"Yes, I am E-BA-NIS-TA". Además de las típicas fórmulas de saludo, David Armstrong-Jones (Londres, 3 de noviembre de 1961), vizconde de Linley, conoce esta palabra en nuestro idioma y la pronuncia con satisfacción a la hora de las presentaciones.
Ocho letras que encierran una pasión vital y una opción profesional no demasiado obvia para alguien que ha nacido en una residencia real constituyen el alma de su particular y respetado reino del buen hacer llamado Linley, empresa dedicada al diseño y realización de muebles y objetos únicos, principalmente de madera. "David Linley es un referente para quienes hemos llegado al mundo del diseño desde la ebanistería", señala Pepe Andreu.
Ambos se dan cita en Madrid con motivo de la presentación del libro Pensando muebles, que recoge la obra del artista catalán y que ha sido prologada por su colega inglés. Rodeados de algunas de estas piezas y de las miradas de los escogidos invitados al acto, Linley y Andreu protagonizan un mano a mano montando y desmontando la sensacional mesa Lola (en la fotografía inferior, tras él).
Los comentarios admirativos sobre el mecanismo que esconde el ingenioso mueble se mezclan con los de quienes se sorprenden de la falta de afectación del sobrino preferido de la reina Isabel II, que porta piezas de un lado a otro como si fuera un operario corriente. Pero no es la campechanía de su sangre azul lo más llamativo de la escena, sino su forma de mirar la obra de Andreu, que revela un conocimiento profundo del proceso creativo y una sentida reflexión sobre la materia, la forma y la función.
Los comentarios admirativos sobre el mecanismo que esconde el ingenioso mueble se mezclan con los de quienes se sorprenden de la falta de afectación del sobrino preferido de la reina Isabel II, que porta piezas de un lado a otro como si fuera un operario corriente. Pero no es la campechanía de su sangre azul lo más llamativo de la escena, sino su forma de mirar la obra de Andreu, que revela un conocimiento profundo del proceso creativo y una sentida reflexión sobre la materia, la forma y la función.
Sus ojos observan y se interrogan, sus manos se deslizan admirativas por los extraordinarios acabados. Y todo esto parece decir: "Amigo, yo sí sé todo lo que hay detrás… Ésta es una profesión muy sacrificada y los que nos dedicamos a ella nos reconocemos y establecemos inmediatos lazos de complicidad. Yo continúo teniendo taller en casa, me sigo considerando artesano, e-ba-nis-ta, pero ya no es como cuando empecé, que lo hacía yo todo".
El hijo de la princesa Margarita de Inglaterra y del reconocido fotógrafo lord Snowdon realizó su primer mueble en madera con 13 años. Una década más tarde, y tras completar su formación, creó su propia compañía: Linley. "Al principio la gente sólo quería cosas que hubiera hecho yo personalmente, y era un problema, porque somos un excelente grupo de artesanos, con distintas especialidades. Todavía hago alguna pieza o contribuyo en otras..., si es que mi equipo consigue localizarme".
Linley hace gala continuamente de esos rasgos de humor que se atribuyen a los Windsor. Durante la entrevista, el ladrido de un perro que sirve como tono del móvil de uno de los presentes se cuela en la grabación. Se ríe y apostilla: "Por favor, indique que ése no he sido yo, aunque es cierto que me llevo a mi perro a todas partes".
Amante del campo, hombre culto y afable, enamorado de Venecia y de la obra de David Hockney, de la arquitectura y las antigüedades (es presidente de Christie's Reino Unido), Linley se ve a sí mismo como "un caballero británico que ha evolucionado desde la tradición, en cierta forma igual que los muebles que hago".
Amante del campo, hombre culto y afable, enamorado de Venecia y de la obra de David Hockney, de la arquitectura y las antigüedades (es presidente de Christie's Reino Unido), Linley se ve a sí mismo como "un caballero británico que ha evolucionado desde la tradición, en cierta forma igual que los muebles que hago".
En su opinión, el tópico de british gentleman no ha dejado de existir, "pero es una figura que se ha vuelto más global. Tiene una visión mucho más amplia de las cosas que la de las generaciones anteriores, navega por Internet… Aunque ha desterrado el bombín, tal vez sigue llevando trajes hechos a medida, como lo hacían sus padres, pero los luce de una manera diferente. Por ejemplo, yo no suelo llevar corbata y camisa para diferenciarme de la imagen clásica de gentleman. Me preocupa la calidad y la pulcritud en el vestir, pero de una manera renovada", asegura.
Su particular uniforme recuerda al de algunos arquitectos y publicistas: íntegramente negro, jersey de cuello alto de John Smedley y americana. "Resulta correcto y cómodo. En Londres me desplazo en bicicleta cuando voy a trabajar. Tengo la suerte de moverme principalmente en Saint James: el mejor sitio del mundo para vivir, lleno de historia y bellos edificios".
