16 de julio de 2011

Austria resucita la vieja pompa imperial en el último adiós a Otto de Habsburgo

Cientos de miles de austriacos le rindieron honores de emperador. Asistieron la realeza, el gobierno austriaco, presidentes y altas figuras públicas europeas. Otto de Habsburgo-Lorena, hijo mayor del último Emperador Austrohúngaro, Carlos I, y la emperatriz Zita, murió el 4 de julio. Los funerales fueron en el Stephansdom de Viena y el entierro en la Cripta de Emperadores. Fotos y videos en el Foro Coronas Reales.







El archiduque -a la vez último príncipe heredero del desaparecido imperio- falleció el pasado 4 de julio a la edad de 98 años. Pertenecía a un linaje que se remonta al siglo XI y que en el transcurso de la historia gobernó varios países de Europa e incluso México.

La Catedral de San Esteban en Viena fue el escenario majestuoso de los oficios fúnebres en los que participaron soldados vestidos a la vieja usanza imperial y representantes regionales del desaparecido Imperio Austro-húngaro -ataviados con trajes y sombreros típicos-.

El cardenal de Viena, Christoph Schönborn, celebró el réquiem de una hora y media de duración junto a obispos los obispos de Brno (República Checa), Trnava (Eslovaquia) y Banja Luka (Bosnia-Herzegovina), territorios en su día formaron parte del Imperio Austro-Húngaro.

Durante la ceremonia, los hijos de Otto recordaron en la misa el compromiso político y el ideario de quien fuera eurodiputado de la Unión Social Cristiana de Baviera y presidente de la Unión Paneuropea.

Con varios cuerpos del ejército austriaco y de cazadores de montaña rindiendo honores, en presencia del presidente y el gobierno al completo, amén de políticos de todas las facciones y representantes europeos, se celebró una misa de réquiem de dos horas de duración.

La muerte de Otto de Habsburgo destapó algo de nostalgia por los años dorados del imperio austrohúngaro, que se derrumbó al finalizar la Primera Guerra Mundial. Los Habsburgo fueron la familia gobernante y huyeron a Suiza cuando se abolió la monarquía.

El archiduque oficialmente renunció a sus derecho al trono en 1961 y se le permitió regresar a Austria en 1966, tras años de peleas legales y políticas. "Tenía un sello en su pasaporte de todos los países excepto Austria. El modo en que fue tratado fue vergonzoso", dijo Reinhilde Prewein, que fue a presentar sus respetos en una ceremonia en la catedral vienesa.


Representantes del gobierno y la realeza europea

Los presidentes Heinz Fischer y su esposa (Austria), Saakashvili (Georgia), Kosor (Croacia) y Gruevski (Macedonia), junto al presidente del Parlamento Europeo, Jerzi Buzek, participaron de las ceremonias fúnebres junto a representantes de la realeza reinante y no reinante de Europa, como los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, el príncipe Hans Adam II y la princesa Marie de Liechtenstein, el gran duque Enrique de Luxemburgo y los ex reyes Simeon de Bulgaria y Miguel de Rumania.

Entre los príncipes y princesas asistentes se encontraron el príncipe británico Michael de Kent y su esposa, Hassan y Sarwath de Jordania, Cristina de España, Astrid y Lorenz de Bélgica (este último sobrino del fallecido archiduque), Miguel y María Pía de Borbón-Parma, el duque Leopoldo de Baviera, los margraves Max y Valeria de Baden, Jorge Federico de Prusia y el duque de Braganza.

En la catedral de San Esteban se pudieron ver uniformes tradicionalistas, estandartes y símbolos del pasado imperial austriaco. El féretro de Otto de Habsburgo estaba cubierto por un paño amarillo y negro, los colores de la Casa Habsburgo, con el escudo de armas imperial.

Aunque no se consideró un funeral de Estado, sino una ceremonia privada con honores militares, varios historiadores y políticos han criticado lo inapropiado y desmedido de la ceremonia. Los gastos del gran despliegue policial así como la participación de la guardia militar y la presencia oficial del presidente de Austria, del canciller socialdemócrata Werner Feymann, del alcalde de Viena Michael Häupl y de varios ministros, dieron pie a una polémica sobre el valor simbólico que se le ha otorgado a un representante de una monarquía proscrita desde la fundación de la República de Austria.

