que, desde el exilio (adonde la mandaronBaldomero Espartero primero y su misma hija Isabeldespués), montase una descabellada operación militar para colocar como rey de Ecuador a uno de sus hijos conMuñoz, gracia que casi cuesta una guerra?

¿No lo es que fuese acusada en las Cortes de la Primera República de haber robado las joyas de la Corona cuando partió al destierro, provocando un debate parlamentario en el que se foguearon primeros espadas, como el mismo Antonio Cánovas del Castillo, y con ribetes de esgrima parlamentaria y caballeresca por el honor o del deshonor de una dama de alcurnia? El Semanal Digital



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