Tal y como adelantábamos hace unas semanas, abrió en el Museo Oceanográfico de Mónaco una exposición que reúne los recuerdos y objetos más emblemáticos de la boda del príncipe Alberto II y Charlene Wittstock, entre ellos el vestido de la novia.
Miles de cristales de Swarovski, madreperlas y un velo de 20 metros de largo. Esa fue la elección de la ex nadadora sudafricana para llegar hasta el altar donde le dio el 'sí, quiero' al príncipe Alberto II en el patio del Palacio de Mónaco. Ahora cualquiera puede vivir este momento más de cerca.
La Princesa Charlene deslumbró con un vestido de novia en color marfil que fue diseñado por Giorgio Armani y confeccionado a base de 40.000 cristales de Swarovski, 20.000 madreperlas en forma de lágrimas y 30.000 piedras de oro.
Bordados de hilo en color plata y 130 metros de seda también fueron utilizados para el vestido nupcial que, al parecer, ocupó 2.500 horas de trabajo en los talleres de Armani. Para el velo, 20 metros de tul, también en color marfil y 100 horas dándole a la aguja y el hilo.
A su lado, su recién casado Alberto, vistió su uniforme de verano, todo en blanco, de la compañía de los carabineros. Pues bien, ahora ambos atuendos se exponen en La Historia de la Boda del Príncipe, en el Museo Oceanográfico de Mónaco desde el 9 de julio hasta noviembre de 2011.
Además, allí mismo también se podrá ver de cerca la tiara que Alberto II de Mónaco regaló a su ya esposa realizada en diamantes y zafiros, así como el descapotable Lexus que recorrió la ciudad con los recién casados. También se exhiben fotografías inéditas de los grandes días de la pareja, la ceremonia civil y la religiosa.