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El príncipe Johan Friso, el hijo mediano de la reina Beatriz de Holanda, recibió ayer por primera vez la visita de Florian Moosbrugger, el amigo que esquiaba con él cuando fueron sorprendidos por una avalancha de nieve la pasada semana.
Moosbrugger llegó el martes por la noche al Hospital Universitario de Innsbruck, en Austria, acompañado de la esposa del príncipe Friso, Mabel, y del príncipe Constantijn, el hermano menor de Johan Friso.
Moosbrugger, de 42 años, es un amigo de la familia real y dueño del hotel en Lech en el que se hospedan los Orange desde hace décadas durante las vacaciones de invierno en la localidad turística austríaca.
Al contrario del príncipe Friso, Moosbrugger sí llevaba consigo un airbag para esquiadores, resultando ileso de la avalancha de nieve, lo que permitió alertar a los equipos de rescate.
Florian aún no ha sido interrogado por las autoridades debido a que se encuentra en estado de “shock” (conmoción). Así lo ha señalado la televisión pública austríaca ORF, al resaltar que la reina Beatriz de Holanda, se ha mostrado “compasiva” hacia el acompañante de su hijo.
“Le abrazó y le consoló”, dijo la madre del empresario a la emisora regional de la ORF del estado austríaco de Vorarlberg, al describir como la reina reaccionó hacia el acompañante.
Florian pudo salvarse de las masas de nieve al activar un “airbag” especial para aludes, y llamar a los equipos de socorro, que reaccionaron rápidamente. Mientras tanto, las autoridades austriacas ya abrieron una investigación de rutina para esclarecer las causas del desprendimiento de la avalancha de nieve. EFE
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