19 de julio de 2011

Un avión y el honor herido de un príncipe

La deuda millonaria de Tailandia con una constructora alemana terminó la semana con el embargo del avión privado del príncipe de Tailandia. El país considera que fue "manchado el honor" del futuro rey.


La confiscación del Boeing 737 se concretó en el aeropuerto internacional de Munich, sur de Alemania, por agentes policiales y representantes de la constructora Walter Bau. El estado tailandés contrató en los años 90 a la constructora alemana para construir una autopista en la capital del país y el pago iba a realizarse con un acuerdo para que Walter Bau gestionara el sistema de peajes. Sin embargo, las partes no llegaron a un acuerdo y se rompió el contrato de trabajo.

La causa llegó a la justicia y en 2009 un tribunal internacional de Ginebra dio la razón a la empresa alemana y exigió a Bangkok el pago de 30 millones de euros. Las autoridades tailandesas nunca pagaron la suma impuesta, por lo que un tribunal alemán dispuso el embargo del avión, una "medida drástica", según el abogado de la empresa alemana, Werder Schneider. A los pocos días el estado tailandés nombró a Schneider "persona no grata".

El príncipe heredero Maha Vajiralongkorn, de 58 años (hijo del rey Bhumibol y la reina Sirikit), personaje de maltrecha reputación, dos veces divorciado y bautizado en el extranjero como "el príncipe playboy" realiza todos sus viajes piloteando el Boeing y pasa largos períodos en Munich.

Hoy el avión con la inscripción ”Royal Flight” está estacionado en una pista de servicio. Sus puertas y rampas han sido precintadas por la policía alemana y esta prohibido acceder al mismo. El avión, que parecía pertenecer a la Fuerza Aérea del Reino de Tailandia, aunque era usado por el príncipe heredero en exclusiva, está causando un grave problema diplomático

En Tailandia cuestionan la medida porque el avión es propiedad privada del príncipe y la deuda la mantienen con el estado. En el país del Sudeste Asiático la realeza es considerada prácticamente una divinidad, cualquier insulto, crítica u ofensa hacia el Rey Bhumibol, su familia y la monarquía son consideradas crímenes muy serios. Por eso numerosas voces se alzaron en contra de la medida adoptada por un tribunal alemán para cobrar la deuda que mantiene Bangkok.

El ministro del Exterior tailandés, Kasit Piromya, se vio obligado a viajar a Alemania para reunirse con la viceministra del Exterior alemana, Cornelia Pieper, para encontrar una salida a la situación. Piromya consideró que el embargo es "un grave error", lo calificó como "un acto altamente inapropiado" y pidió a Alemania encontrar una solución para prevenir consecuencias diplomáticas.

En Tailandia "mantener las apariencias y cuidar la imagen" es parte de la cultura nacional, por eso el tema es tratado con renuencia. Algunos medios hablan del "honor herido" del príncipe Vajiralongkorn y la Monarquía Tai, mientras que otros decidieron no dar la noticia porque el debate sobre la Casa Real es prácticamente nulo por la ley que protege a la Realeza y su quebranto es castigado con penas muy duras.

Bhumibol Adulyadej es un rey "constitucional" en Asia, un Buda viviente, deificado, cuya crítica no solo está prohibida, sino que es considerada el peor de los crímenes o una expresión de muy mal gusto por los ciudadanos comunes. El rey está por encima de todo, aparentemente no gobierna y casi no interviene en política. 

En realidad lo determina todo, y su trono, ante el que sus generales y ministros se arrastran, literalmente, es el de una dinastía ideológicamente feudal, afirma su biógrafo Paul Handley, cuyo libro, "El Rey nunca sonríe", publicado por la Universidad de Yale, está, naturalmente, prohibido en Tailandia, con su página web bloqueada por el Ministerio de Información. 

Según el periódico español La Vanguardia, el orgullo y la dignidad nacionales fueron heridos en un país que cree en el origen divino del rey y de toda la familia real .Protegidos por una drástica ley de lesa majestad que impide y prohíbe con 15 anos de cárcel la mínima mención de datos y hechos de la realeza. Tailandia amenaza a Alemania a tomar represalias contra los miles de alemanes que viven o vienen como turistas.

El poner en ridículo al príncipe es inconcebible para la mayoría de los tailandeses. Por eso, el importante diario tailandés The Nation no se atreve a mencionar al príncipe en las notas sobre el tema, y dice, simplemente, que el propietario del avión secuestrado es un "ciudadano tailandés".

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