14 de diciembre de 2011

La restauración de un viejo palacio imperial revela detalles de la historia de Brasil


La restauración del Palacio de Guanabara, que fue residencia de la familia imperial de presidentes brasileños, saca  a la luz algunos detalles de la historia de Brasil.





Una restauración en el Palacio de Guanabara, construcción neoclásica del siglo XIX que perteneció al imperio brasileño y fue residencia presidencial por un breve periodo, ha sacado a la luz algunos detalles arquitectónicos de la historia de Brasil.

Un piso en piedra de la época en que el Palacio era residencia de la Princesa Isabel, hija del emperador Pedro II de Brasil, y otro de azulejos portugueses del siglo XIX fueron descubiertos y restaurados en dos salones de la edificación, que es sede de la gobernación de Río de Janeiro.

La conservación del empedrado, construido probablemente por esclavos hace un siglo y medio, exigió la instalación de un falso piso de vidrio encima que permite a los visitantes caminar sobre la historia y observar los detalles de la arquitectura imperial y de la época de la esclavitud.

Las restauraciones fueron exhibidas a la prensa tras dos años de obras y serán presentadas públicamente mañana, cuando el gobernador de Río, Sergio Cabral, abrirá oficialmente las puertas del Palacio.

"El Palacio de Guanabara es un patrimonio histórico y arquitectónico extraordinario que tenemos la alegría de devolver totalmente restaurado", afirmó el gobernador.


La obra, que tuvo un costo de 19 millones de reales (unos 10,5 millones de dólares), fue financiada por empresas privadas gracias a un programa de incentivos fiscales ofrecido por la gobernación.

La restauración incluyó la edificación, a la que se le devolvió el color ocre original, además de los muebles históricos, las obras de arte y los jardines diseñados por el francés Paul Villon, que son prácticamente una extensión de los bosques que suben hasta la cima del cerro del Corcovado.

Entre los 92 muebles restaurados, la mitad de ellos con detalles dorados, figuran algunos del período imperial y representan diferentes estilos, incluyendo algunos Luis XV, Luis XVI y rococó.

Algunos fueron adquiridos por los emperadores brasileños y otros por la República para decorar las instalaciones en que fueron hospedados los reyes Alberto y Elizabeth de Bélgica en 1920.

"Lo más importante fue el descubrimiento de pisos de dos épocas históricas diferentes escondidos por cemento durante alguna de las cinco anteriores reformas por las que pasó el Palacio", explicó a Efe el arquitecto Eduardo Muselli, que supervisó las obras.

El trabajo también permitió la modernización del palacio con la construcción de rampas y elevadores que garantizan la movilidad de minusválidos y el ocultamiento de instalaciones eléctricas, hidráulicas y telefónicas que antes quedaban a la vista.

El secretario de la Casa Civil del estado de Río, Regis Fichtner, asegura que la gobernación está buscando la manera de que el público pueda conocer el interior de la edificación y sus obras de arte porque actualmente no se permite la entrada de visitantes.

"Es importante garantizar las visitas debido a que en el interior del Palacio de Guanabara hay obras de arte y ambientes aún preservados de diferentes épocas", asegura el historiador Milton Teixeira, especialista en historia de Río de Janeiro.

El palacio fue construido por el comerciante portugués José Machado Coelho en 1853, tres décadas después de que Pedro I declarara la independencia del país, en 1822, y fuera coronado como primer emperador de Brasil.

Años después el Congreso lo adquirió para que sirviera como residencia de la princesa Isabel y de su esposo, Luis Felipe Gastao de Orleans, el conde D'Eu.

La princesa, reverenciada en el país por haber firmado como regente la Ley Áurea, que abolió la esclavitud (1888), residió en el Palacio hasta que abandonó Brasil tras la proclamación de la República (1889).

En los primeros años de la República el Palacio tuvo varios usos e incluso sirvió como cuartel militar, hasta que en 1908 fue sometido a una remodelación para acoger a visitantes ilustres. Fue en esta primera restauración en la que se construyeron la actual fachada y las escalinatas externas.

El Palacio fue residencia particular de los presidentes brasileños entre 1911 y 1949, año en que fue convertido en sede de la alcaldía del Distrito Federal de Río de Janeiro, entonces capital brasileña.

En 1960, con la transferencia de la capital a Brasilia, pasó a ser sede de la gobernación del estado de Guanabara, después convertido en estado de Río de Janeiro. EFE




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