Comparte este artículo:
Bajo el título «El ‘caso Urdangarin’ y el futuro de la Monarquía», el editorial del diario español de centro-izquierda El País de este domingo analizó las consecuencias que la imputación del yerno del rey Juan Carlos por presunta corrupción puede tener para la Familia Real española.
Concretamente, el autor de la nota editorial afirma que "es obvio que cualquiera que sea el desenlace del caso Urdangarin, nuestra Monarquía necesita modernizar sus pautas de funcionamiento, en las que la eficiente y arrolladora personalidad del rey contrasta a veces con las rigideces y corsés, cuando no el oscurantismo, de quienes le adulan".
"Se requiere deslindar legalmente las responsabilidades de los miembros de la familia real y de los demás parientes del monarca", afirma el diario, según el cual es necesario establecer una "protección jurídica" para el príncipe heredero; "acentuar todavía más la transparencia de la institución" y "clarificar los comportamientos profesionales" de los miembros de la Casa Real.
El editorial niega además algunas de las implicaciones que algunos han pretendido ver en el "Caso Urdangarin" para la Familia Real, como “que la familia real se encuentra cuestionada por la opinión pública” y que hay “un debate sobre la jefatura del Estado”.
El texto asegura, de forma sorpresiva para un diario normalmente crítico del sistema monárquico, que “el rey y su heredero encarnan la legitimidad constitucional de la Monarquía" y que los asuntos del yerno real "no tienen que ver con la forma de Estado" establecida por la Constitución, refrendada por los españoles en 1978.
Añade que “una conducta presuntamente irregular de aquel (Iñaki Urdangarin) para nada significa una crisis de legitimidad en la jefatura del Estado” y, tras arremeter contra la prensa rosa que con sus “cotilleos” y “lucubraciones” dan pie a esta “discusión ficticia”, recuerda que “si algo ha quedado claro, por lo demás, en la maraña del caso Nóos es que el rey ordenó hace años a su yerno que dejara los negocios privados”.
El diario cree que no es el momento de promover un debate artificial sobre la Jefatura del Estado, sobre todo cuando estamos empeñados en la lucha contra la crisis y el empobrecimiento general de la población. Recuerda los “servicios impagables” que el rey y la Corona han prestado a las libertad de los ciudadanos y asegura que “tratar de recusar nuestra forma de Estado al hilo de coyunturas como la que comentamos supone la impugnación del pacto en el que se fundaron las libertades tras la muerte del dictador”.
No obstante, termina reconociendo la necesidad de modernizar la Monarquía mediante varias líneas de actuación: “deslindar legalmente las responsabilidades de los miembros de la familia real y de los demás parientes del Monarca; es preciso establecer una protección jurídica adecuada para su heredero; hay que acentuar todavía más la transparencia de la institución y clarificar los comportamientos profesionales de los familiares del Rey, se beneficien o no de fondos públicos”.
El editorial termina señalando que “Don Juan Carlos renunció en su día a los poderes recibidos, devolvió la soberanía al pueblo español, impulsó el cambio hacia la democracia y la protegió y defendió de los golpistas. A los políticos corresponde definir ahora qué aspectos deberían actualizarse de una institución que ha rendido probados servicios a la ciudadanía, y de la que se espera el ejercicio moderador de su autoridad moral en estos tiempos de crisis e incertidumbre”.
“No me esperaba esto de vosotros”, “debería daros vergüenza”, “no sabes el rechazo que provoca un editorial tan ‘al dictado’ de Zarzuela”. Estas son solo algunas de las respuestas que recibió Javier Moreno, director de El País, tras compartir en Twitter el editorial de de su periódico.
Añade que “una conducta presuntamente irregular de aquel (Iñaki Urdangarin) para nada significa una crisis de legitimidad en la jefatura del Estado” y, tras arremeter contra la prensa rosa que con sus “cotilleos” y “lucubraciones” dan pie a esta “discusión ficticia”, recuerda que “si algo ha quedado claro, por lo demás, en la maraña del caso Nóos es que el rey ordenó hace años a su yerno que dejara los negocios privados”.
