29 de agosto de 2011

Suazilandia celebra el tradicional "Baile de la Caña" con sus jóvenes vírgenes danzando ante el rey

"La danza del junco" está calificada como un canto a la virginidad. Pero para las miles de muchachas que se preparan para bailar delante del rey Mswati III de Suazilandia, las semanas de preparación de este baile suponen un auténtico desenfreno.





Este año, oficialmente danzarán 60.000 muchachas, aunque en realidad lo harán entre 20.000 y 30.000. Una cifra más que suficiente para atraer a un gran número de hombres excitados ante la presencia de las jóvenes muchachas que llegan a la capital, Mbabane, para cortar sus juncos.

Primero se presentan ante la reina madre, y luego bailarán con sus senos desnudos ante el rey, que tiene derecho a elegir de entre las jóvenes a una nueva esposa.

"Aquí tenemos muchas opciones donde elegir", indica Sifiso Ngomane, uno de los numerosos hombres que acude al lugar donde se alojan las jóvenes en la semana de preparación que parece un campamento de verano lleno de risas y gritos. "Lo único que hay que hacer es llamarlas a través de la verja".
El rito

"El baile del junco" es un rito de iniciación por el que debe pasar toda joven de Suazilandia al menos una vez en la vida. La mayor parte de las chicas dicen que disfrutan del acontecimiento y es que, tras cortar los juncos, la fiesta continúa.

Entre los lugares especialmente apreciado por los hombres, hay un río cercano, donde las niñas se bañan desnudas durante la madrugada, y una fuente termal famosa por sus orgías sexuales, el bien llamado "lago de los abrazos". Se supone que las niñas están protegidas por sus acompañantes. La policía también debe vigilar los campamentos en los que se alojan.

Sin relaciones sexuales en el país del SIDA

"Su comportamiento debe ser ejemplar. No queremos oír hablar de embarazos relacionados con la danza de los juncos", advirtió el gobernador de la región, TV Mtetwa , en un anuncio de radio.

Sin embargo, para las ONG que trabajan en la prevención del SIDA, la danza de los juncos es una ocasión ideal para intentar sensibilizar a una población muy vulnerable a la epidemia: el 30% de las mujeres entre 15 y 49 años padece la enfermedad, frente al 20% de los hombres.

Sin embargo, los preservativos están prohibidos, el evento está dedicado por completo a la virginidad... Las ONG que informan a las muchachas de que el objetivo de la fiesta no es tener relaciones sexuales, las previenen y advierten de los riesgos relacionados con acostarse con múltiples parejas.

"Soy virgen y estoy orgullosa. Amo mi cultura", explica Tsabile Dlamini, de 18 años, que ha acudido en múltiples ocasiones a la fiesta y ahora trabaja en la ONG Population Services International. La chica lleva una camiseta que pone "soy una chica, puedo proteger mi flor", lo que pretende animar a las demás mujeres a hablar de su cuerpo y de sexo, temas tabú en la Suazilandia rural. Entre las preguntas que se repiten: "Si te has acostado con alguien una vez, ¿es posible volver a ser virgen de nuevo?".

"Algunas chicas han sido violadas. Algunas permiten que los hombres usen sus cuerpos a cambio de alimentos", se lamenta Tsabile, mientras que las estadísticas del SIDA y la violencia sexual son alarmantes en este pequeño reino donde más del 70% de la población vive con menos de un dólar al día.

Respecto al rey, las jóvenes estiman que hay pocas posibilidades de que el rey Mswati se fije en ellas durante este lunes. Además, hay que tener en cuenta que el último monarca absoluto de África tiene ya 13 esposas.

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