7 de agosto de 2011

Veranos de sangre azul

No está la bandera izada en Buckingham. No está la reina. Tampoco los demás reyes de Europa están en sus palacios. Se han ido de vacaciones. 

Se abren entonces a los turistas las puertas de palacio. Permanecerán así hasta finales de septiembre.

Ha cambiado Isabel II, como cada año, su residencia oficial por Balmoral, un castillo escocés con siglos de Historia que guarda miles de historias entre sus muros. 

Como ella, como su familia, el resto de monarcas, el resto de familias reales europeas, mudan estos días la ciudad por el campo o la playa. Cierran palacios y desempolvan sus palacetes de veraneo. Una tradición de siglos en algunos casos.

Es Balmoral residencia real desde que la reina Victoria se enamorara a mediados del siglo XIX de este castillo de cuento rodeado de bosques por los que este año se estrena la duquesa Catalina de Cambridge. Su marido, el príncipe Guillermo, no guarda buen recuerdo de la residencia estival. 

Fue allí donde se despertó en agosto de 1997 con la noticia de que su madre, la princesa Diana, había fallecido en un túnel parisino. Pero nos trae a la memoria Balmoral también esas cacerías en busca del zorro a las que tanta afición tiene la familia real inglesa y que tantas veces han sido fotografiadas.

Otra familia real, la danesa y esta al completo, realizó esta semana su tradicional posado de verano. Y lo hizo en el palacio de Graasten, donde la reina Margarita II ha regalado estampas curiosas. 

Allí se la ha visto con las manos en la masa haciendo tartas para sus nietos, transplantando geranios o cosiendo. En este enclave del sur de Jutlandia pasa parte del verano la familia real, como ya lo hicieran los padres de la soberana, Federico e Ingrid. 

A ellos fue a quienes el estado danés les cedió este palacio como regalo de boda. Otros días se desplazan hasta el castillo francés de Caix, propiedad del príncipe Henrik, rodeado de viñedos.

También en Francia es habitual que disfruten durante estos días los reyes belgas de su veraneo. En un pequeño pueblo del sur del país galo, Chateaunneuf de Crasse. 

De ese enclave se quedaron prendados Alberto y Paola hace ya tres lustros y decidieron comprar una mansión de piedra rodeada de frondosa vegetación en la que sobresalen los cipreses, olivos y tilos. 

En el castillo de Fenffe, en Bélgica, en medio de lagos, tampoco es extraño que decidan disfrutar de días sueltos los reyes o los príncipes herederos Felipe y Matilde.

Y muy cerca de Florencia, en Tavarnelle, veranean la reina Beatriz y los suyos. La reina de Holanda ha sido fiel a su cita italiana desde 1973. En un viaje oficial, junto al príncipe Claus, la entonces princesa de los Países Bajos quedó prendada de una vieja granja que adquirió poco después para convertirla con su retiro vacacional. 

Allí crecieron sus tres hijos, Guillermo, Constantino y Johan, y allí es habitual ahora ver a sus nietos corretear por la enorme finca, delimitada por el río Pesa.

Los reyes de los suecos, por su parte, pasan sus vacaciones en el palacio de Solliden. Allí es donde año tras año, cada 14 de julio, la princesa Victoria celebra su cumpleaños. Está enclavado en la isla de Oland y fue mandado construir a principios del siglo XX por la reina Victoria de Suecia. 

"Quien viene una vez a Solliden, siempre volverá", dicen que dijo la soberana, que encontró en esta pequeña isla lo mismo de lo que ahora disfrutan los reyes Carlos Gustavo y Silvia: un remanso de paz.

Y en otro isla veranean los reyes de Noruega, en Magero. En una cabaña de madera construida en 1993. A los reyes Harald y Sonia es habitual que se les sumen los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit, a quien se la ha visto vestir en alguna ocasión en Magero el traje tradicional noruega en algún acto popular. 

Naturaleza, naturaleza y naturaleza. En esta isla nórdica la oferta no es muy variada, pero la familia real noruega se decidió por Magero precisamente por esto.

Todo lo contrario ocurre en Mallorca, donde la oferta es de lo más variada. Y en Palma, en Marivent, ya está este año al completo la familia real española. Llama la atención que, a diferencia de lo que ocurre con el resto de familias reales europeas, la nuestra no busque refugio estival en medio de la naturaleza. 

El palacio de Marivent fue cedido por la Diputación de Baleares a los entonces príncipes de España Juan Carlos y Sofía en 1973. No pertenece, pues, al conjunto de residencias de Patrimonio Nacional. De hecho, la residencia oficial de nuestros reyes en Mallorca es el Palacio Real de la Almudaina, frente a la catedral de Palma. 

En Marivent hemos sido testigos de cómo la familia real iba en aumento y en su escalinata también hemos visto fotografiarse a príncipes y máximos mandatarios internacionales que, durante unos días, y por invitación real, han disfrutado de un veraneo a cuerpo de rey.


Las últimas noticias de Coronas Reales