2 de agosto de 2011


Contrario a lo que podría pensarse, un Papa no tiene sueldo ni cuenta bancaria. Además, en la historia del Vaticano, sólo ha habido 22 papas llamados Juan.

Dentro de las características que han mostrado los Sumos Pontífices a lo largo de la historia, ha habido hombres buenos y visionarios, hijos ilegítimos, guerreros, maniáticos, hipocondriacos y mujeriegos. Literalmente ha habido de todo en la viña del Señor en dos mil años de la, a veces, atribulada historia de la Iglesia Católica.

Incluyendo a San Pedro, el primero de todos, la Iglesia Católica ha tenido 265 papas. Esas cabezas cubiertas por mitras fastuosas, o por diminutos sombreros que apenas cubren sus calvas, han encerrado las mentes de los "Enviados de Dios en la Tierra".

Muchas han sido mentes mundanas, llenas de miedos, fobias y tentaciones. Mentes humanas e inhumanas. Entre los Papas ha habido aficionados a los autos veloces y al fútbol, adictos al tabaco, glotones, adictos a la limpieza, papas padres de muchos hijos y papas tiranos. 

De todo se ha visto entre quienes a lo largo de la historia se sentaron en el Trono de San Pedro, y aquí van algunas de las más curiosas anécdotas papales...

Juan Pablo II pidió que su investidura fuera por la mañana para no perderse un partido de fútbol en la televisión. También rechazó, en 1981, una herencia de dos millones de euros de una vidente italiana y en 1997 un anónimo pagó por su viejo coche, un Ford Scort de 1975, 102.000 dólares, cuyas llaves recibió de la mano del propio pontífice.

Otro dato curioso es que nunca ha habido un Juan XX y siete siglos separaron a los dos últimos "Juanes" del Vaticano -Juan XXII y Juan XXIII-. Este último ya tuvo, en el siglo XV, un antipapa homónimo, aunque sólo compartieron el nombre. El primero fue despedido del cargo por amante de su cuñada.

Fue desterrado por cuatro años en Tusculum (cerca de Roma. Ahí, y bajo el cargo de obispo sedujo a más de doscientas religiosas, a jóvenes, casadas y viudas.

A Juan XII, elegido papa a los 18 años, le fue peor: murió por las puñaladas que le asestó el marido iracundo de su supuesta amante.

Cuando fue estudiante, el "verdadero" Juan XXIII, también conocido como el "Papa bueno", tuvo serios problemas para aprender el latín, una lengua que al final aprendió a razón de reglazo por palabra.

Este hombre sencillo y de origen muy humilde, cuando todavía era el cardenal Roncalli, consiguió reunir dinero para que su familia comprase la paupérrima casa donde nacieron él y sus hermanos.

En sus escasas cinco horas de sueño diarias, hablaba y al parecer soñaba con su trabajo porque en una ocasión alguien le oyó decir: "No lo sé. Debo preguntárselo al papa".

Como herencia, dejó una pluma estilográfica a su médico y la cruz que le colgaba del pecho al cardenal austriaco Franz Koening, que se ponía en ocasiones especiales.

Después del "Papa bueno" vino Pablo VI, que solía llevar un cilicio bajo sus hábitos papales, ya que fue un lector empedernido. Cuando la mayoría de la gente nunca lee un libro, y un buen lector posiblemente puede leer dos libros paralelamente, Pablo VI usualmente leía tres o más libros al mismo tiempo.

Nunca viajaba con menos de 75 cajas de libros, pero tanta erudición no le sirvió para pronunciar correctamente Helsinki, la capital de Finlandia.

Pablo VI también fue un apasionado de la velocidad y de los automóviles. Durante su papado (1963-1978) estrenó un Mercedes 600 personalizado, en el que instaló un cronómetro. Solía animar a su conductor para que acelerara al máximo posible.

El primer cónclave: un encierro obligado
Habían pasado casi tres años y los cardenales aún no definían quién reemplazaría a Clemente IV. Los cardenales no se ponían de acuerdo. Mientras tanto, el pueblo perdía la paciencia. Por entonces, la elección se hacía en Viterbo, Italia, en el palacio de los Papas que aún existe. 

Ocurrió que los habitantes de la ciudad, representados por el senador romano Mateo Rosso Orsini, encerraron a los cardenales para que escogieran al nuevo Papa. Los sometieron a una dieta de pan y agua y levantaron el techo para dejarlos a la intemperie. En el encierro, que duró dos meses, murieron dos cardenales. 

Escogieron a un papa débil que murió un mes después y no llegó a ser consagrado. Con temor de volver al encierro en semejantes condiciones, los curas huyeron hacia Roma, donde eligieron, después de mucho tiempo, al nuevo pontífice, Gregorio X.

Formoso: desenterrado y juzgado dos veces
Ocho meses después de la muerte de Formoso, pontífice entre los años 891 y el 896, exhumaron su cadáver, le pusieron ornamentos papales y lo sentaron en la silla de los acusados. El Papa Esteban VI fue quien ordenó el juicio del muerto, el más disparatado del mundo.

