19 de mayo de 2011

Mónaco prepara sus galas para la boda de Alberto II y Charlene Wittstock

A través de una moderna página web y de un fluido ir y venir de comunicados oficiales, el príncipe Alberto II, gobernante de Mónaco, da a conocer poco a poco los detalles que rodean las celebraciones de su próxima boda, el 1 y 2 de julio, con su novia de tantos años Charlene Lynette Wittstock.

Michel Bouquier, director de la Oficina de Turismo de Mónaco, explicó que el príncipe desea “compartir ese día con la población y sus visitantes” y aseguró que Montecarlo se convertirá ese día en “la capital del romanticismo”.

La Oficina espera que acudan más de 200 mil personas al pequeño Principado para participar en las celebraciones. “Estamos preparados y sabemos cómo festejar”, dijo. Los novios dejaron claro que desean compartir esta unión con los conciudadanos, razón por la cual la ceremonia religiosa se celebrará al aire libre.

Las celebraciones comenzarán el día 30 de junio, con un concierto del grupo californiano “The Eagles”, que tocará sus grandes clásicos en el Estadio Louis II para ante más de 15.000 personas, entre ellos miembros de la realeza, jefes de Estado de todo el mundo y la sociedad monegasca.

El 1 de julio, a las 5 de la tarde, tendrá lugar la ceremonia civil en el Salón del Trono del Palacio del Príncipe. Será una ceremonia pequeña, oficiada por el presidente del Consejo de Estado y ministro de Justicia, Philippe Narmino.

Los novios se darán su primer “si quiero” en el Salón del Trono del palacio donde firmarán en el registro con una pluma Montblanc con incrustaciones de piedras preciosas, diseñada para ocasión.

Los monegascos y turistas podrán seguir a través de pantallas gigantes colocadas en la Plaza del Palacio de los Grimaldi.

Terminada la ceremonia legal, el soberano y la ya Princesa Charlene aparecerán en los balcones del Salón de los Espejos a la multitud y a la prensa mundial que estén apostados en el Patio de Armas, ante la fachada principal del palacio.

A continuación, el matrimonio compartirá con los invitados y parte de la población monegasca un bufé con especialidades mediterráneas y sudafricanas.

A partir de las ocho de la tarde, en el puerto, darán una recepción en el puerto, amenizada con la música electrónica del francés Jean-Michel Jarre.

El sábado 2 de julio tendrá lugar la ceremonia religiosa, que no será en la iglesia, como lo fue la de los príncipes Rainiero III y Grace (padres de Alberto II), sino al aire libre, en el gran Patio de Armas, y ante una congregación de unos 4.000 invitados selectos, entre ellos una veintena de jefes de Estado y una veintena de familias reales del mundo representadas por varios monarcas (como los reyes de Suecia, que ya anunciaron su presencia) o príncipes herederos, como ya informó el consejero de Asuntos Interiores del Principado, Paul Masseron.

El acto será oficiado por el Arzobispo de Mónaco, monseñor Bernard Barsi, y Charlene avanzará por la alfombra roja hasta el altar del brazo de su padre, Michael Kenneth Wittstock.

Hacia las seis y media de la tarde, la pareja dará un paseo en un Lexus LS 600h L descapotable, -uno de los “patrocinadores” de la boda junto al champán Perrier-Jouët y las estilográficas Montblanc. El vehículo ha sido diseñado especialmente para la ocasión y en él se dirigirán a la Iglesia de Santa Devota, donde la novia depositará su ramo. La jornada finalizará con una cena de gala igualmente que la cena oficial en la terraza de la Ópera Garnier de Montecarlo, seguida de baile.

Esa misma noche, tendrá lugar una suntuosa cena de gala organizada por la empresa portuaria SBM (Societé des Bains de Mar) en el mundialmente célebre Museo Oceanográfico, fundado por Alberto I. En los salones del primer piso del museo se instalarán treinta y ocho mesas redondas, además de la mesa de honor con forma de U, destinada a albergar a sesenta privilegiados invitados con sus cónyuges.

La gala será amenizada por el compositor e intérprete francés de música electrónica Jean-Michel Jarre que ofrecerá un espectáculo único en honor de los recién casados. Según informa la prensa, los anfitriones de menor rango comparecerán a partir de las 20:30 en el vestíbulo central para degustar una copa de champán y los grandes protagonistas llegarán sobre las 21:30 y se sentarán a la mesa en compañía de sus invitados. 

El menú todavía no está decidido, pero se sabe que consistirá en cuatro platos, incluida la tarta nupcial, y que el chef del palacio, Christian García, prepara una sorpresa para la novia. A las 23:00, todo el mundo se reunirá en la terraza para ver un espectáculo de fuegos artificiales y, a continuación, dará comienzo el baile en la sala de conferencias.

Según Michel Bouquier, encargado del turismo en el país, luego del enlace religioso y después de cumplir con otros eventos programados, los recién casados emprenderán viaje a Sudáfrica, donde pasarán su luna de miel al estilo de esta mágica población.

La pareja tiene programado visitar varias ciudades, en un periplo que les permitirá al príncipe establecer contacto con los orígenes de Charlene. Allí, una semana más tarde, el príncipe y la princesa ofrecerán una enorme fiesta para 200 invitados en Durban, según ha revelado el diario sudafricano Times. 

La fiesta pretende ser una prolongación nupcial para aquellas personas que no puedan asistir a su enlace en el principado y tendrá lugar en el exclusivo hotel Oyster Box, que se encuentra reservado en su totalidad para la celebración, dijo el director del establecimiento, Wayne Coetser, al citado diario.

Darío Silva D'Andrea


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