13 de octubre de 2011

La familia real de Bélgica pierde privilegios

El príncipe heredero Felipe y sus hermanos deberán abandonar su escaño en el Senado de acuerdo a un convenio de reforma ratificado la semana pasada. Los políticos llegaron además a un acuerdo por el cual miembros de la Familia Real perderán parte de sus asignaciones.






Las ocho formaciones políticas del Parlamento Belga han llegado a un acuerdo para llevar a cabo una profunda reforma en la institución. Uno de los puntos acordados tras las negociaciones es la reducción de escaños a 61. Los asientos "históricos" es decir, los de los príncipes, han sido los primeros en desaparecer.

Los príncipes Felipe, Laurent y Astrid -hijos del rey Alberto II y la reina Paola de los Belgas- han sido declarados como "no- adaptados" a estas condiciones precisamente por ser hijos del rey belga. Hasta ahora su función en el Senado federal era simplemente ceremonial, pero la pérdida del puesto conllevará también la merma de otros "privilegios".

Los tres hijos del rey adquirieron el derecho de representación en el Senado al cumplir los 18 años, con una función representativa, ceremonial y de prestigio. El príncipe heredero Felipe y su hermana la princesa Astrid no han querido hacer comentarios a la prensa y han acatado la decisión sin ninguna reserva.

El que sí se expresó al respecto es el siempre controvertido príncipe Laurent: "Lo que los negociadores han decidido no es asunto mío. Yo no soy quién para decir nada al respecto. Lo que yo piense, eso es cosa mía".

Mientras tanto, este jueves 13 de octubre los políticos socialistas, liberales y democristianos flamencos y francófonos que llegaron a un acuerdo para formar un nuevo Gobierno en Bélgica, anunciaron un recorte en las dotaciones a la Casa Real que afectará directamente a los príncipes Astrid y Laurent.

El apartado "Ética Política" de este acuerdo se hace eco de una vieja recomendación del Senado belga que pide que se supriman las dotaciones, salvo para el rey y su sucesor así como a sus consortes, lo que dejará fuera a los príncipes.

La medida, que no se hará efectiva hasta que el rey Alberto II pase el testigo a su hijo Felipe, busca "mejorar la transparencia y el control respecto a las cuentas públicas de la Casa Real", según el compromiso del futuro Gobierno.

Astrid -de 49 años y la única hija de los reyes Alberto II y Paola- es directora de la Cruz Roja en Bélgica. Laurent, de 47 años, ostenta el título de "enfant terrible" de la familia por hechos como el que protagonizó el pasado mes de abril, cuando viajó al Congo, antigua colonia belga, sin el permiso del Parlamento.







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