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A su llegada al trono, la reina británica Isabel II era jefa de Estado de nada menos que 32 países, cifra que ha quedado reducida en la actualidad a 16, después de que en los pasados años 50 y 60 muchas naciones se independizaran, como Sudáfrica y Pakistán, mientras que en su reinado pidió formar Gobiernos a 12 primeros ministros
Hoy, los 60 años de reinado de Isabel II coinciden con los deseos muchos de los dominios más distantes del marchito imperio británico de replantear su lealtad a la monarquía.
En el marco del Jubileo, el príncipe Enrique (nieto de Isabel II) comenzó las celebraciones en Jamaica, el país que tiene la más férrea oposición al papel de la reina como jefa de estado de 16 naciones y 14 dependencias británicas más pequeñas. Y el príncipe Carlos viajará a Australia, donde la primera ministra ha preguntado si se debe mantener la lealtad a la corona.
Aunque la monarca de 85 años inspira respeto en todos sus dominios, encuestas de opinión muestran que los cambios republicanos en algunos países ganarán impulso si Carlos sube al trono como se espera.
Enrique, tercero en la línea de sucesión, se reunió esta semana con la primera ministra de Portia Simpson Miller, quien considera a la reina una "dama adorable", pero insiste en que su país debe cortar los lazos que quedan con Gran Bretaña, en parte debido al penoso legado de la esclavitud.
"Es importante para nosotros porque es parte de la historia, la cual comenzó cuando nuestros antepasados fueron llevados a rastras, vendidos como esclavos y traídos aquí y a otras partes en el Caribe", dijo Simpson Miller en una entrevista.
Millones de africanos fueron llevados como esclavos a las colonias caribeñas hasta que Gran Bretaña abolió su tratado de esclavitud en 1807.
Algunos analistas consideran que si Jamaica, que se independizó en 1962, deja de tener a la reina como jefa de estado, otros países en el Caribe -como Bahamas, Barbados y Granada- podrían hacer lo mismo.
"Intuyo que si el tema es bien presentado, los pueblos de los otros territorios podrían ver bien el cambio", dijo Havelock Brewster, economista y ex embajador de Guyana.
La mayoría ya tiene amplia independencia política y judicial y ve el papel de la monarquía solamente como simbólico. Desde que 33 naciones se agruparon en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en 2010, muchos han forjado alianzas más cercanas.
Durante el llamado siglo imperial que comenzó a principios de 1800, el imperio británico tenía unas 400 millones de personas, pero se redujo drásticamente en el siglo XX, en que países como India, Irlanda y algunos de Africa se independizaron.
Algunos lugares están tan escasamente poblados que son demasiado pequeños para ser viables solos, en tanto que otros dependen -al menos temporalmente- de los fondos británicos mientras batallan con sus endebles economías o el impacto de desastres naturales.
Mientras las encuestas de opinión muestran que la simpatía está disminuyendo entre los jóvenes, los más grandes que están fuera de Gran Bretaña expresan orgullo por sus lazos británicos y profesan una feroz lealtad a la reina.
"Debemos mantener una relación cercana, sana y buena con el Reino Unido porque necesitamos que Gran Bretaña nos apoye", dijo Edmund Maduro, un jubilado que trabajó para el gobierno y que vive en las Islas Vírgenes Británicas.
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