25 de mayo de 2011

El rey de Suecia intenta lavar su imagen luego de unas escandalosas revelaciones

Carlos XVI Gustavo negó haberse involucrado en negociaciones con la mafia sueca para ocultar informaciones comprometedoras sobre su vida privada. El 59 % de los suecos pide abdicación.

"Con motivo de las últimas informaciones en los medios quiero decir que es bueno que ciertos hechos clarificadores salgan a la luz de este modo. Por supuesto me distancio de cualquier forma de negociación con criminales", señaló en un escrito el rey Carlos XVI Gustavo.

La emisora pública Radio de Suecia reveló hace unos días unas grabaciones en las que se oía a Anders Lettstroem, empresario y amigo íntimo del rey, negociando con un guardaespaldas del conocido delincuente Milan Sevo.

El propósito era que Sevo contactara a Mille Markovic, dueño de un club de alterne, para que, a cambio de dinero, se retractara de su testimonio sobre las escapadas nocturnas del monarca y entregara unas fotos en las que supuestamente este aparece con varias chicas con poca ropa que trabajaban en el local.

Las informaciones figuran también en "Den svenske gudfadern" ("El padrino sueco"), un libro sobre Sevo publicado recientemente y cuyo título evocan la conocida novela de Mario Puzzo llevada a cine por Francis Ford Coppola. Las evidencias provocaron que Lettstroem asumiera de forma individual la responsabilidad sobre los hechos, liberando al rey o a la Casa Real de cualquier culpa.

Lettstroem había asegurado el lunes en otro comunicado que no entendía cómo se habían podido difundir tantas "mentiras" sobre él, y denunció que "otros" habían intentado "hacerme comprar fotos que no conocía, ni había visto, ni quería comprar y hacerme pagar por desmentidos de declaraciones mentirosas que nunca pensaría comprar"

El revuelo de los últimos días ha reavivado la polémica surgida hace seis meses, coincidiendo con la publicación de "Den motvillige monarken" (El monarca reticente), una biografía de Carlos XVI Gustavo en la que se relatan romances y salidas nocturnas a clubes y lugares en los que pudo peligrar su seguridad.

El escándalo se vio amplificado por los testimonios de Markovic y sobre todo por el de la cantante Camilla Henemark, ex vocalista de una popular banda de pop sueco de la década de los años 80, quien confirmó una supuesta relación sentimental de un año con el monarca.

Carlos XVI Gustavo se limitó entonces a decir que "pasaba" página, porque esos asuntos habían ocurrido "hace tiempo", sin desmentir ni confirmar nada.

La prensa sensacionalista apuntó entonces a que los reyes de Suecia estuvieron cerca de separarse en la década de 1990 por los amoríos del monarca e insinuó que las operaciones de cirugía estética a que supuestamente se somete cada año la reina Silvia en Brasil obedecen a su deseo de parecer más joven a los ojos del rey.

El escándalo en torno al monarca culminó un "annus horribilis" que había comenzado con un desmentido de la reina Silvia de que sufriera Alzheimer y siguió con la ruptura del noviazgo de diez años del príncipe Carlos Felipe y del compromiso de boda de la princesa Magdalena, por la infidelidad de su novio.

Una encuesta realizada por el periódico Expressen muestra que el 59 % de la población sueca desea que el monarca abdique lo más pronto posible a favor de la princesa heredera Victoria, y solamente el 29 % se muestra a favor de que Carlos Gustavo continúe su reinado hasta la muerte, lo que demuestra cuánto ha cambiado el respeto que la sociedad sueca tiene para con el rey.

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