30 de noviembre de 2011

Lío en el Imperio del Sol Naciente


Mientras se deteriora el estado de salud del emperador Akihito, y los dilemas familiares ponen en la mira a la Familia Imperial, el príncipe Akishino pide sutilmente la abdicación de su padre. Una verdadera batalla por el Trono imperial.





El príncipe Akishino, hijo menor del emperador Akihito de Japón, que se muestra renuente a que las mujeres reinen de Japón como emperatrices, ahora se declara a favor del establecimiento de una ley que limite la edad para ocupar el Trono del Crisantemo.

"Creo que será necesario", dijo el príncipe, segundo en la línea sucesoria, luego su hermano Naruhito, respecto al restablecimiento de una edad límite tras la cual el emperador debería abdicar. "Cuando se alcanza una cierta edad es cada vez más difícil hacer diversas cosas. Creo que es una buena idea", agregó.

Estas declaraciones, poco habituales en Japón, se produjeron con motivo de la rueda de prensa ofrecida por Akishino en su cumpleaños número 46, y unos días después de que su padre, el emperador Akihito, saliera del hospital tras dos semanas convaleciente por una bronconeumonía.

La tradición establece que el emperador de Japón –que tiene tan sólo una función simbólica y no dispone de poderes políticos- ocupa del cargo de jefe de Estado hasta su muerte.

Tras estas declaraciones, sin embargo, se esconde sutilmente la intención del príncipe Akishino de poder reinar en un futuro no muy lejano, lo que dio pie, según se cuenta, a una verdadera batalla campal en el Palacio Imperial de Tokio por ocupar el trono.

El príncipe heredero Naruhito sólo tiene una hija, la princesa Aiko, quien no puede heredar la corona imperial a menos que se realice un cambio en la Constitución. Akishino, por su parte, se muestra en contra de una eventual reforma (apoyado por sus tíos, los príncipes Hitachi y Tomohito), y su esposa le ganó la carrera a la esposa de Naruhito dando a luz, en 2006, un niño, el primero nacido en la Familia Imperial tras 41 años: el príncipe Hisahito

Por entonces, Akishino también criticaba públicamente a su hermano por culpar a los funcionarios de la corte y al estricto protocolo de la profunda depresión que atraviesa la princesa Masako. "Hay momentos en que, sinceramente, me da lástima la realeza", dice Shu Hatakehori, reportero de la realeza para Shukan Josei, una revista semanal con una circulación de unos 700.000 ejemplares.

Por otra parte, está la pesada carga ceremonial que deben soportar los ocupantes del Trono del Crisantemo, si bien sus deberes oficiales son escasos y no incluyen ninguna función política. 

Los últimos emperadores envejecieron mal: en los años '20, Taisho enfermó de esquizofrenia durante algunos años, y su hijo Hirohito debió hacerse cargo, tempranamente, de las funciones imperiales. Seis décadas después, el anciano Hirohito agonizó durante más de tres meses en medio de una dolorosa guerra contra el cáncer de duodeno. Mientras tanto, Akihito, el actual emperador, ejercía como regente.

Akihito lleva tiempo delicado de salud: en 2003 fue operado de cáncer de próstata y en diciembre de 2008 sufrió una hemorragia estomacal que le obligó a aligerar su agenda oficial. En febrero de este año se le diagnosticó una arteriosclerosis coronaria, aunque los médicos indicaron que, sometido a medicación, podía continuar normalmente con sus actividades.

En los últimos tiempos, algunos analistas creen que la salud de Akihito (que lleva reinando 22 años) quedó sido afectada por el estrés. El hecho de que el príncipe Naruhito no tuviera un hijo varón y la depresión de su esposa, el interminable debate sobre los cambios constitucionales para que mujeres gobiernen y las fisuras familiares sobre el papel de la Agencia Imperial, fueron mencionadas como posibles causas.

Darío Silva D'Andrea




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