Dicho texto, del que la agencia informativa AFP obtuvo una versión en árabe, propone un fortalecimiento de los poderes del primer ministro, que se convertirá en presidente del gobierno, y ampliará el campo de las competencias del Parlamento.
Al mismo tiempo preservará al soberano importantes prerrogativas políticas, así como su estatuto de Comendador de los Creyentes, que hace de él la única autoridad religiosa del reino. También prevé garantizar la independencia de la justicia con respecto a los poderes legislativo y judicial.
El primer ministro tendrá la potestad de nombrar en las funciones civiles y en las administraciones públicas, en las funciones superiores y las instituciones, así como en las empresas públicas, según el artículo 91.
En la actualidad esos poderes de nombramiento, que conciernen los altos funcionarios civiles del Estado, son ejercidos por el rey Mohammed VI en virtud de la actual constitución marroquí.
El proyecto de reforma que será anunciado el viernes en la noche por el soberano prevé igualmente la supresión de la disposición que considera el carácter "sagrado" de la persona del rey, y será reemplazada en el artículo 46 del nuevo proyecto por la expresión: "la integridad de la persona del rey no puede ser violada".
Esta nueva expresión es "diferente con respecto a la primera, ya que el término 'sagrado', sobre todo en árabe, tiene una fuerte connotación religiosa", indicó a la AFP el politólogo Mohamed Darif.
"Esa nueva fórmula no busca dar una dimensión religiosa a la persona del rey, sino que destaca más bien sus responsabilidades políticas", añadió Darif. La lengua amazigh o bereber será considerada, con el árabe, como lengua oficial, según el preámbulo del nuevo proyecto de reforma constitucional.
Desde febrero, miles de manifestantes, convocados principalmente por el Movimiento del 20 de febrero, salen regularmente a las calles para pedir reformas democráticas.
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