6 de julio de 2011

¿Por qué quiso escapar Charlene?

¿Qué hay detrás de los supuestos intentos de huida de la Princesa de Mónaco? Un complicado entramado de rumores y ensañamiento periodístico.

El diario francés Le Journal Dimanche reveló que Charlene Wittstock, quien contrajo matrimonio con el príncipe Alberto de Mónaco, habría intentado huir a su país en tres oportunidades y no sólo una vez, como trascendió la semana pasada. Muchas son las dudas que rodean a esta novelesca historia y en ella se combinan los más variados elementos. 

Según publican el británico «The Telegraph» y el francés «Le Figaro» el Príncipe de Mónaco podría ser padre de un tercer hijo ilegítimo nacido hace dos semanas, hecho que habría provocado el intento de anulación de boda de Charlene y sus reiterados intentos de huida.

La primera vez habría sido en mayo, encontrándose en París para una prueba de su vestido de casamiento, al refugiarse en la Embajada de Sudáfrica. La segunda ocasión habría sido durante las carreras del Grand Prix de Fórmula 1 en Mónaco. 

Por último la semana pasada, cuando abordó un servicio de helicóptero camino al aeropuerto de Niza (muy cercano a Mónaco). Allí, altos funcionarios de la policía francesa la habrían detenido y le habrían confiscado su pasaporte, según recogía el diario francés “Le Figaro”.

La agencia France Press (AFP) confirmaba, tras la ceremonia civil, el pasado viernes, que había existido esta crisis entre el Príncipe Alberto y Charlene, y añadía que fuentes próximas al palacio de los Grimaldi habrían confirmado la «veracidad» del rumor: una mujer habría dado a luz, hace algunas semanas, a un tercer hijo ilegítimo de Alberto II. Por eso, faltando tres días de la boda, Charlene Wittstock podría haber intentado anular la boda al conocer la noticia inesperada.


Al parecer, Charlene, desairada por los rumores, «habría huído» al aeropuerto de Niza para viajar a Sudáfrica y no volver para su boda con el Príncipe. Según «Le Figaro» habría sido la propia Policía y los asesores de los Grimaldi quienes habrían convencido a la Princesa para desestimar esta opción.

Un grupo de gente próxima al príncipe, entre ellos el magnate inmobiliario Michel Pastor, un personaje muy influyente en el Principado, y padre de Fabrizio, se habrían reunido con Charlene para hacerle comprender que su deber era quedarse y celebrar la boda por razones de Estado y porque Alberto la quería como esposa. 

"Varias fuentes llegan incluso a confirmar que los entonces futuro marido y mujer llegaron a un acuerdo", informa el diario francés, de tirada nacional, «Le Journal du Dimanche».

«The Telegraph» publica que el Príncipe Alberto podría someterse a un test de paternidad para acallar las especulaciones y tranquilizar a su flamante esposa y titula: «Pétalos para la princesa… y test de paternidad para el príncipe».



Algunos medios van más lejos. El sitio web francés public.fr informa que el príncipe  tendría un hijo natural de 18 meses con una mujer italiana que ahora estaría dispuesta a vender la historia a la prensa.

Habría sido esta noticia la que causó la furiosa reacción de la ex nadadora sudafricana, aparentemente detenida por policías del Principado antes de abordar un avión para abandonar la Costa Azul.

El sitio francés también resalta: «Algunos dicen que el príncipe habría tenido también un segundo hijo natural con Nicole Coste» (ex azafata de Togo, con la que tuvo a Alexandre, hace siete años). Este rumor ganó cierta credibilidad cuando Coste, de 40 años, que le sacó una suma multimillonaria al príncipe, fue vista el jueves en Montecarlo.

Severo contrato matrimonial

La prensa europea también destaca que el contrato prenupcial que tendría que haber firmado la princesa Charlene sería otro de los motivos de desencuentro con Alberto. Este acuerdo -según los informes periodísticos no confirmados por el palacio- contiene unas cláusulas que le obligan a estar casada con el príncipe como mínimo durante cinco años, sin derecho a reclamar separación o divorcio hasta que no se cumpla la fecha fijada. Además, en el tiempo que dure su matrimonio, la princesa Charlene está obligada a darle un heredero al trono de Mónaco.

Los observadores reales dicen que el rumor y las investigaciones sobre su origen, a cargo de los funcionarios de Mónaco, probablemente no ayudarán a la familia Grimaldi en su intento de reposicionarse. “Sospecho que la gente levantará las cejas y se preguntará qué está pasando en realidad”, dijo Richard Fitzwilliam, ex editor de la revista Internacional Who's Who. “Esta es la última cosa que querría pasar un matrimonio que estaba tratando de lograr algún tipo de estabilidad en la familia real más disfuncional del mundo”.

Frédéric Laurent, un fino conocedor de Mónaco, sobre el que ha escrito varios libros, confiesa que «el Principado tiene todos los atributos de un país, pero no es más que un pueblo que adora los rumores». Mundanos y palaciegos.

L’Express, órgano de presión

Por lo que parece, no es la primera vez que L’Express ha actuado como órgano de presión en distintos ámbitos de la vida pública y política desde que el medio de prensa fue adquirido por el grupo belga de prensa Roularta.

Un grupo que apoya las posiciones independentistas de los nacionalistas de la comunidad flamenca de Bélgica, y que en el pasado no ha reparado en medios para atacar a la ya bastante dañada monarquía belga que es tan poco valorada entre la comunidad flamenca.

Curiosamente, ese mismo grupo de prensa es el actual propietario de la muy conocida y prestigiosa revista francesa Point de Vue, que durante décadas ha sido la mayor especialista a nivel internacional en la actualidad y el devenir de las distintas familias reales europeas.

Pero en los últimos años Point de Vue ha dado un inesperado giro para convertirse en un semanario muy en la línea de lo que en Francia se califica como "revistas people", y su tratamiento de la Monarquía y de las personas de la realeza se ha frivolizado notablemente, para decepción de multitud de lectores.

Tensas relaciones entre la prensa y los Grimaldi


Dicen algunos que ello tendría que ver con que la actual redactora en jefe del semanario es una antigua colaboradoras de L’Express, y que en estos momentos las relaciones entre Point de Vue, siempre tan cuidadosa y pulcra en su tratamiento a los royals, con la familia Grimaldi pasan por sus peores momentos a causa de la publicación de unas manifestaciones que no fueron autorizadas por Carolina de Mónaco. 

De hecho, algunos artículos aparecidos en Point de Vue en fechas recientes parecieran contener algunos ataques velados a la dinastía monegasca, como el traer de nuevo a la palestra los supuestamente débiles derechos de los Grimaldi al trono de Mónaco ya que se llegó a afirmar que Alberto II es, por derecho, solamente "el conde Alberto de Polignac". Una historia vieja con la que quizá se ha querido enturbiar las aguas en casa de los Grimaldi en momentos tan delicados.

Todo un curioso entramado que sin duda alguna oculta algo más, puesto que es muy osado lanzar una bomba de relojería del calado de esta supuesta fuga de Charlene Wittstock cuando todo se basa en meros rumores que huelen a invento y sin tener prueba alguna

Y es que toda esta historia pareciera un calco de aquella fuga, esta si absolutamente cierta, que allá por 1871 protagonizó la aristócrata británica Lady Mary Douglas-Hamilton al abandonar a su esposo, el príncipe Alberto I de Mónaco, para ir a caer en brazos de su amante y luego segundo marido, el conde húngaroTassilo Festetics von Tolna.


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