2 DE JUNIO DE 2011
Las críticas se deben a su tardía intervención, ya que el escándalo surgió hace seis meses; al papel del empresario Anders Lettstroem, amigo íntimo suyo, que intentó comprar unas supuestas fotos comprometedoras; y a las explicaciones del Rey sobre su presencia en fiestas con chicas pagadas.
"La entrevista no hace la crisis del Rey más comprensible. Si toda la historia era una calumnia, ¿por qué el Rey no salió a decirlo en otoño? ¿Por qué habló de 'pasar página'?", escribe el liberal Dagens Nyheter, el diario de mayor tirada. El articulista se pregunta también por qué Lettstroem intentó contactar con un conocido delincuente para comprar su silencio si las fotos no existían.
"Los últimos avatares en torno al Rey, su enfermizo grupo de amigos y su miserable actitud hacia las mujeres muestran nuestra forma de gobierno en toda su patética fragilidad", escribe Karin Petterson, redactora jefe de Política del tabloide Aftonbladet.
La portada de este diario también refleja de forma gráfica la situación: un "No" acompaña una imagen del rey, asegurando que no existen pruebas de sus supuestas visitas a clubes de alterne; y un "Sí" va con la imagen del dueño de uno de ellos, amenazando con hacerlas públicas.
Para el liberal Göteborgs-Posten, el segundo periódico de mayor difusión, un hombre adulto y además jefe de Estado debería "saber más para no frecuentar ambientes en los que pueda haber delincuentes". Según este diario, aunque la mayoría de los suecos apoya la monarquía, su posición no ha sido "concedida por Dios ni es eterna".
El socialdemócrata Folkbladet considera que Carlos XVI Gustavo se ha jugado todo a una carta e invita a quienes le acusan a mostrar las fotos y, si existen, "es hora de que el Rey sea ex Rey".
También la prensa regional se refiere al caso: el Helsingborgs Dagblad cree que su actuación "indica incapacidad y aislamiento", mientras que el conservador Barometern habla de "enfado o arrogancia" y tilda su prolongado silencio como de mal agüero.
La actuación del Rey en los seis meses que han pasado desde que estalló el escándalo con la publicación de la biografía "Den motvillige monarken" (El monarca reticente), en la que se relatan supuestas salidas nocturnas a clubes y romances, ha debilitado de forma considerable su posición en Suecia.
Según una encuesta difundida hace unos días por Dagens Nyheter, sólo el 44 % de los suecos quiere que siga en el trono, mientras que un 41 % es favorable a que abdique en favor de su hija, la princesa Victoria.
El líder de los socialdemócratas en la Comisión Constitucional del Parlamento, Sven-Erik Österberg, ha anunciado que presentará una moción en otoño para que haya mayor transparencia sobre la dotación anual que recibe la Casa Real y se estudie también la posibilidad de que la figura del jefe de Estado pueda ser investigada.