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El emperador de Japón, Akihito, volvió el miércoles al Hospital de la Casa Imperial para someterlo a un tratamiento que sirviera para drenar el líquido pleural acumulado en sus pulmones que se le detectó tras la operación de "bypass" coronario a la que fue sometido el mes pasado.
El emperador, que fue dado de alta el domingo del Hospital Universitario de Tokio en el que estaba ingresado desde su operación cardiaca, fue sometido ayer a una sesión de rayos x en la que se le detectó el derrame pleural.
Además, desde que fue dado de alta, Akihito, de 78 años, no ha comido como se esperaba y ha experimentado problemas para respirar, no solo al subir y bajar escaleras, señaló la agencia de la Casa Imperial.
El equipo de doctores encargado de velar por la salud de Akihito informó de algunas complicaciones derivadas de la cirugía cardíaca a la que fue sometido el pasado 18 de febrero, y determinó que drenar el liquido de los pulmones llevará varias semanas, aunque no precisará su ingreso en el hospital y no afectará a su vida cotidiana.
Según informó este viernes el jefe de la Casa Imperial, Shingo Haketa, el emperador ha recuperado el apetito y poco a poco está mejorando después de la intervención a la que fue sometido.
El responsable de administrar la Casa Imperial señaló que hasta mañana se decidirá si el emperador va a asistir a un servicio para conmemorar a las víctimas del terremoto y posterior tsunami del 11 marzo de 2011.
Haketa señaló que el emperador le comentó que se sentía un poco mejor después de que le retiraron los fluidos que se habían acumulado en sus pulmones desde la cirugía del mes pasado, informó la agencia Kyodo.
El emperador tiene la voluntad de acudir a la ceremonia que ha organizado el gobierno en Tokio este domingo, primer aniversario de los desastres naturales, pero la decisión será tomada tras consultas entre él y sus médicos, dijo el secretario del gabinete, Osamu Fujimura.
La Casa Imperial está considerando reducir el tiempo en la ceremonia del próximo domingo, cuando se cumple un año de la tragedia que devastó el noreste de Japón, si el emperador asiste al evento.