La celebración benéfica es uno de los grandes acontecimientos del Principado, en lo que fue la primera gran cita de la pareja tras su boda a inicios de julio.
Charlène, con un vestido de color parma del creador suizo y con un collar "Ocean" que le ofreció su esposo como regalo de bodas, apareció del brazo de Alberto II, vestido con un smoking blanco.
La pareja llegó a la fiesta poco antes de las 21 horas del viernes y participaron en un cocktail privado al aire libre, en el que también estaban las princesa Carolina y Estefanía.
Después, los recién casados aparecieron en la sala del Sporting Club, sonrientes y cogidos de la mano, para posar ante los fotógrafos.
Cada una de las apariciones públicas de los príncipes son miradas con lupa, después de que trascendiesen rumores de desencuentros que la prensa aireó pocos días antes del enlace.
Para la 63ª edición de la gala de la Cruz Roja, el Sporting Club de Mónaco se transformó en un paraíso vegetal, decorado con miles de flores.
Los cerca de 800 invitados, que pagaron 1.000 euros por la entrada a la fiesta, escucharán tras la cena la actuación del cantante británico Joe Cocker, que interpretará piezas de su último álbum.
La gala anual permite a la Cruz Roja monegasca recaudar unos 400.000 euros (es decir, el 30% de los ingresos de la fiesta) para fines humanitarios.