La dinastía Al-Jalifa, reinante en Bahrein, se mantiene firme pese a la trágica agitación social, que se cobró muchos muertos desde que empezaran las protestas, a principios de este año.
El rey Hamad prometió entablar reformas políticas para favorecer una reconciliación nacional, en un discurso pronunciado después de la publicación del informe de una comisión independiente sobre los disturbios ocurridos en ese país en febrero y marzo.
"Vamos a aplicar reformas que satisfagan a todos los componentes de nuestra sociedad. Es el único medio de conseguir una entente nacional", declaró el soberano Hamad bin Isa Al Jalifa.
Una Comisión independiente denunció este miércoles un "uso excesivo e injustificado de la fuerza "por parte de la policía de Bahréin" y la práctica "deliberada" de "la tortura" contra las personas detenidas en el movimiento de protesta que sacudió a Bahréin en febrero y marzo.
"Lamentamos enterarnos de que eso efectivamente sucedió", dijo Al Jalifa, que por otra parte acusó a Irán de haber "contribuido a fomentar la confesionalidad" en Bahréin, cuya población es mayoritariamente chiita.
"Se trata de una injerencia flagrante e inaceptable en nuestros asuntos internos", dijo a propósito de Irán.
El rey acusó a Irán de desarrollar una campaña mediática que constituye "un desafío no sólo para la estabilidad y la soberanía" de Bahréin sino también "para la seguridad y estabilidad de todos los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)".
"Esperamos que la dirección iraní reconsidere (...) su política que conduce a la desunión", agregó el soberano de Bahréin.
Sin embargo, la comisión de investigación independiente anunció este miércoles no haber encontrado pruebas de una implicación de Irán ni de abusos de la intervención de una fuerza conjunta de las monarquías del Golfo.
"Las pruebas presentadas (...) no han demostrado un vínculo claro entre los acontecimientos en Bahréin y un papel de Irán", declaró el presidente de la comisión, el jurista Sherif Basiuni, en su informe sobre la represión de las protestas publicado este miércoles.
Protestas contra la desigualdad social
Durante los meses de febrero y marzo, los alrededores de la Plaza de La Perla (en Manama, capital del país) quedaron repletos de grafitis y carteles contra la dinastía. “¡Muerte al Rey! ¡Muerte a Al-Jalifa!”, clamaban. En otro lado de la capital, los partidarios de la Corona se concentraban alrededor de la mezquita sunita de Al-Fatah a los gritos de “¡Viva Abu Salam!”, en referencia al rey Hamad.
Los que participan de las marchas, principalmente ciudadanos chiítas -que son el % 70 de la población-, pedían cambios políticos a sus gobernantes, que son sunníes. La mayoría pide, entre otras cosas, el cese del primer ministro, el príncipe Jalifa bin Salman -de 74 años, tío del rey- que lleva 40 años en el cargo.
Por último, el gobierno del rey Hamad fijó para el 1 de junio el levantamiento del estado de emergencia instaurado en marzo. En meses anteriores, las autoridades del reino reprimieron duramente, con el apoyo de tropas saudíes y de los Emiratos Árabes Unidos, las protestas para reclamar más democracia en la isla y que derivaron en la petición del fin de la monarquía. Varias decenas de personas murieron en la represión.
El rol de la Dinastía Jalifa
El rey Hamad, que subió al trono el 6 de marzo de 1999 tras la muerte de su padre, tiene derecho a nombrar o destituir a los miembros del Gobierno, y un buen número de príncipes de la familia ocupan 11 de los 23 ministerios. Entre ellos, el tío Primer Ministro.
Un Parlamento semidemocrático, sin partidos políticos, y sometido a las reglas del juego dictadas por Palacio, una relativa libertad de prensa (salvo en lo relacionado a la familia real y la religión), el respeto de los Derechos Humanos y la tolerancia de la oposición política constituyen lo máximo que Hamad parece estar dispuesto a dar y preservar, lo cual, considerando la historia de absolutismos feudales en toda la región, podría parecer mucho.
Según el analista de la BBC, Bella Laws, “la imagen de Bahrein es un modelo de cómo la democracia puede evolucionar en el Medio Oriente, cuidadosamente fomentada por el gobierno de la familia Al-Jalifa”. El pueblo ya no opina lo mismo, y escribe su propia historia.
Darío Silva D'Andrea