Terruzzi, fallecido en 2009, acumuló durante su larga vida no solo poder y dinero sino también una fantástica colección de cuatro mil objetos, entre pinturas, esculturas, tapices, muebles y servicios de mesa.
Los siglos preferidos de Terruzzi eran el XVII y XVIII pero podía acercarse al XX si la obra no era excesivamente moderna, una tendencia afín a la reina Margarita, que odiaba la modernidad.
Entre las joyas de su colección, que se pueden admirar en el nuevo museo de Bordighera, encantadora ciudad de la Liguria cuyos únicos recursos son el turismo y las flores, figuran un "San Jerónimo" de Jusepe de Ribera, "Tarquinio y Lucrecia" de Luca Giordano y la "Deposición de Cristo" de Bernardino Fasolo.
Pero la pintura más preciada no está por el momento expuesta en este museo sino en el Hotel Hilton de Roma: una enorme tela del veneciano Giovan Battista Tiepolo, en depósito temporal hasta que venza el contrato y pueda reunirse con sus compañeras en Bordighera.
El edificio del Museo fue hecho construir en 1913, como lugar de reposo y de buen retiro, por Margarita de Saboya, viuda del rey Humberto I, asesinado por un anarquista en 1900.
En él, los cuadros, a veces insignificantes, se codean con objetos deslumbrantes como un servicio de porcelana china del siglo XVIII de 150 piezas.
Vasos de pórfido con base de bronce, relojes monumentales de pie, muebles franceses y una elegante cama en forma de góndola estilo Imperio completan la colección Terruzzi, que la familia ha decidido abrir al público después de varios intentos del industrial difunto de donarla a museos de Roma, Milán y Venecia.