4 de diciembre de 2011

Revelan en Inglaterra el "brutal comportamiento" del Duque de Edimburgo hacia Isabel II en los años '50


La reina Isabel II rompió a llorar tras el "brutal comportamiento" de parte de su esposo, Felipe de Edimburgo, cuando ella se negó a tomar su apellido -Mountbatten-, según una nueva biografía. Las tensiones familiares marcaron los primeros años de Isabel como reina





La reina Isabel II rompió a llorar tras el "brutal comportamiento" de  parte de su esposo, Felipe de Edimburgo, cuando ella se negó a tomar su apellido -Mountbatten-, según una nueva biografía. La autora, Sally Bedell Smith, incluso sugiere que la brecha de diez años entre el nacimiento de la princesa Ana y el príncipe Andrés fue el resultado de "la ira de Felipe sobre el rechazo de la reina de su apellido".

El nuevo libro, titulado Isabel, la Reina, que se publicará en enero, narra los días de la irritación de Felipe por la decisión de su esposa de aceptar el consejo del entonces primer ministro, Winston Churchill, de mantener el nombre de la Dinastía Windsor.

El duque había querido que la familia real pasara a ser conocida como la Casa de Mountbatten cuando la murió su suegro -Jorge VI- y su esposa fue coronada, en 1952, y se quejó a sus amigos que: "Yo soy el único hombre en el país no se les permite dar su nombre a sus hijos. No soy más que una ameba".



Lord Louis Mountbatten, tío y mentor del duque, creía que el "retraso" de la pareja tener más hijos después de la princesa Ana, en 1950, fue el resultado de la ira del duque sobre esa cuestión. Incluso en 1960, cuando la reina estaba embarazada del príncipe Andrés, dijo al primer ministro Harold Macmillan que tenía que "revisar" el tema del nombre dinástico, que había sido motivo de irritación de su consorte desde 1952.

En un artículo publicado en la última edición de la revista Vanity Fair, el autor cita una entrada del diario de Harold Macmillan, en el que escribió: "Lo único que deseaba la reina era hacer algo para agradar a su esposo, del cual está perdidamente enamorada... Lo que me molesta es la actitud de casi brutal del príncipe a la reina con todo esto".

Macmillan traspasó la cuestión a su asesor, Rab Butler, quien afirmaba haber encontrado a la reina Isabel hecha un mar de lágrimas tras el ataque de Felipe. Finalmente, el Gobierno y la Casa Real se pusieron de acuerdo en que los descendientes de la pareja que no ostentaran el tratamiento de "Alteza Real", serían apellidados Mountbatte-Windsor. De hecho, la princesa Ana firmó el registro de su primer matrimonio, en 1973, como "Anne Mountbatten-Windsor".







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