Su particular uniforme recuerda al de algunos arquitectos y publicistas: íntegramente negro, jersey de cuello alto de John Smedley y americana. "Resulta correcto y cómodo. En Londres me desplazo en bicicleta cuando voy a trabajar. Tengo la suerte de moverme principalmente en Saint James: el mejor sitio del mundo para vivir, lleno de historia y bellos edificios".
Aprovecha sus estancias en la sede de Linley para hablar con clientes y empleados, recomendación que dirige a otros empresarios. "Cuando la gente visita nuestro taller, lo primero que comentan es que ignoraban que en Inglaterra se siguieran haciendo cosas de esta calidad y detalle. Su segunda observación es la edad media de nuestros artesanos, entre 20 y 30 años", afirma.
Sostiene que una nueva generación de jóvenes empieza "a recuperar el sentido de la realización profesional con el trabajo manual, con la creación más que con la mera producción. Esto es una novedad importante porque entramos en un contexto donde se vuelven a revalorizar habilidades denostadas hace sólo unas décadas".
Sostiene que una nueva generación de jóvenes empieza "a recuperar el sentido de la realización profesional con el trabajo manual, con la creación más que con la mera producción. Esto es una novedad importante porque entramos en un contexto donde se vuelven a revalorizar habilidades denostadas hace sólo unas décadas".
Y no sólo la realización de piezas hechas a mano cobra nuevo sentido, también la adquisición de objetos únicos. "A todos nos gusta Zara, pero creo que sentimos que es bueno complementarlo con algo que sea más personal, no necesariamente caro; pero sí auténtico", prosigue.
Cierra esta tendencia la posibilidad de entrar en la escena de la creación, contemplar el propio proceso. "Estoy convencido de que, si colocase en mi escaparate a un ebanista trabajando un sábado por la tarde, se agolparía la gente en la tienda. Cuanto más tecnificada está la sociedad, más se valora el trabajo artesanal". Los vientos parece que juegan a favor de su manera de ver las cosas.
Cierra esta tendencia la posibilidad de entrar en la escena de la creación, contemplar el propio proceso. "Estoy convencido de que, si colocase en mi escaparate a un ebanista trabajando un sábado por la tarde, se agolparía la gente en la tienda. Cuanto más tecnificada está la sociedad, más se valora el trabajo artesanal". Los vientos parece que juegan a favor de su manera de ver las cosas.
Además, la madera, su material favorito, gana terreno en los interiorismos actuales. "Somos sensibles al tacto y nos encariñamos de un objeto cuando tenemos la posibilidad de descubrirlo a través de este sentido. La madera en particular es muy cálida, sobre todo si ha sido trabajada manualmente", explica.
Sus trabajos de interiorismo se desarrollan principalmente en Inglaterra, aunque también ha recibido encargos de Rusia y Oriente Medio, así como la decoración de yates y jets. "Me agradó especialmente recibir el encargo del Hotel Claridge de Londres de redecorar varias de sus suites, ya que lo conozco desde niño. Fue fascinante recuperar piezas, antigüedades, trozos de su deslumbrante historia".
Su condición de presidente de Christie's Reino Unido, cargo que ocupa desde 2006, le ha permitido entrar en contacto con el mundo del coleccionismo, otra de sus debilidades. "Vivimos un momento interesante. Mercados emergentes, como China, Rusia o Brasil, están teniendo un impacto enorme en el coleccionismo. Lo estamos viendo en el vino, por ejemplo.
Sus trabajos de interiorismo se desarrollan principalmente en Inglaterra, aunque también ha recibido encargos de Rusia y Oriente Medio, así como la decoración de yates y jets. "Me agradó especialmente recibir el encargo del Hotel Claridge de Londres de redecorar varias de sus suites, ya que lo conozco desde niño. Fue fascinante recuperar piezas, antigüedades, trozos de su deslumbrante historia".
Su condición de presidente de Christie's Reino Unido, cargo que ocupa desde 2006, le ha permitido entrar en contacto con el mundo del coleccionismo, otra de sus debilidades. "Vivimos un momento interesante. Mercados emergentes, como China, Rusia o Brasil, están teniendo un impacto enorme en el coleccionismo. Lo estamos viendo en el vino, por ejemplo.
En paralelo, las nuevas tecnologías han cambiado el acceso al mundo del arte. Hoy seguimos las subastas por Internet o vemos los catálogos on-line. Es una revolución fascinante, aunque procuro que mi mujer no vea el catálogo de Christie's en mi iPad por miedo a que vea algo maravilloso… y desequilibre el presupuesto familiar".
Fuente: Expansión.com