26 de diciembre de 2011

Video | Los Windsor celebraron la Navidad con la ausencia del duque de Edimburgo

El príncipe Felipe de Inglaterra, no pudo participar este domingo por primera vez en las celebraciones de Navidad. Recibió la visita de hijos y nietos. Fotogalería y video






El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, de 90 años, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, no pudo participar este domingo por primera vez en las celebraciones de Navidad a las que tradicionalmente asiste la familia real al completo, por seguir hospitalizado.

El duque, que fue operado el viernes de una obstrucción coronaria, tiene "buen ánimo" y recibirá por la tarde la visita de algunos familiares, informó el palacio de Buckingham, que no ofreció más detalles sobre el estado de salud del príncipe Felipe, ni de la fecha prevista para recibir el alta.

El domingo por la tarde, el duque recibió la visita del príncipe Guillermo -segundo en el orden de sucesión-, que acudió junto a su hermano Enrique y sus primos Beatriz, Eugenia, Zara y Peter.

La reina y sus cuatro hijos fueron el sábado por la mañana a visitar al duque de Edimburgo, hospitalizado en Cambridge (este), en un signo de preocupación poco habitual en la familia real. 

La visita de los nietos reales duró 45 minutos y tuvo lugar después de que fuera transmitido a nivel nacional el mensaje de Navidad de a la reina Isabel, que había sido grabado el 9 de diciembre.

El príncipe Felipe fue sometido a una operación de una obstrucción coronaria, después de presentar dolores en el pecho, durante la que se le implantó un "stent", un dispositivo que se introduce en la arteria para dilatarla, una intervención "poco invasiva".

El domingo, día de Navidad, la soberana, de 85 años, y su familia asistieron a un servicio religioso celebrado en la localidad de Sandringham, donde pasa las fiestas desde hace 20 años.

Catalina, la esposa del príncipe Guillermo, se unió por primera vez a los festejos de la familia real, al igual que el jugador de rugby Mark Tindall, que se casó en verano con Zara Phillips, nieta de la reina.

Unos 3.000 curiosos se agolparon a lo largo del trayecto que recorre hasta la iglesia la familia real, cuya popularidad ha aumentado desde el enlace entre Guillermo y Catalina.

El palacio de Buckingham indicó el sábado que la convalescencia del príncipe Felipe no modificaría el programa de Navidad de la familia real, que tiene previsto celebrar en Sandringham una comida después de la misa, compuesta principalmente por un pavo criado en los terrenos de la residencia. AFP


Fotogalería: La Navidad real británica




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