Se dice que era tal la locura de Esteban VI, que se enfurecía al ver que el cadáver no se inmutaba ante sus inculpaciones. Se le acusaba, entre otras cosas, de abandonar su diócesis para ocupar el papado. En el fondo, todo era una guerra de intereses políticos.

En el juicio se declaró culpable a Formoso, se le quitaron las vestiduras, se anularon sus títulos papales y se le arrancaron los tres dedos de la mano con que los curas dibujan en el aire bendiciones. Formoso no pudo descansar en paz por mucho tiempo. 

Después de que se le devolviera su título de Papa, Sergio III lo volvió a exhumar y lo volvió a juzgar. Y lo volvió a declarar culpable. Sus restos fueron arrojados al río Tiber para que jamás hallaran cristiana sepultura. Pero un pescador los halló, luego de que su montón de huesos fuera atrapados por su red. 

Hoy, Formoso, el cadáver más paseado de todos, descansa en el Vaticano y es reconocido como el Papa número 111 de la iglesia católica. La historia de su juicio y exhumación se conoce como el Sínodo del Cadáver.

Gregorio X, el Papa fértil

Gregorio X parecía un conejo. Tuvo 14 hijos en 22 meses. Un récord Papal que se mantiene vigente. Fue Papa entre 1272 y 1276. Inocencio VIII no se quedó atrás, tuvo 16 en toda su vida, mientras que Alejandro VI tuvo diez con una de sus concubinas. Pero a Gregorio X es difícil de superar.

Gula papal

Los banquetes papales han pasado a la historia por su cantidad y fastuosidad. Pero el exceso de comida le pasó factura a más de uno. Dos murieron de glotonería, uno de los pecados capitales: Pablo II, en 1471, y Clemente XIV, en 1774. 

Hace poco, la edición latinoamericana de la revista GQ publicó el desayuno de Benedicto XVI, quien por la mañana sólo come pastelitos, galletas y chocolates. Su antecesor, Juan Pablo II, desayunaba huevos, salchichas, pan y café negro.

Dimisiones papales

Celestino V fue el único pontífice que dimitió, en 1294, porque decidió que estaba lejos de ser merecedor de la responsabilidad y el honor de serlo.

Benedicto IX fue un papa de ida y vuelta y con tres reinados: el primero a los 14 años, antes de renunciar para casarse; después volvió a ocupar el trono y se lo pasó a su padrino, antes de recuperarlo por última vez cuando aún no había cumplido los 30 años.

Para evitar ser hecho prisionero por los nazis, Pío XII preparó una carta de dimisión que registró oficialmente, convirtiéndose así en simple ciudadano, lo que evitaba a la Iglesia tener que esperar a su muerte para restablecer el gobierno.

Su antecesor, Pío XI también se las arregló siempre para evitar a Hitler cuando venía a Roma a ver a su amigo Benito Mussolini. Se iba a su residencia veraniega de Castelgandolfo y cerraba la Capilla Sixtina.

Hijos ilegítimos y Papa guerrero

Para ser papa no es necesario del hijo legítimo. Dos hijos ilegítimos subieron al trono papal: Juan XI y Clemente VII.

Según el libro Vaticanerías, del difunto periodista estadounidense Nino Lo Bello, Julio II ha sido el único pontífice que participó en una guerra.

Los hobbies de los Sumos Pontífices

En el terreno de las pasiones, a Pío XI, por ejemplo, le enloquecían los automóviles. En el garaje del Vaticano tenía 16, tres de ellos descapotables.

A Pablo VI le encantaba la velocidad y al efímero Juan Pablo I el personaje de Pinocho.

Pío XII, un hipocondriaco incorregible con insectofobia y amante de las óperas de Wagner, tenía un canario, Gretchen, que cada mañana salía de la jaula y se posaba en su brazo antes de volar hasta la mesa preparada para el desayuno.

Además no soportaba ni ver ni escuchar moscas, por lo que si llegaba a ver una era capaz de dejar cualquier cosa que estuviera haciendo para perseguirla hasta eliminarla. Era tímido y retraído, por lo que sus apariciones públicas se limitaban a lo estipulado por su cargo.

Juan XIII, el Papa Bueno, sucesor de Pío XII, quien convocó al Concilio Vaticano II, contrariamente a su figura rolliza (era tan gordo que no le quedó bien ni siquiera la talla más grande de las tres vestimentas papales previstas para cuando se elige a un pontífice) era sumamente frugal al comer y beber. 

 A pesar de su aspecto bonachón y hasta campechano, fue uno de los Papas mejor preparados académicamente, poseyendo varios doctorados. Durante la Primera Guerra Mundial, fue Sargento Médico. Fumaba mucho y gustaba de subir a los edificios altos a contemplar a la gente que visitaba la Plaza de San Pedro.

En el capítulo de las desgracias, dos años después de su elección, Clemente XII se quedó ciego y por si fuera poco, los incesantes ataques de gota lo confinaron en su lecho la mayor parte del papado.

