7 de marzo de 2012

«Majesteit»: una película que muestra a la reina Beatriz de Holanda con dudas sobre Máxima Zorreguieta

PAÍSES BAJOS | La película refleja la intimidad de la reina y sus familiares, entre los cuales se encuentran su hijo mayor, el príncipe Guillermo Alejandro, y su esposa argentina, Máxima Zorreguieta.


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La reina Beatriz de los Países Bajos, con sus dudas acerca del rol actual de la monarquía, su carácter férreo y también su sensibilidad, son los ejes de la película «Majesteit», de Peter de Baan, que se exhibe en el marco del Festival de cine argentino-europeo Pantalla Pinamar, que se celebra en la localidad costera de Pinamar, en Argentina.

"Si Beatriz no hubiese nacido en la Casa Orange hubiera sido republicana", aseveró Carine Crutzen, quien interpreta a la reina el filme, en diálogo con los medios.

La apreciación de la actriz tiene asidero. "Majesteit" explora la dualidad de Beatriz, quien se debate entre aferrarse a las tradiciones o dar paso a la modernidad en el palacio real, tendencia que íntimamente avala, aunque le pese la corona.

El filme, que por el momento no cuenta con distribución en Argentina, está ambientado en 2003 y se centra en un hecho particular que da cuenta de este nudo dramático: una hora antes de la apertura del Parlamento, el entonces primer ministro Jean Peter Balkenende se presenta repentinamente en el palacio y exige un "ajuste" en el discurso que dará la reina.


El punto en discusión se refiere a la ayuda económica que Holanda dará a Africa, un continente al que Beatriz se siente ligada a través de su esposo, el aristócrata alemán Claus von Amsberg, quien viajaba allí a menudo.

La tensión entre la reina y Balkenende parece ser de larga data. El intenta imponer su voluntad para preservar su gobierno y ella ve con claridad la posición de la monarquía en pleno siglo XXI, entendida por los ciudadanos más como un símbolo estético que como una institución. 

El director eligió un momento muy vulnerable en la vida de la reina, poco después de perder a su esposo, su fiel compañero, fallecido el 6 de octubre de 2002.

Si bien Crutzen no tiene parecido físico con Beatriz logró una interpretación muy creíble. "Hay muchas fotos en Internet sobre la niñez de Beatriz. Y, aunque parezca extraño, me concentré mucho en esas imágenes para captar su personalidad -además de leer textos- ya que es en la niñez cuando se forma el carácter", explicó. 

Los diálogos, destacables, revelan de las tensiones de la familia real. A Crutzen la sorprendió que "se haya puesto en boca de la reina sus dudas acerca de modernizar la monarquía y también la discusión con sus hijos acerca de cuál de ellos debía ser el heredero del trono".

Esta cuestión central se vislumbra en la elección de esposas para sus hijos. El primero en "romper el molde" fue el príncipe Guillermo, quien le ofreció matrimonio en 2002 a Máxima Zorreguieta, una joven plebeya argentina cuyo padre había sido funcionario de la dictadura militar en el país sudamericano (1976-1983), régimen que practicó el terrorismo de Estado.


Máxima (Hadewych Minis) tiene una participación pequeña en el filme pero suficiente para dar cuenta de su determinación e independencia y la tensión inicial en su relación con la reina que parece haber quedado superada.

"Si un plebeyo entra en nuestra familia debe tener una reputación intachable", dice una reina Beatriz ofuscada sentada a la mesa familiar junto a su marido y sus tres hijos, entre ellos Guillermo Alejandro (Gijs Naber), en una escena de la película, después de hacer referencia a que el padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, fue secretario de Agricultura y Ganadería durante la última dictadura y que ésta dejó 30.000 desaparecidos, según organismos de derechos humanos.
"Máxima es hoy la integrante más popular de la casa Orange, como lo fue alguna vez el príncipe Claus", sostuvo Crutzen.


Holanda, explicó la actriz, piensa que la argentina "es muy inteligente y que hacen un buen equipo con William, por eso están seguros de que será una reina perfecta".

De hecho, agregó, ella tomó lentamente la delantera en hacer "más popular" la casa real, acercándose a la gente. Una tendencia que Beatriz -al contrario de su madre Juliana- había iniciado hace algunos años por consejo de su esposo.

La prensa holandesa, relató Crutzen, tiene una opinión dividida sobre el filme.

"Están los que adoran a la monarquía, la reina es como la madre de todos los holandeses. Y hay otros medios de prensa que concuerdan con el pensamiento republicano, que sostiene que la casa real no es moderna, ni democrática y que cuesta mucho dinero, por lo tanto, ya no debería existir", detalló.

La Casa Orange, en tanto, no emitió opinión sobre la película. "Ellos jamás opinan cuando los medios de prensa hablan sobre la realeza y esta no es la excepción. Beatriz es inteligente y sabe que cualquier réplica podría ser interpretada de modo erróneo y desatar un conflicto", aseveró.

Aunque la monarquía holandesa es muy popular, suelen verse publicaciones que la relacionan con situaciones escandalosas. Como nunca hay aclaraciones por parte de la casa real, las versiones no superan ese estatus.

"La principal preocupación de Beatriz -concluyó Crutzen- es hoy mantener la monarquía como una institución abierta, eficiente y en sintonía con los deseos del pueblo holandés". Ansa






Fotos: AFilm
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