El diario cree que no es el momento de promover un debate artificial sobre la Jefatura del Estado, sobre todo cuando estamos empeñados en la lucha contra la crisis y el empobrecimiento general de la población. Recuerda los “servicios impagables” que el rey y la Corona han prestado a las libertad de los ciudadanos y asegura que “tratar de recusar nuestra forma de Estado al hilo de coyunturas como la que comentamos supone la impugnación del pacto en el que se fundaron las libertades tras la muerte del dictador”.
No obstante, termina reconociendo la necesidad de modernizar la Monarquía mediante varias líneas de actuación: “deslindar legalmente las responsabilidades de los miembros de la familia real y de los demás parientes del Monarca; es preciso establecer una protección jurídica adecuada para su heredero; hay que acentuar todavía más la transparencia de la institución y clarificar los comportamientos profesionales de los familiares del Rey, se beneficien o no de fondos públicos”.
El editorial termina señalando que “Don Juan Carlos renunció en su día a los poderes recibidos, devolvió la soberanía al pueblo español, impulsó el cambio hacia la democracia y la protegió y defendió de los golpistas. A los políticos corresponde definir ahora qué aspectos deberían actualizarse de una institución que ha rendido probados servicios a la ciudadanía, y de la que se espera el ejercicio moderador de su autoridad moral en estos tiempos de crisis e incertidumbre”.
“No me esperaba esto de vosotros”, “debería daros vergüenza”, “no sabes el rechazo que provoca un editorial tan ‘al dictado’ de Zarzuela”. Estas son solo algunas de las respuestas que recibió Javier Moreno, director de El País, tras compartir en Twitter el editorial de de su periódico.
Tampoco faltaron quienes opinaban que el rotativo había escarmentado tras el reciente cierre del diario republicano Público. El debate creció a lo largo del día y el ‘hashtag’ “#editorialElPais” se alzó hasta los ‘trending topics’ de Twitter en medio de críticas hacia el diario.
Los usuarios se quejaron con insistencia por la utilización de argumentos como que “la Monarquía fue libremente asumida por los españoles”, la equiparación de la ovación parlamentaria con la aprobación de la opinión pública, o la teoría de que se deben rechazar “con toda contundencia” los debates “artificiales” sobre la institución en un momento de crisis económica y social.
A este respecto, el editorial enumeraba los problemas a los que se enfrenta actualmente España, haciendo referencia incluso a la sequía de los campos, una argumentación que hizo que muchos lamentaran que no existiera la posibilidad de dejar comentarios en la web.
La mayoría de los gallegos afirma que la Corona sale dañada del caso Urdangarin
La gran mayoría de los gallegos consultados por Sondaxe consideran que este episodio perjudicará la imagen de la monarquía.
En concreto, el 86,3 % de los entrevistados sostienen que el caso tendrá algún tipo de impacto negativo sobre la Corona, y solo el 7,4 % defienden que superará sin mácula este convulso proceso que tiene al yerno del rey entre los acusados.
Del porcentaje de entrevistados que aprecian un daño en la imagen de la monarquía española, el 40,2 % opinan que ese impacto es «mucho»; el 29 %, que es «bastante»; el 12 %, que es «algo»; y el 5,2 %, que es «poco».
El sondeo pone de manifiesto que el asunto deja a pocos ciudadanos indiferentes. Únicamente seis de cada 100 encuestados alegan que no sabe de qué trata el caso (3,6 %) o declinan pronunciarse al respecto (2,6 %).
La mayoría de los gallegos afirma que la Corona sale dañada del caso Urdangarin
La gran mayoría de los gallegos consultados por Sondaxe consideran que este episodio perjudicará la imagen de la monarquía.
En concreto, el 86,3 % de los entrevistados sostienen que el caso tendrá algún tipo de impacto negativo sobre la Corona, y solo el 7,4 % defienden que superará sin mácula este convulso proceso que tiene al yerno del rey entre los acusados.
Del porcentaje de entrevistados que aprecian un daño en la imagen de la monarquía española, el 40,2 % opinan que ese impacto es «mucho»; el 29 %, que es «bastante»; el 12 %, que es «algo»; y el 5,2 %, que es «poco».
El sondeo pone de manifiesto que el asunto deja a pocos ciudadanos indiferentes. Únicamente seis de cada 100 encuestados alegan que no sabe de qué trata el caso (3,6 %) o declinan pronunciarse al respecto (2,6 %).