Erwin L., el hombre que en 2010 coincidiendo con el día de la apertura del año parlamentario holandés, arrojó un pequeño candelabro contra la Carroza de Oro en la que viajaban la reina Beatriz, su hijo, el Príncipe Willem-Alexander y su esposa, la princesa Maxíma, ha sido declarado inimputable.
Así lo notificó el psicólogo que lo atendió en el Centro Pieter Baan (PBC). El tribunal, de La Haya, trata este martes los resultados psicológicos de L. El especialista le diagnosticó una sistemática manía persecutoria, acompañada de delirios de grandeza.
El episodio ocurrió durante lo que se considera un acontecimiento nacional de importancia en La Haya, pese al fuerte despliegue de seguridad que acompañaba a la monarca rumbo al Parlamento. En ese momento, la reina viajaba en su carroza de oro hacia el Parlamento para dar su discurso anual. En la misma carroza viajaban el príncipe heredero Guillermo Alejandro y su esposa, la princesa Máxima.
El hombre fue detenido por la Policía y el objeto sólo causó daños menores en la carroza, según fuentes oficiales. L. dijo que arrojó el pequeño candelabro contra la monarca holandesa por considerar que ocupa ilegítimamente el trono.
Aunque no hubo heridos ni grandes daños, el incidente revivió el debate por la seguridad de la familia real y recordó al ataque que sufrió a comienzos de 2009 cuando un conductor estrelló su auto cerca durante un desfile para celebrar el Día de la Reina. Siete espectadores y el atacante murieron aquel 30 de abril en Apeldoorn.
Casi un año después, otro hombre provocó pánico masivo en Ámsterdam durante un acto de conmemoración a los holandeses caídos en combate en el que también estaba la reina. Un total de 63 personas resultaron heridas.
El hombre fue detenido por la Policía y el objeto sólo causó daños menores en la carroza, según fuentes oficiales. L. dijo que arrojó el pequeño candelabro contra la monarca holandesa por considerar que ocupa ilegítimamente el trono.
Aunque no hubo heridos ni grandes daños, el incidente revivió el debate por la seguridad de la familia real y recordó al ataque que sufrió a comienzos de 2009 cuando un conductor estrelló su auto cerca durante un desfile para celebrar el Día de la Reina. Siete espectadores y el atacante murieron aquel 30 de abril en Apeldoorn.
Casi un año después, otro hombre provocó pánico masivo en Ámsterdam durante un acto de conmemoración a los holandeses caídos en combate en el que también estaba la reina. Un total de 63 personas resultaron heridas.
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