19 de julio de 2011

Nepal quiere sacar más provecho del patrimonio expropiado a la Familia Real

El gobierno de la República de Nepal busca distribuir las riquezas de la antigua familia real. El exrey Gyanendra, preocupado por la situación política.

Ya pasaron diez años desde el brutal asesinato de trece miembros de la Familia Real de Nepal y tres desde que este país se convirtió en una República, pero aún no se pudo realizar un inventario de todas las riquezas de la depuesta Dinastía Shah.

El Gobierno del país decidió nacionalizar las propiedades de la casa real en 2007 y emplear los beneficios generados gracias a su administración en favor de los sectores más desfavorecidos de la sociedad nepalí, sobre todo en ámbitos como salud y educación.

El rey Gyanendra fue derrocado en 2006 a causa de la presión popular, de la alianza de la mayoría de partidos políticos y de la guerrilla maoísta, que durante una década impulsó la lucha armada contra la monarquía.

La monarquía nepalí había empezado a resquebrajarse con la muerte de casi toda la familia real en 2001 tras una masacre que nunca acabó de aclararse, pero que la versión oficial atribuyó al príncipe heredero, Dipendra, quien luego se suicidó. Sin embargo, sectores de la sociedad nepalí se adhieren a otra versión: fue una conspiración urdida por Gyanendra, hermano de Birendra, para acceder al trono.

De acuerdo con la Oficina del Patrimonio de Nepal (ONT, en sus siglas en inglés), el organismo creado en 2007 para gestionar las propiedades de la realeza, al último monarca, Gyanendra, sólo le fueron nacionalizados los bienes heredados de su hermano fallecido.

La recuperación de las propiedades del anterior rey, Birendra, no ha sido nada fácil, según explicó el portavoz de ONT, Purusottam Poudel, que detalla que se han identificado propiedades reales en todo el país, la mayor parte ya transferidas al Gobierno.

Hasta ahora el gobierno ha recuperado diversas viviendas y cerca de 260.000 hectáreas que pertenecían a la casa real nepalí, mientras que el palacio real fue transformado en museo en 2008 y sigue atrayendo un flujo constante de visitantes cada año.

Pero todavía hay cuatro propiedades en Katmandú que no han sido nacionalizadas, incluyendo una hectárea de terreno propiedad de una hija del monarca derrocado, Gyandendra. "Eso se ha convertido en nuestra prioridad", afirma Poudel. El resto de bienes inmuebles identificados incluyen locales comerciales, terrenos arrendados para un campo de golf y otras propiedades en emplazamientos privilegiados.

"Si conseguimos realizar una buena operación, deberíamos poder obtener de estas propiedades desde uno hasta 1,5 millones de euros", explica el portavoz de la ONT, que recibe cerca de 300.000 euros al año por alquileres y está estudiando cómo obtener otros ingresos.

La identificación de los depósitos bancarios de la familia real también ha sido compleja, pues hasta ahora la ONT solo ha encontrado a nombre de la antigua familia real dos cuentas en Nepal, una con un depósito de 30.000 euros y otra con 70 euros. Ahora se han multiplicado los esfuerzos por encontrar cuentas bancarias reales en el extranjero con la colaboración de bancos centrales de otros países -Suiza, Reino Unido, India, Tailandia, Singapur y Hong Kong- , pero sin éxito hasta el momento.

Las acciones de carácter social financiadas por el patrimonio real aún no han comenzado, pero las autoridades nepalíes quieren ofrecer becas a niños que perdieron a sus padres durante la guerra civil o hijos de familias desplazadas. También se quieren montar servicios móviles de salud en el que es uno de los países más pobres del mundo, con unos ingresos per cápita de 460 euros y donde la mayoría de las personas no tiene acceso a la sanidad.


El rey Gyanendra, preocupado por la crisis política nepalí

El derrocado rey Gyanendra, manifestó hace unos días su preocupación "como la de cualquier ciudadano" por la crisis política e institucional que vive su país, informaron medios locales. "Nunca pensé que se llegaría a una situación como esta cuando me fui (del trono)", afirmó Gyanendra en rueda de prensa con motivo de su cumpleaños.

Se trató de la primera vez en que el último rey de Nepal se dirigía a los medios desde que el país se convirtió formalmente en república en 2008. Nepal lleva casi tres años sumido en un estado de bloqueo institucional por la falta de consenso entre los principales partidos sobre la promulgación de una nueva constitución y sobre la reinserción de los miembros de la antigua guerrilla maoísta.

"No debemos perder la esperanza, tenemos que ser optimistas", añadió el depuesto monarca, que aprovechó la ocasión para hacer público un documento de siete puntos en el que afirmaba que dejó el trono de buena fe para evitar que cundiera la confusión en el país. 

A pesar de que la institución monárquica conserva muy poco apoyo entre la población nepalí, algunos cientos de personas se acercaron a la residencia privada de Gyanendra en Katmandú para felicitarle el cumpleaños, como se hacía cuando ocupaba el trono. El antiguo rey perdió todos sus privilegios con el fin de la monarquía, aunque el Estado sigue sufragando parte de su seguridad.

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