En 2005 la vida del príncipe Alberto de Mónaco cambió dramáticamente. Pasó de no atribuírsele novia formal a ser padre de dos hijos y encima heredó el trono de los Grimaldi.
Dos herederos ilegítimos que no cuentan con el beneplácito de las leyes monegascas para acceder al trono ni tampoco con el permiso del príncipe Alberto para que entren en su círculo personal.
Por eso ni siquiera fueron invitados a la reciente boda de su padre con Charlene Wittstock, alegando el deseo de palacio de no exponerlos a la luz pública para que conservaran su intimidad. En cambio, sí cuentan con una sustanciosa pensión económica procedente de las arcas del principado de Mónaco.
Jazmín Grace Grimaldi, la primogénita, nació en California hace diecinueve años. La noticia de esta paternidad trascendió a los medios en 2006, y por orden de la corte monegasca, tuvo que vivir fuera del príncipado aunque su padre quería que fuese en Francia.
Su madre, Tamara Rotolo, mantuvo una relación con Alberto de Mónaco en julio de 1991durante dos semanas en Montecarlo donde ella se quedó embarazada. Había trabajado como camarera en Estados Unidos y estaba divorciada.
Su vida actual nada tiene que ver con la de entonces. Para empezar, es una agente inmobiliaria de renombre. En cuanto a su hija, Jazmín está matriculada en la Universidad de Fordham donde destaca por un currículum brillante.
La historia de Nicole Coste es algo diferente a la de Tamara Rotolo. Esta azafata togoleña de Air France tuvo una relación con el príncipe Alberto desde 1997 hasta finales de 2002. Fruto de este romance nació Alexandre Coste en agosto del año siguiente y meses después de que la pareja hubiese roto.
El 6 de julio de 2005, justo seis días antes de que Alberto de Mónaco accediese al trono tras la muerte de su padre Rainiero, la Casa Real monegasca anunció a los medios que Alberto de Mónaco era padre de un hijo ilegítimo de dos años.
Tanto Alexandre como Jazmín no podrán heredar el trono, tal y como afirma la Constitución del principado. Sin embargo, sí pueden llevar el apellido Grimaldi y heredar parte del patrimonio, que algunos estiman en 2.400 millones de euros. Al mismo tiempo, existe la posibilidad de que Alberto II los "adoptara", concediéndoles el apellido Grimaldi y convirtiéndolos, de la noche a la mañana, en príncipes herederos.