5 de junio de 2012

«Happy and Glorious!»: La reina Isabel II concluyó su Jubileo con Gran Bretaña a sus pies

EN FOTOS | La última jornada de festejos comenzó con la celebración de un servicio nacional de acción de gracias en la Catedral de St. Paul, en pleno centro de la capital, tras el que la familia real llegó en carroza al Palacio de Buckingham y un desfile aéreo a cargo de las Fuerzas Aéreas británicas.




Tal como habían advertido los servicios meteorológicos, llovió cuando la reina Isabel II apareció en el balcón del Palacio de Buckingham para saludar a la multitud, compuesta por más de un millón y medio de personas, según Scotland Yard. Esta última jornada de celebraciones fue la más formal que los días previos, en los que ha predominado el carácter festivo y lúdico. El servicio religioso en la catedral de St. Paul fue dirigido por su deán, David Ison, mientras que la lectura del sermón corrió a cargo del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ante la presencia de la familia real británica y otras personalidades.

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La soberana llegó en un automóvil Bentley, acompañada excepcionalmente de una de sus damas de honor, al templo anglicano situado en el corazón de la capital, donde fue recibida por miles de admiradores al grito de "Larga vida a la reina". Isabel II, que también es Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra, eligió un abrigo de seda de tul de color verde menta bordado y salpicado de cristales con sombrero a tono para esta ceremonia en honor de sus 60 años de reinado.

"Declarar una dedicación para toda una vida es asumir un enorme riesgo", afirmó en su sermón el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Pero, agregó, "ha hecho a su 'público feliz y todas las señales apuntan a que ella también se siente feliz, realizada y a gusto con estos encuentros. Lo mismo puede decirse del príncipe Felipe, y nuestras oraciones y pensamientos van para él esta mañana", agregó.

A la misa asistieron 2.000 personas, incluidos miembros de la familia real como el príncipe Carlos y Camila y Guillermo y Catalina, duques de Cambridge. El primer ministro británico, David Cameron, encabezó la representación gubernamental junto con diplomáticos y otros líderes políticos extranjeros.

Como a lo largo de los cuatro días de festejos del Jubileo, miles de personas, incluidos un puñado de antimonárquicos, se congregaron frente a la catedral para vislumbrar a una soberana en la cima de su popularidad. Tras la ceremonia religiosa, la reina asistió a una recepción en Mansion House, la residencia oficial del alcalde de la City de Londres, mientras que su hijo Carlos, heredero del trono, la representó en el histórico ayuntamiento de la capital con su esposa.

Toda la familia real participará posteriormente en un almuerzo que reunirá a unas 700 personas representativas de todos los ámbitos de la sociedad en el palacio de Westminster, donde se servirá un menú clásico británico compuesto por salmón marinado, cordero con espárragos y patatas con una salsa "Jubileo" y una "sinfonía de postres".

Muchos británicos lamentaron la ausencia de Felipe, el consorte de la monarca durante sus seis décadas de reinado, como Pamela Stratton, una jubilada de 67 años que llegó desde Yorkshire con su hija y el novio de ésta. "Es muy triste. Ha sido un gran respaldo para ella y espero que se cure", dijo mientras esperaba para ver por primera vez a su monarca "en carne y hueso". El mismo Felipe, que cumplirá 91 años el próximo domingo, se declaró "decepcionado" por perderse el final de las celebraciones del Jubileo de su esposa, con quien lleva casado desde 1947, según el comunicado del palacio.


La carroza de Eduardo VII

Tras participar en un almuerzo en Westminster Hall (sede del Parlamento británico) con unos 700 invitados, Isabel II recorrió una ruta por el centro de Londres en carroza, por primera vez sin la compañía de su esposo. Durante esa procesión de carrozas, que concluyó en el Palacio de Buckingham, la reina viajó acompañada de su hijo mayor, Carlos, y de su nuera, la duquesa de Cornualles, en la carroza State Landau (que data de la coronación de su bisabuelo, Eduardo VII, en1902) mientras el resto de miembros de la Monarquía británica viajaron en otros carruajes. Al llegar a palacio, esos miembros de la Casa Real británica subieron al balcón desde donde saludaron a los miles de ciudadanos que se congregaron para el acto final del Jubileo.

