El paparazzi, autor de las instantáneas logró burlar el dispositivo de seguridad que protege a la familia real durante sus vacaciones.
La Casa Real no tardó en mostrar su desaprobación por la publicación de las imágenes por parte de una de las revistas más prestigiosas de la prensa española y caracterizada por su condescendencia con los asuntos relacionados a la monarquía. Los representantes reales manifestaron su incomprensión por el interés de las fotografías de Doña Letizia con un florido bikini.
La que fuera periodista de Televisión Española, no es, ni ha sido, la única de las consortes de la realeza europea que caído en bikini en las garras de los fotógrafos, especialistas en captar los momentos de intimidad de los rostros más conocidos. El bikini de Mette Marit de Noruega, la figura de Mary de Dinamarca e incluso la duquesa de Cambridge, Catalina, ya coparon las portadas de las revistas con sus respectivos bikinis.
Unas fotos que siempre son muy codiciadas por las revistas y las agencias del mundo, ya que suponen un negocio muy próspero. En 2007 el fotógrafo Antonio Catalán capturó con su cámara a doña Letizia en un bikini color merengue, mientras conversaba con la Reina doña Sofía.
¡Hola! pagó 300.000 euros por las fotos realizadas por el fotógrafo ya fallecido. Incluso llegaron a decir que la agencia Korpa, para la que trabajaba Catalán, habría recibido cerca de un millón de euros, según informa La Otra Crónica. Unas cifras desorbitadas y poco acordes con los ingresos publicitarios de la revista que por un número genera alrededor de 216.00 euros.
Según "La Otra Crónica" del diario El Mundo, las fotos publicadas la semana pasada fueron tomadas desde tierra, en concreto desde la isla de Cabrera. El día que se realizaron las fotos de la discordia, se celebraba la Copa del Rey de Vela. Y todo apunta a que esta vez el precio no fue tan alto como lo fue hace años.
La cifra de las fotografías de este verano podría estar en torno a los 150.000 euros, según la citada publicación. Menos dinero, pero los mismos protagonistas. La revista ¡Hola! y la agencia Korpa, que a pesar de la crisis ha vuelto a hacer un negocio redondo, gracias a la habilidad de sus fotógrafos.