16 de mayo de 2011

Aprendiz de reina: la "princesa argentina" Máxima de Holanda cumple 40 años

Máxima de Holanda, esposa del príncipe Guillermo-Alejandro, y nacida en Buenos Aires, es la primera mujer sudamericana que llegará a ser Reina de una nación Europea. El 17 de mayo cumple 40 años y se perfila como el miembro más querido de la Familia Real Holandesa.

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El título de "Reina de los Países Bajos" -a futuro- forma parte de una especie de regalo que el Parlamento holandés hizo la semana pasada para, quizás, homenajear a la princesa heredera por su cumpleaños 40. Otros, se figuran, no sin emoción, que la coronación de Guillermo y Máxima está muy cerca, lo que mantiene en vilo a los holandeses.

La princesa, que un día inspecciona una guardia de honor y al día siguiente colabora en una campaña contra los piojos en una escuela holandesa (revisando incluso los cabellos de los estudiantes), combina a la perfección lo que los holandeses esperan de su monarquía: dignidad, trabajo y simpatía.

Máxima tiene personalidad”, expresa Marc van der Linden, jefe de redacción de la revista holandesa «Royalty». “Baila, canta, le da a la familia real una cierta alegría de vivir. Guillermo Alejandro era considerado un tipo insulso, sin carisma. Con Máxima a su lado, se ve mucho mejor”.

En un documental que la televisión pública holandesa, la princesa confiesa que cuando su marido se convierta en rey ella “seguirá haciendo las mismas cosas que hasta ahora”. “Estaré ahí apoyando a mi marido cuando sea coronado rey, pero yo no ejerceré de jefa de Estado, y seguiré haciendo lo mismo que hasta ahora”, indicó la princesa en la entrevista a la televisión, de la que hoy recoge algunos extractos la agencia ANP.

Máxima expresó también su deseo de "acompañar y dirigir" a su hija mayor, la princesa Catalina Amalia, de siete años, en su educación hacia la posición de futura reina de Holanda, ya que como primogénita es la primera en la línea de sucesión al trono después de su padre. Mientras tanto, Máxima considera importante que sus hija aprenda a gestionar sus ahorros, por lo que le dan una paga semanal de 1,5 euros.

"Para el cumpleaños de mi madre haré algo yo misma, porque me parece que comprarle algo es una pena para mi dinero", respondió con espontaneidad la hija mayor de los príncipes de Holanda cuando le preguntaron si ya sabía que iba a comprar a su madre para su 40 cumpleaños. Sobre asuntos más domésticos, Máxima reconoció que salvo ensaladas y alguna que otra pasta con sus hijas, no pisa la cocina y como cualquier familia de agendas apretadas ella y su esposo desean "larga vida" al microondas para calentar las comidas que le preparan.

En la entrevista, se muestra humilde y sencilla y reconoce que nunca soñó con ser princesa: “Es algo que no entraba en mis planes”. La princesa también habla en el documental de algunos momentos delicados desde que entró a formar parte de la familia de los Orange, como cuando le llovieron las críticas en 2007 por afirmar durante un discurso que la identidad holandesa no existía.

Me sirvió de lección y aprendí que tengo que expresarme mejor cuando quiero hacer un cumplido a Holanda”, justificó Máxima, quien a pesar de ser miembro de una Casa Real dice sentirse “completamente libre” a la hora de expresar su opinión.

En 2009 y ante las críticas sociales desatadas contra los herederos por construir una villa millonaria en la península de Manchagulo (Mozambique) en un período de crisis económica y ajustes presupuestarios públicos, Máxima y su esposo comunicaron que pondrían la casa a la venta. En el documental de la cadena NOS, Máxima demostró encarar con filosofía las críticas, afirmando que la villa "era un gran sueño para nosotros, cargado de buenas intenciones (...) pero una casa no puede estar por encima de nuestro trabajo".

"Ahora está terminada y en venta, y esperamos que se pueda vender pronto", apuntó Máxima en una de las entrevistas que aparecen en el documental, que también ha seguido a Máxima en varios de sus viajes, desde Nueva York a los campos de campesinos a las orillas del Nilo, en el contexto de su labor como embajadora del microcrédito.

El documental también muestra a Máxima en escenas familiares, como cantando a San Nicolás (que en Holanda trae los regalos a los niños cada 5 de diciembre) ante la chimenea de su casa con sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, o jugando a las cartas con ellas y su esposo en una tarde soleada sobre el césped de un parque cerca de La Haya.

También el príncipe Guillermo habló sobre su esposa, de la que dijo que "significa todo para mí, desde que la conocí en abril de 1999" y la calificó de persona única. El heredero de Holanda afirmó también estar "muy orgulloso" de su esposa, porque "siempre está por los demás, dispuesta para mí y para Holanda".

Los homenajes a la princesa nacida en el exclusivo barrio de Recoleta comenzaron la semana pasada, al ser inaugurada por la reina Beatrix una exposición sobre su nuera argentina. La muestra (“Máxima, 10 años en Holanda”) fue inaugurada el 7 de mayo en el Palacio Het Loo (Apeldoorn) y recorre los acontecimientos más importantes de la vida de Máxima como princesa a través de fotografías, vídeos y vestidos que destacan el papel de la princesa dentro de la familia real y el trabajo que desarrolla desde que se convirtiera en la esposa del príncipe de Orange, el 2 de febrero de 2002.

Los holandeses la adoran y las encuestas indican que es el miembro más popular de la Familia Real holandesa, superando con creces a la reina Beatrix (2º lugar) e incluso a su marido y futuro rey, Guillermo-Alejandro (3º lugar). Un 75% de la población opina que la reina debería abdicar lo más pronto posible para que a pareja de herederos al fin comience su reinado. Pese a ello, consideran realmente exitosa la labor de la reina desde que fue entronizada en 1980.

Máxima parece sobrellevar el acoso de la prensa y el público sin problemas. En su primera conferencia de prensa dijo que el futuro rey era por momentos “medio bobo”, pero eso fue visto como algo simpático. “El que lo haya dicho en un buen holandés y con sentido del humor le cayó bien a mucha gente”, comentó Van der Linden.

Como casi todos los aspectos de su vida como princesa, no obstante, incluso ese comentario aparentemente espontáneo había sido preparado con la asesoría de los consejeros de la Casa Real, según Van der Linden. “Originalmente el príncipe heredero debía decirlo, pero decidieron que lo hiciese Máxima para que tuviese más efecto”, aseguró.

Dueña de un gran sentido del humor, disciplinada, y muy inteligente, su personalidad y su carácter pusieron a los holandeses a sus pies. Creció en un departamento de Uriburu 1252 -donde aun viven sus padres- y su fulgurante carrera de economista la llevó a ocupar importantes puestos en distintas entidades bancarias, tanto en Buenos Aires como en Nueva York y finalmente Bruselas.

La calidez, típicamente argentina, que Máxima todavía no deja de mostrar en todas sus apariciones públicas la hicieron tremendamente querida por los holandeses, e incluso las últimas semanas numerosas publicaciones del país hicieron hincapié en que Máxima es un ejemplo genuino de cómo debe ser, comportarse y trabajar una princesa del siglo XXI.

Johan Ter Molen, encargado de la exhibición de Máxima, asegura que a Kate Middleton le convendría visitar a la princesa holandesa para ver cómo cambiará su vida. “El cambio más grande para ambas es que pasan de un ambiente relativamente protegido al candelero y jamás podrán alejarse de él”, comentó. “Es como una jaula de vidrio en la que debes permanecer el resto de tu vida”.

Darío Silva D'Andrea

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