Ausente el duque de Edimburgo, hospitalizado desde la víspera por una infección de vejiga, la reina estuvo arropada en todo momento en esta cuarta y última jornada del maratón festivo por su primogénito, Carlos, acompañado de su esposa Camila, y sus nietos Guillermo y Enrique. Mientras hizo su aparición en el balcón, recubierto de rojo con detalles dorados, varios aviones surcaron el cielo en vuelo rasante dejando una estela con los colores blanco, azul y rojo de la bandera británica. Isabel II saludó sonriente con su mano enguantada a británicos y turistas, mientras su Guardia disparaba un 'fuego de júbilo' y lanzaba ¡hip, hip, hurra!, coreado como fin de fiesta por la muchedumbre que formaba un mar de paraguas.

A pesar de las largas horas de espera, los admiradores de la reina, pertrechados con todo tipo de accesorios patrióticos, estaban entusiasmados. "Ha sido fantástico (...) Esto en el Reino Unido lo hacemos realmente bien", dijo Jill Davies, una mujer de mediana edad llegada de Suffolk (este), tras haber visto pasar a la reina por delante de Downing Street.


Mensaje de la reina

Isabel II se declaró "profundamente emocionada" por la movilización popular con motivo de su Jubileo de Diamante, en un excepcional mensaje televisado difundido en la tarde del martes tras la conclusión de las celebraciones. "Los actos a los que he asistido para celebrar mi Jubileo de Diamante han sido una experiencia que me ha hecho sentir humilde", declaró la soberana en este mensaje pregrabado, sus únicas palabras en este largo fin de semana.



"Me ha emocionado profundamente ver a tantos miles de familias, vecinos y amigos celebrando juntos en un ambiente tan festivo", agregó la reina, vestida de azul claro en un salón del palacio. "Pero el príncipe Felipe y yo misma queremos aprovechar esta oportunidad para brindar nuestro agradecimiento y reconocimiento especial a todos los que participaron en la organización de estas celebraciones del Jubileo. Ha sido un enorme desafío, y estoy segura de que todas las personas que han disfrutado de estos actos festivos se da cuenta de cuánto trabajo ha implicado", precisó.

"Espero que los recuerdos de todos los acontecimientos felices de este año animen nuestras vidas durante muchos años. Yo seguiré atesorando e inspirándome en las innumerables atenciones que he recibido en este país y en toda la Commonwealth. Muchas gracias a todos", concluyó. 

El mensaje, de alrededor de dos minutos de duración, estaba dirigido a los 60 millones de británicos y a los habitantes del resto de los otros 53 países de la Commonwealth, y fue difundido por las televisiones británicas y por la Cadena Real en la plataforma de vídeos YouTube. Aparte del tradicional mensaje navideños, los mensajes televisados de la reina son excepcionales. Los últimos que se recuerdan son el que dirigió a sus compatriotas con motivo de la guerra del Golfo en 1991, y el tributo a la princesa Diana en 1997.

Una ausencia significativa

El gran ausente en las celebraciones del lunes y martes fue el príncipe Felipe, esposo de la reina, que se encuentra internado en el Hospital Edward VII de Londres por una infección de la vejiga. En un comunicado, el palacio señaló que el duque de Edimburgo, que cumplirá 91 años el próximo domingo, fue ingresado como "medida preventiva tras sufrir una infección de la vejiga, que está siendo tratada". El esposo de la reina deberá permanecer hospitalizado "bajo observación, durante varios días", precisa el texto. 

El duque acompañó la víspera a la reina en la barcaza real que encabezó la histórica procesión organizada en el Támesis con ocasión del 60 aniversario de su entronización, bajo una intensa lluvia y temperaturas casi invernales. El leal consorte de Isabel II debía acompañarla también este lunes por la noche en el gran concierto frente al palacio de Buckingham. El palacio precisó que el príncipe Felipe está "comprensiblemente decepcionado por haberse perdido el concierto del Jubileo de Diamante y los compromisos de mañana".


"La Firma" apoya a la reina

Tras un Jubileo de Diamante triunfal, Isabel II se aseguró un lugar especial en los libros de historia y puede contemplar un ejercicio un poco más colegial de la monarquía después de 60 años haciendo de 'mujer orquesta', según los comentaristas. Armada de un sentido del deber ampliamente demostrado, la mujer que heredó la corona por un accidente de la historia se convirtió en la segunda soberana británica en un milenio en superar los 60 años de reinado. Y puede soñar con destronar en 2015 el récord de longevidad de su tatarabuela, la reina emperatriz Victoria.

