11 de enero de 2012

El nuevo presidente de Nicaragua se queda sin el abrazo de la Casa de Borbón

El flamante mandatario saludó solemnemente al príncipe, representante oficial de España. Un grupo de opositores aseguró la semana pasada que la presencia de don Felipe en la asunción del presidente Daniel Ortega representaría un "aval a la instauración de una dictadura".




En un gesto político y diplomático que habla por sí solo, el Príncipe de Asturias (representante oficial de España) y el reelegido presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no se abrazaron tras la toma de posesión del segundo, a diferencia de lo que ha ocurrido con el resto de dirigentes internacionales que han asistido a la ceremonia, celebrada en Managua, capital nicaragüense.

Una vez que Ortega asumió formalmente el mando presidencial que le permitirá dirigir el país hasta 2017, comenzó a abrazar a los líderes internacionales que acudieron a arroparle en este acto.

En las imágenes difundidas por televisión, se puede ver cómo Ortega abraza al presidente de Venezuela, Hugo Chávez; al iraní Mahmud Ahmadineyad y sigue con el presidente saliente de Guatemala, Alvaro Colom.

Es precisamente en ese momento cuando Ortega se cruza con el Príncipe, que le mira y le sonríe mientras abraza a Colom. Cuando el nicaragüense se separa del presidente guatemalteco permanece un momento frente a Don Felipe, pero éste comienza a aplaudir y Ortega retoma el andar en dirección al sucesor de Colom, Otto Pérez Molina.

Antes de la ceremonia de la toma de posesión, Ortega se reunió con el Príncipe por espacio de una hora en La Casa de los Pueblos, sede presidencial.

En el encuentro, que transcurrió en un clima "cordial", ambos repasaron el estado de las relaciones bilaterales e intercambiaron puntos de vista sobre las mismas, informaron a Europa Press fuentes de la delegación de Zarzuela que acompaña al Heredero de la Corona.

A la ceremonia de investidura han asistido, además de los líderes antes mencionados, los presidentes de El Salvador, Mauricio Funes; de Honduras, Porfirio Lobo, y de Haití, Michel Martelly. Entre las ausencias, destaca la de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, así como la de su homólogo panameño, Ricardo Martinelli, que se ha descolgado en el último momento. También ha faltado el cubano, Raúl Castro, como es habitual.

La semana pasada, un grupo de cincuenta opositores nicaragüenses se manifestó en las afueras de la Embajada de España en Managua para pedir al príncipe Felipe que no asistiera a los actos de investidura del reelegido presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el próximo martes.
Los manifestantes entregaron en la sede diplomática una carta en la que explican que la presencia del heredero de la Corona española representaría un "aval" a "la instauración de una dictadura" en Nicaragua y un "respaldo" al resultado de los comicios del pasado 6 de noviembre, ganados por Ortega y considerados fraudulentos por la oposición.

"Cuestionamos la presencia del príncipe en la toma de posesión de Ortega. España estaría avalando el fraude electoral y la dictadura de Daniel Ortega", declaró a Efe Juanita Jiménez, dirigente del opositor Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), que organizó la manifestación de este viernes.

En el escrito, los opositores dicen al príncipe Felipe que "el fraude fue de tal magnitud, que al día de hoy, luego de dos meses de haberse realizado las elecciones, el Poder Electoral ha sido incapaz de presentar al pueblo nicaragüense, a como lo manda la ley, un informe con los resultados detallados". "Príncipe, no legitime una dictadura", decía una pancarta que llevaban los manifestantes.



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