El emperador Akihito se encuentra estable tras haberse sometido ayer a una operación de "bypass" coronario.
El emperador Akihito se encuentra estable tras haberse sometido ayer a una operación de "bypass" coronario.
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El emperador de Japón, Akihito, se recupera adecuadamente en el Hospital Universitario de Tokio de la operación de "bypass" coronario a la que ha sido sometido.
Según informó la Agencia de la Casa Imperial, el emperador, de 78 años, fue capaz de beber líquidos hoy por primera vez tras la intervención, de unas cuatro horas de duración, realizada ayer a raíz de que una prueba a la que se sometió el 11 de febrero revelara un estrechamiento de dos arterias coronarias.
Akihito también preguntó al personal de la unidad de cuidados intensivos cuándo podrá empezar a leer, según portavoces de la Agencia de la Casa Imperial citados por la agencia "Kyodo".
La emperatriz Michiko, de 77 años, visitó hoy a su marido en el hospital, mientras que muchos japoneses se acercaron, al igual que ayer, al exterior del Palacio Imperial de Tokio para firmar en un libro habilitado para escribir mensajes de apoyo y oraciones para rogar por su salud.
Ayer, más de 11.500 personas dejaron su rúbrica y el horario de firmas tuvo que extenderse 20 minutos después de la hora de cierre ante la cantidad de gente deseosa de escribir una dedicatoria al "tenno" (el príncipe del cielo, en japonés).
Por su parte, el primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, explicó, en declaraciones recogidas por "Kyodo", que se alegra que la operación se resolviera "sin complicaciones" y que rezo "por su pronta recuperación".
Se prevé que el emperador permanecerá en cuidados intensivos hasta mañana, que comenzará el proceso de rehabilitación la semana próxima y que será dado de alta dentro de unas dos semanas.
Sin embargo, necesitará descansar y someterse a rehabilitación adicional durante un periodo determinado, desveló hoy el diario Yomiuri
Se espera que, tras abandonar el hospital, el emperador pueda presidir una ceremonia el próximo 11 de marzo para conmemorar el primer aniversario del desastre que devastó el noreste de Japón.
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