Lo que es bueno para la reina es bueno para la monarquía, señalan los expertos de comunicación del palacio. Impulsada por la 'Isabelmanía', la institución goza de un respaldo del 80%.También es bueno para el país, afirma el primer ministro David Cameron, para quien la reina es "un factor de unidad y de estabilidad nacional". "Reinará hasta su último suspiro", asegura la historiadora Kate Williams. "No dimitirá, no abdicará", coincide el biógrafo Robert Jobson.

"El principio inherente a la monarquía británica es que uno se muere en el cargo", señala por su parte Clarissa Campbell-Orr, presidenta de la Socieda de Estudios de la Corte. Una vez reafirmado este principio, Jobson admite sin embargo que "la reina no podrá continuar al mismo ritmo después del Jubileo".

La mujer que dice apreciar por encima de todo el campo y la compañía de sus caballos y de sus perros de raza corgi redujo ya el año pasado a 370 el número de compromisos oficiales, lo que supone todavía más de uno por día. "Con ocasión de sus 90 años (el 10 de junio de 2011), su esposo, el duque de Edimburgo, declaró: 'Me parece que ya he aportado mi grano de arena, ahora quiero disfrutar un poquito'. La reina lo imitará", aligerando sus desplazamientos, compromisos y entregas de condecoraciones, agrega Robson. "Aunque estoy convencido que habrá un desmentido, que dirá terminantemente 'no, sigo haciendo lo que he venido haciendo durante los últimos 60 años'. Pero creo que Carlos y Guillermo (primero y segundo en la linea sucesoria) van a ir adoptando más un papel de rey en la sombra", dijo.

Los expertos en monarquía británica coinciden en la ineludible ascensión de los "papeles secundarios" en la familia Windsor, rehabilitada tras las extravagancias de sus hijos en los años 90. El quinteto favorito está formado por el príncipe Carlos (63 años) y Camila, la amante de toda la vida con la que se casó tras la muerte de Diana, Guillermo (a punto de cumplir 30) y Catalina, que contribuyeron a modernizar la imagen de la monarquía desde su boda de cuento de hadas en 2011, y Enrique (27). Todos ellos son ya bastante activos dentro de "La Firma", como llamaba el padre de Isabel, Jorge VI, a la familia real.

Carlos, Guillermo y Enrique representaron a la reina por el mundo en este año de Jubileo, mientras ella se dedicaba al Reino Unido. Cada uno juega su papel. "Son como los Beatles", comenta Kate Williams. Harry el chistoso comparte protagonismo con Guillermo y Catalina por sus virtudes regeneradoras. El único problema es que Carlos no convence, a pesar de su compromiso con medioambiente y las obras benéficas. Se le reprochan errores pasados y una propensión al intervencionismo, en ruptura con la sacrosanta neutralidad de Isabel. "No goza de la popularidad de su madre, y seguramente tampoco de la de su hijo", señala la historiadora. Sin embargo, "en caso de problema mental o físico, es el que asegurará la regencia hasta que muera", recuerda. Antes de la entronización de Guillermo a la que aspira una mayoría de británicos, "Carlos reinará, aunque sea por muy poco tiempo".


Obama felicita a la Reina

El presidente Barack Obama saludó este martes a la reina Isabel II por su jubileo de diamente y expresó su deseo de verla "reinar durante largos años todavía", exaltando las buenas relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido. En un mensaje de video en el sitio de internet de la Casa Blanca, Obama expresó sus "sinceras felicitaciones" en su nombre y en el de los estadounidenses en ocasión de los 60 años de reinado de la soberana y afirmó que ella es un "testigo viviente" de la vigencia de esta "relación especial" entre sus dos países.

Obama, el 12º presidente estadounidense que la reina, de 86 años, conoció desde el inicio de su reinado en 1952, subrayó que "numerosos presidentes y primeros ministros pasaron (pero) el reinado de vuestra majestad los ha trascendido". "Es gratificante constatar que los lazos entre nuestras naciones son indispensables para nuestros dos países y el mundo", agregó Obama, nacido nueve años después de que Isabel II sucediera a su padre Jorge VI.















































































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