26 de septiembre de 2011

Las declaraciones de una princesa yugoslava ponen en peligro la presidencia de Sarkozy

Unas explosivas declaraciones de la princesa Helena de Yugoslavia el pasado día 21 ante los tribunales franceses, podrían poner en grave peligro el prestigio político del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.





Helena -hija del príncipe Alejandro de Yugoslavia y de la princesa María Pía de Saboya-, fue llamada en días pasados a declarar en el juicio por el escandaloso “Dossier Karachi”, que entiende sobre un caso de supuesta corrupción en el que están implicados su ahora ex esposo, Thierry Goubert, y el citado Nicolás Bazire en quien muchos ven a la mano derecha de Nicolás Sarkozy, y que fue puesto bajo custodia por orden judicial tras las afirmaciones de la princesa.

Helena de Yugoslavia contrajo matrimonio civil en 1988 con el francés de confesión judía Thierry Gaubert, en una ceremonia celebrada en el ayuntamiento del aristocrático y elegante suburbio parisino de Neuilly-sur-Seine y oficiada por el entonces alcalde local Nicolás Sarkozy. 

Desde entonces, la trayectoria política de los dos Nicolás, Sarkozy y Bazire, y del esposo de la princesa ha estado indisociablemente unida y ésta, atrapada en la actualidad en un turbulento proceso de separación, soltó la bomba el día 21 al declarar ante las autoridades francesas de la División Nacional de Investigaciones Financieras. 

Entre los datos que aportó, “recuerda muy bien como su marido realizó varios viajes a Suiza entre fines de 1994 y comienzos de 1995 en compañía de Ziad Takieddine y deNicolás Bazire, entonces director del gabinete del primer ministro Edouard Balladur en el palacio de Matignon. Ella les vio regresar con voluminosas maletas llenas de billetes de banco”.

La acusación es de enorme gravedad, habida cuenta de la intimísima relación de Bazire con el presidente Sarkozy. Según el Dossier que obra en poder del juez Renaud van Ruymbeke, en tiempos en los que Sarkozy era ministro de finanzas y tenía al marido de la princesa como jefe de misión y hombre de confianza, habría validado la creación de la Sociedad Heine, con sede en Luxemburgo, cuyo objeto era blanquear el dinero producido por comisiones procedentes de contratos de venta de armas. 

A la cabeza de dicha sociedad se encontraba un cierto Jean-Marie Boivin, conocido como “el mago” por su arte para disimular los circuitos de blanqueo de dinero sucio. Parece ser también que ciertos de los manejos deBoivin a través de la citada sociedad Heine, apadrinada por Bazire y Sarkozy, habrían sido entonces « tolerados » por la Dirección General de Impuestos.




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