27 de agosto de 2011

Alemania vivió su propia boda real: el "pequeño Kaiser" contrajo matrimonio con la princesa Sofía de Isenburg en una cálida ceremonia











El tataranieto del último Kaiser alemán, Guillermo II, se casó este sábado al mediodía con otra descendiente de la abolida dinastía real germánica. Tanto el príncipe Jorge Federico de Prusia como Sofia, princesa de Isenburg, trabajan como consultores de negocios, pero si Alemania hubiera conservado la monarquía hoy serían los emperadores del país.

La boda fue en un lugar de tradición familiar, el palacio de Sanssouci, residencia de verano de los monarcas prusianos, en cuyos jardines reposan los restos de su antepasado Federico el Grande de Prusia junto a sus perros y caballos.

El acontecimiento ha generado considerable interés público en Alemania y fue retransmitido en vivo por la televisión. La ceremonia nupcial dio comienzo a las 2 en punto -hora alemana- en la Iglesia de la Paz (Friedenskirche), ubicada en el parque del palacio Sanssouci, de Potsdam. Setecientas cincuenta personas fueron invitadas a participar de la celebración ecuménica.

A la fastuosa celebración del antiguo palacio real, asistieron 700 invitados, entre los que destacan los príncipes Hassan y Sarwath de Jordania, gran duquesa María de Rusia, Laurent de Bélgica, Margarita y Radu de Rumania, Georg de Habsburgo y los príncipes Bernhard y Stephanie de Baen, entre otros representantes de casas principescas y ducales de Alemania.

Tras la ceremonia religiosa en un templo que está junto a los jardines de Sanssouci, la noble pareja recorrió, para regocijo de los miles de curiosos, la distancia que les separaba del edificio de las Neuern Kammern, donde se celebró una recepción, en una carroza descubierta.

La fiesta continúa por la noche con una cena de gala en la Orangerie de Sanssouci a la que asistirá un círculo aún mas reducido de unos 370 íntimos de la pareja, que este jueves se casó por lo civil esa ciudad que limita al suroeste con Berlín.

La novia, adornada su cabeza con una diadema de flores, vistió un tradicional traje blanco de tul y seda diseñado por el modista alemán Wolfgang Joop, mientras el novio llevaba frac y chistera.

La boda del heredero de la corona imperial alemana coincide con las celebraciones este año del 950 aniversario de la casa real de los Hohenzollern, originaria de Suabia, al sur de Alemania, pero que ya en el siglo XII echó raíces en Brandeburgo y Berlín.

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