Horas antes, en su tradicional discurso a la nación, el monarca advertía a los partidos políticos valones y flamencos del riesgo de desintegración del país. "Nuestra situación actual crea inquietud en nuestros socios y podría dañar nuestra posición en el seno de Europa, e incluso el impulso de la construcción europea", advirtió el monarca en un discurso televisado al país con motivo de la festividad.
Un mensaje que ha calado hondo entre los ciudadanos: “El Rey tiene el derecho de intervenir y espero que le escuchen”. “Gracias al Rey, porque es la base de nuestro país, estamos orgullosos de ser belgas, es nuestra fiesta nacional y espero que haya muchas más”, comentaban dos de los ciudadanos que asistían a la celebración.
“La Unión hace la fuerza” es el lema de un país con 181 años de historia y 180 de monarquía pero, por el momento, no hay unidad, ni fuerza para lograr que ambas comunidades se pongan de acuerdo. Una situación que, en opinión del rey, “crea inquietud entre los socios europeos, y podría dañar la posición de un país” que es uno de los miembros fundadores de la Unión Europea.
El príncipe Laurent, vetadoSegún varios medios belgas, la Corte vetó la presencia del hijo menor de los reyes en los actos oficiales del Día Nacional Belga.
Laurent de Bélgica y su esposa, la princesa Claire, no participarán pues en el acto religioso en la Catedral de Bruselas, ni en el desfile militar ni en ningún acto oficial de la familia real de aquel día.
Tras la divulgación de la información, el Palacio Real no hizo ningún comentario, lo que los medios belgas interpretan como una aceptación tácita de lo publicado.
El príncipe ha estado ausente de los actos oficiales de la Casa Real en los últimos meses, después de una serie de episodios que han acabado con la paciencia de sus padres, que ya en mayo le apartaron de actos oficiales, aunque la ausencia de los festejos del día nacional es algo insólito.
Las salidas de tono del príncipe llegaron a tal nivel que varios partidos políticos pidieron que dejara de recibir dinero del erario público.
Desde febrero, los medios belgas han publicado diversos episodios de la vida del príncipe como el que adelanta que incluirá en su edición del jueves Le Soir Magazine: exigió un asiento en primera en un avión de Brussels Airlines después de haber comprado un pasaje de clase turista.
A Laurent, de 47 años, le retiraron en febrero su permiso de conducir por exceso de velocidad en las calles de Bruselas, infracción por la que ya ha sido sancionado varias veces.
Además, en marzo viajó a la República Democrática del Congo contra las recomendaciones del Gobierno y de la Casa Real, ya que las relaciones de Bélgica su antigua colonia son muy delicadas.
Laurent estuvo envuelto en el pasado en otro escándalo: la implicación indirecta en un desvío de fondos de la Marina belga, por el que fue condenado uno de sus colaboradores militares.
Tras la divulgación de la información, el Palacio Real no hizo ningún comentario, lo que los medios belgas interpretan como una aceptación tácita de lo publicado.
El príncipe ha estado ausente de los actos oficiales de la Casa Real en los últimos meses, después de una serie de episodios que han acabado con la paciencia de sus padres, que ya en mayo le apartaron de actos oficiales, aunque la ausencia de los festejos del día nacional es algo insólito.
Las salidas de tono del príncipe llegaron a tal nivel que varios partidos políticos pidieron que dejara de recibir dinero del erario público.
Desde febrero, los medios belgas han publicado diversos episodios de la vida del príncipe como el que adelanta que incluirá en su edición del jueves Le Soir Magazine: exigió un asiento en primera en un avión de Brussels Airlines después de haber comprado un pasaje de clase turista.
A Laurent, de 47 años, le retiraron en febrero su permiso de conducir por exceso de velocidad en las calles de Bruselas, infracción por la que ya ha sido sancionado varias veces.
Además, en marzo viajó a la República Democrática del Congo contra las recomendaciones del Gobierno y de la Casa Real, ya que las relaciones de Bélgica su antigua colonia son muy delicadas.
Laurent estuvo envuelto en el pasado en otro escándalo: la implicación indirecta en un desvío de fondos de la Marina belga, por el que fue condenado uno de sus colaboradores militares.
