Según el diario The Sun, que titula a toda página "HARRY BACK TO WAR" ("Harry regresa a la guerra"), la reina Isabel II -su abuela- y
altos mandos de las fuerzas armadas dieron su acuerdo de principio a un posible futuro despliegue del príncipe, que debe completar su formación de combate
en 2012 tras haber recibido este año su licencia de piloto de Apaches y haber ascendido a capitán.
Precisa, sin embargo, que la decisión final -que será mantenida en secreto- no se tomará hasta principios del año que viene.
El ministerio británico de Defensa se negó a comentar la información publicada también en el
Daily Mirror y el
Times, pero el príncipe, de 26 años, ha expresado en numerosas ocasiones
su intención de volver a servir en Afganistán tras una primera experiencia truncada en 2007/08.
El hijo menor del príncipe Carlos y de la difunta Diana de Gales, que entonces tenía sólo 23 años,
pasó 10 semanas como controlador de cazabombarderos en la convulsa provincia sureña de Helmand, antes de ser retirado cuando la prensa se hizo eco de su presencia por temor a que se convirtiera en blanco de los talibanes.
La secretaría de
Clarence House, encargada de los asuntos del príncipe Carlos y de sus hijos, tampoco quiso pronunciarse sobre este despliegue, que calificó de "hipotético". "
Tiene que completar su entrenamiento antes de que pueda plantearse esta cuestión", dijo un portavoz, que indicó sin embargo que
el príncipe siempre se ha mostrado dispuesto a "servir allá donde el ejército lo envíe".
Interrogado por la prensa al recibir su licencia de piloto de Apaches, en marzo pasado, Enrique dijo: "
mi objetivo es servir a mi país como cualquier otro en las fuerzas armadas británicas.
Haré lo que me pidan".
El ejército británico utiliza actualmente helicópteros Apache en Afganistán, donde
están desplegados unos 9.500 hombres, y para las operaciones militares en Libia. Estos aparatos de ataque, que están equipados con cohetes, misiles y ametralladoras, están diseñados para destruir tanques.