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El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, ha continuado con varias misiones comerciales en el extranjero a pesar de haber renunciado como representante especial del Reino Unido a raíz de sus vínculos con dictadores.
El duque de York, de 51 años y segundo hijo varón de la soberana, fue hasta el pasado julio representante comercial del Reino Unido pero se vio obligado a dimitir al revelarse sus contactos con Jeffrey Epstein, condenando por abusos sexuales de menores, y con dictadores como el asesinado líder libio Muamar al Gadafi.
Según informa hoy la prensa británica, el príncipe Andrés ha realizado 17 viajes al extranjero desde su renuncia, entre ellos a países como Arabia Saudí y China, en nombre de Comercio e Inversión del Reino Unido, una sección del Ministerio para Empresas.
Al parecer, el duque se ha reunido con personalidades de Catar, Malasia, Mongolia o Bahrein.
El diputado laborista Chris Bryant, quien fue secretario para Europa en el último Gobierno del Laborismo, ha afirmado que el Gobierno de coalición -entre conservadores y liberaldemócratas- tiene que aclarar la situación del príncipe.
"El año pasado, después de fuertes críticas, dejaron de contar con los servicios del duque de York, pero ahora parece que todo es normal. No debería haber ningún secreto sobre todo si el contribuyente británico paga por los viajes del duque", dijo Bryant en unas declaraciones que publica hoy el diario The Guardian.
Al presentar el año pasado su dimisión, el duque había dicho que tenía pensado dedicarse a apoyar a empresarios en el Reino Unido, especialmente a las pequeñas empresas.
Sin embargo, The Guardian revela que en los últimos meses el duque de York ha mantenido encuentros privados con el ministro británico de Exteriores, William Hague, y el titular de Economía, George Osborne, además del responsable de Cooperación Internacional, Andrew Mitchell.