El primer ministro británico, David Cameron, decidió apoyar la construcción de un nuevo yate para la reina Isabel II, a pesar de la fuerte polémica desatada esta semana en el Reino Unido por un proyecto que costará más de 70 millones de euros.
David Cameron se sumó así al proyecto, defendido por varios miembros de su gobierno, de elevar el perfil de las celebraciones de los 60 años de reinado de la soberana mediante «un regalo de la nación a la reina», en palabras del ministro de Educación, Michael Gove.
El planteamiento fue rechazado de inmediato por la oficina del primer ministro y por el viceprimer ministro, Nick Clegg, por considerar la posibilidad de emplear dinero del contribuyente como «inapropiada» y «lejana a las prioridades de la gente», según dijo el líder liberal del lunes.
El entorno del ministro de Educación lleva dos días explicando que la redacción de la carta era «descuidada», y que no proponen recurrir a las arcas públicas.
La filtración de la misiva —una de las varias enviadas por al menos dos ministros a su jefe en defensa del proyecto— permitió a la oposición laborista situar al titular de Educación, uno de los miembros más tradicionalistas y monárquicos del Ejecutivo, «fuera de la realidad» en tiempos de fuertes recortes presupuestarios en los colegios.
Y ha generado un fuerte debate en el que la grave situación económica que atraviesa el país interfiere con los preparativos del que será, junto a los Juegos Olímpicos, el otro gran evento del año en Reino Unido: las celebraciones el primer fin de semana de junio de las bodas de diamante de Isabel II por sus 60 años en el trono.
El proyecto del almirante Bawtree es sufragar mediante donaciones individuales y de empresas un nuevo velero de 157 metros, con un coste estimado de unos 72 millones de euros.
El buque serviría como buque escuela, además de para albergar a miembros de la Familia Real al contar con dos suites VIP y un helipuerto, según explicaron los responsables de su diseño.
El príncipe Carlos y la princesa Ana apoyaron una idea sobre la que Isabel II no se ha pronunciado aún, y que tendría ya comprometido unos 20 millones de euros de varios donantes privados. Los promotores se dirigirán también a las grandes empresas británicas para pedirles aportaciones.
Isabel II se quedó sin barco, muy a su pesar en 1997, poco después de que los laboristas llegaran al poder. Tony Blair jubiló sin miramientos al Britannia que, con 6.000 toneladas de peso y 230 tripulantes, era un lujo de otros tiempos y una carga insostenible para el erario público.
El proyecto del almirante Bawtree es sufragar mediante donaciones individuales y de empresas un nuevo velero de 157 metros, con un coste estimado de unos 72 millones de euros.
El buque serviría como buque escuela, además de para albergar a miembros de la Familia Real al contar con dos suites VIP y un helipuerto, según explicaron los responsables de su diseño.
El príncipe Carlos y la princesa Ana apoyaron una idea sobre la que Isabel II no se ha pronunciado aún, y que tendría ya comprometido unos 20 millones de euros de varios donantes privados. Los promotores se dirigirán también a las grandes empresas británicas para pedirles aportaciones.
Isabel II se quedó sin barco, muy a su pesar en 1997, poco después de que los laboristas llegaran al poder. Tony Blair jubiló sin miramientos al Britannia que, con 6.000 toneladas de peso y 230 tripulantes, era un lujo de otros tiempos y una carga insostenible para el erario público.
La reina y el resto de la familia real lo habían utilizado durante 44 años para viajes oficiales, vacaciones, recepciones a mandatarios extranjeros y lunas de miel, como la de Carlos y Diana.
Era el compañero de toda una vida para Isabel II, a la que se le saltaron las lágrimas durante la ceremonia final en Portsmouth, con la que el navío quedó fuera de servicio. El Britannia es ahora una atracción turística en los muelles de Leith, cerca de Edimburgo, y está disponible para quien desee alquilarlo.