Papa tres veces

La nómina de Pontífices incluye a 265 que han reinado en la historia de la Iglesia Católica: el primero es el galileo Simón Pedro, quien murió martirizado en el año 64 después de Cristo, y el último es alemán, Joseph Ratzinger. En la lista, sin embargo, aparecen sólo 262 nombres. 

Eso se explica porque uno de ellos, Benedicto IX, reinó tres veces. Elegido en 1032, fue depuesto en 1044, recuperó el trono de Pedro en 1045, año en que abdicó también, para luego regresar en 1047 y ser derrocado definitivamente un año después. 

Otros siete pontífices corrieron la misma suerte antes que él, entre ellos el Papa Silverio (536-537), que abrió la lista. Cinco abdicaron. 

Veintiún mártires

En total, 21 Papas murieron como mártires, y se presume que otros nueve murieron también bajo el tormento. Cuatro fallecieron en el exilio y uno en la cárcel.

A esa lista se pueden añadir otros nueve pontífices que desaparecieron en circunstancias violentas: seis fueron asesinados, dos murieron por las heridas en el curso de revueltas y uno por el derrumbe del techo.

Dos Papas fallecieron víctimas de pecados de glotonería: Pablo II murió en 1471 después de haber comido dos enormes melones, y Clemente XIV falleció en 1774 por una indigestión. 

87 santos y 37 antipapas

La santificación fue acordada a 85 papas y siete fueron declarados beatos. El Anuario Pontificio reconoce igualmente a 37 antipapas (entre ellos San Hipólito) y dos más fueron citados en las notas a pie de página.

Si se excluye a Esteban, cuyo nombre no aparece en el anuario ya que falleció pocas horas después de la elección sin ser erigido como obispo de Roma, el pontificado más corto fue el de Urbano VII, que duró 13 días.

San Pedro, el príncipe de los apóstoles, tuvo el privilegio de haber sido el Pontífice más longevo en la cúspide de la Iglesia: 34 años. Después, sólo Pío IX reinó más de 30 años (de junio de 1846 a febrero de 1878). El tercer lugar lo ocupa Juan Pablo II, que comenzó en 1978 y culminó en 2005.

Papa insecticida

Durante el papado de Pio XII, las flores y los árboles de los jardines del Vaticano despedían un olor dulzón a insecticida. A la casa del Señor no eran bienvenidos los insectos. 

Era tal la aberración que el pontífice italiano sentía por estos animales, que bajo su sotana solía llevar un matamoscas de plástico con el que atacaba a cuanto mosquito, zancudo u hormiga veía, como si los diminutos bichos fueran en realidad malvados demonios.

El Papa que le escribía a Pinocho
Cuando era Cardenal, Juan Pablo I, que fue papa sólo 33 días, le escribió sentidas cartas al Pinocho cuando era cardenal de Venecia, el conocido personaje creado por el escritor Carlo Collodi. Una de ellas dice:

“En otras palabras: ha habido malos Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario. En esos casos no se ha aplicado el Evangelio.

Pinocho mío, sobre los jóvenes hay dos frases famosas. Te recomiendo la primera, de Lacordaire: “Ten una opinión y hazla valer”. La segunda es de Clemenceau, y no te la recomiendo en absoluto: “No tiene ideas, pero las defiende con ardor“.

El deportista que estuvo 9 días en coma.
Antes de dedicar su vida a la iglesia, Juan Pablo II practicó el fútbol, el ciclismo, la natación, el montañismo y hasta el hockey sobre hielo. Cuando era niño, fue atropellado por un camión y permaneció nueve días en coma. 

Era tan aficionado al fútbol, que pidió cambiar el horario de su coronación, en octubre de 1978, para poder ver un partido que transmitían por televisión.

El pianista amante de los gatos
Benedicto XVI, tiene dos gatos a los que les habla en acento bavarés. Varias veces ha declarado su amor a estos animales. Muchos no saben que el actual Papa es un adelantado pianista. En sus días de descanso, en su residencia de campo, suele pasar varias horas interpretando piezas de Beethoven y Schubert, entre otros.

Además...

De los 265 Papas, 205 fueron italianos (106 nativos de Roma), y 57 extranjeros, los cuales comprenden 19 papas franceses, 14 griegos, 8 sirios, 6 alemanes, 3 africanos, 2 españoles, 1 austríaco, 1 palestino, 1 inglés, 1 holandés y 1 polaco.

El nombre más utilizado ha sido el de Juan (23 veces), seguido por Gregorio (16 veces), Benedicto (16 veces); 43 nombres sólo se han utilizado una sola vez. Tanto Juan Pablo I como Juan Pablo II son los únicos Papas que han utilizado 2 nombres.

El Papa más viejo ha sido Adrian I (772 d.C), electo a los 80 años de edad. El Papa más joven en ser electo fue Benedicto IX (1032 d.C) a la edad de 12 años, si bien algunos creen que fue alrededor de los 20 años cuando asumió el papado.



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