El despliegue de unos 400 agentes de Policía costará unos 100.000 euros, según comunicó el Ministerio del Interior de Austria, mientras que la participación del Ejército, que ha aportado una guardia de honor para velar los féretros, será de un máximo de 50.000 euros.

Multitudinario cortejo en Viena

Tras la ceremonia, el ataúd con los restos de Otto de Habsburgo abandonó la catedral y recorrió los casi 3 kilómetros hasta el templo de la Cripta de los Capuchinos. Ante la mirada entre respetuosa y curiosa de los miles de vieneses que se apostataron a lo largo del trayecto, el cortejo dio una vuelta por el casco histórico de Viena.

El Ring, la principal arteria del centro de la ciudad, quedó cortada al tráfico a partir de las 3 de la tarde (Hora de Austria), y la estación de metro junto a la catedral quedó sin servicio, así como varias líneas de tranvías. Las imágenes de la televisión estatal austriaca mostraron a miles de personas congregadas a los costados de la ruta por donde pasaría el cortejo fúnebre.

Escoltado por una compañía de tiradores tiroleses y decenas de otras formaciones militares del antiguo Imperio, el multitudinario cortejo fúnebre atravesó la Plaza de los Héroes, entrada al conjunto del Hoffburg, el antiguo Palacio Imperial, donde fue saludado por una salva de 21 cañonazos.

Cientos de personas abarrotaron las plazas vienesas para presenciar la ceremonia en pantallas gigantes y miembros de la aristocracia con sus uniformes tradicionales con estandartes bordados se mezclaban entre la gente en el funeral. Muchos tomaban fotografías, pero, en una escena que se repetía constantemente, la mayoría realizaba reverencias al paso del féretro del archiduque.

Entierro en la Cripta de Emperadores

Exactamente a las 18.07 horas las puertas de la Iglesia de los Capuchinos de Viena, donde se encuentra el Panteón de los Emperadores de Austria, se abrieron de par en par después de ser pronunciada la tradicional fórmula en la que un emisario enuncia la larga títulos del difunto.

El antiguo ritual de acceso a la cripta exije que se golpee tres veces a la puerta. "Quién solicita entrar?" - pregunta un monje desde el interior, a lo cual los acompanantes del cortejo responden enumerando la cantidad de títulos nobiliarios del difunto.

Desde el interior, un monje capuchino preguntó quien llamaba, a los que por dos veces se le contestó con los títulos, cargos y honores, nobiliarios y civiles, del fallecido. Tras negar por dos veces conocerlo, el monje por fin abrió la puerta al anunciar el chambelán que quien llama era un simple mortal y pecador. "Este puede entrar", concede entonces el monje.



El corazón de Otto, en Hungría

Siguiendo el deseo del fallecido, su corazón será enterrado por separado en la Abadía de Pannonhalma, en Hungría, de acuerdo a una tradición multisecular de la Dinastía de los Habsburgo. Otros monarcas cuyos curazones fueron enterrados por separado son Ricardo I de Inglaterra (Rouen, Normandía) y Robert Bruce de Escocia (Abadía de Melrose).

El corazón de Otto de Habsburgo viaja a Hungría, será guardado en el monasterio benedictino de Panonhalma, enterrado en una ceremonia que se realizará el domingo después de una misa en la basilica de San Estéban en Budapest, donde en 1916 el padre de Otto, el emperador Carlos, fue coronado Rey de Hungría. 

"El sentía gran afecto por Hungría, fue educado por los monjes del monasterio de Panonhalma", así explicó una portavoz la elección del destino del corazón del último príncipe heredero. Enterrar los corazones por separado responde a una antigua tradición muy arraigada en la estirpe de los Austria. 

Desde el siglo XVII los restos mortales se repartían: los intestinos eran depositados en las catacumbas de la Catedral de San Estéban y loscorazones en la iglesia de los Augustinos, también en Viena.

La trayectoria de los corazones empezó a variar con el tiempo, dependiendo de las afinidades de cada uno. Los corazones de los progenitores de Otto, los ex emperadores Carlos y Zita, se encuentran en el monasterio suizo de Muri.



Darío Silva D'Andrea
Vea más fotos y videos en el Foro Coronas Reales

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